Dentro de las diferentes orientaciones sexuales incluidas en el glosario LGTBIQ+, nos encontramos una que es una gran desconocida, la demisexualidad. Seguro que hemos oído hablar de homosexualidad, bisexualidad y heterosexualidad, pero es posible que la demisexualidad se escape de nuestro vocabulario.
Pero antes de explicar en qué consiste que una persona sea demisexual es necesario explicar a qué nos referimos con orientación sexual para entender correctamente de qué hablamos.
La orientación sexual es la atracción afectiva, romántica, sexual y psicológica que una persona siente por otras, y va más allá de la heterosexualidad y homosexualidad. Es importante no confundirla con el género (o sexo) y con la identidad de género.
El género hace referencia a la parte biológica con la que nacemos basándose en características fisiológicas como cromosomas, hormonas o genitales (así se nos asigna un sexo al nacer), y la identidad de género describe el sentido psicológico de una persona sobre su propio género, y puede o no coincidir con el género biológico o sexo.
Así, la orientación sexual tiene que ver con lo que nos atrae de otros y los otros dos términos tienen que ver con nuestro cuerpo y nuestra percepción sobre él. Tener una orientación sexual alejada de la heterosexualidad que ha sido la más normativa a lo largo de la historia del ser humano está más aceptado que antes, pero aún hay términos relacionados con la sexualidad que son grandes desconocidos, como la demisexualidad.
Qué es la demisexualidad
La demisexualidad engloba a aquellas personas que únicamente se sienten atraídas sexualmente por otros individuos con quien han establecido previamente un vínculo emocional, sean del sexo que sean. Para una persona demisexual el físico no interviene en la atracción sexual, igual que tampoco lo hace el género, solo interviene la parte emocional.
No significa que se exciten al enamorarse, sino más bien que el enamoramiento o vínculo con alguien es imprescindible para sentir deseo o atracción por esa persona.
No es un término nuevo, en 2015 la RAE ya explicaba su significado en Twitter y la Asexual Visibility and Education Network (AVEN) lo acuñó oficialmente, pero sí es uno bastante desconocido. Solo uno de cada diez españoles ha escuchado hablar de la demisexualidad y conoce su significado, según una encuesta realizada por LELO en junio de 2021.
Las personas demisexuales no experimentan deseo o excitación sexual hasta formar un vínculo afectivo con la otra persona y es después de que ocurra esto, es cuando el deseo sexual aparece, no antes. No sienten atracción física por un desconocido, ni el llamado flechazo. Solo experimentan deseo si conocen y establecen una relación con otra persona.
No significa que sean asexuales, aunque “su orientación está próxima a la asexualidad, pero no son exactamente asexuales”, asegura Cristina Agud, psicóloga sanitaria y psicoterapeuta en Teladoc Health, y añade que “el hecho de que exista un vínculo emocional no garantiza que haya atracción sexual; es sólo un requisito previo para que pueda ocurrir.”
En esta orientación sexual lo que está claro es que el sexo sin amor no es posible.
Fotos | Jonathan Borba y Marie S en Unsplash
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