Cuando tenía 21 años dejé a mi primera pareja. No tuve miedo a nada y seguí viviendo mi vida como cualquier chavala de esa edad. Relaciones esporádicas después conocí al que fue mi segunda pareja. Estuvimos cuatro años juntos, me dejó por otra persona (aunque yo no lo supe hasta tiempo después) y pasé por uno de los momentos más complicados de mi vida. Solo podía pensar en que iba a quedarme sola. Completamente sola.
Tenía 26 años y ese miedo irracional me motivó y espoleó para volver con él cuando a los meses, su relación no funcionó y decidió volver a intentarlo conmigo muy al estilo de Piqué. Yo solo podía pensar en que mi salvación a la soledad era volver con él. En aquel momento no lo sabía, pero es más que probable que estuviera viviendo en mis propias carnes la eremofobia.
Qué es la eremofobia
La eremofobia o miedo a la soledad es un fenómeno psicológico en el que el sujeto que lo padece siente un miedo intenso y desproporcionado a estar solo, un temor irracional y excesivo a la soledad según la psicóloga María Prieto.
No hay que confundir este trastorno con el miedo a quedarnos solos tras una ruptura. En este caso es una fobia que consigue controlarnos y evitar que tomemos la decisión de dejarlo con nuestra pareja por el miedo que nos genera quedarnos solas, a pesar de estar viviendo una relación tóxica, por ejemplo.
Este tipo de miedos irracionales parecen contrastar con el hecho de vivir en un mundo tan conectado a través de las redes sociales, pero se da más a menudo de lo que nos puede parecer y puede llegar a controlar muchas áreas de nuestra vida. La presión social por que encontremos pareja y dejemos de estar solteras tampoco ayuda a que aprendamos a estar solas y a que dejemos ver el amor romántico como la antítesis de la soledad.
Cómo saber si tengo eremofobia
Tal y como nos explicó la psicóloga Mamen Jiménez, las fobias se manifiestan en tres planos distintos, y la eremofobia funciona exactamente igual porque es un tipo de fobia:
- Cognitivo: miedo, ansiedad, angustia, pensamientos negativos y de evitación o huída.
- Conductual: tratamos de huir y evitar el estímulo que nos genera ese miedo.
- Y físico con sudoración, dolor de cabeza, respiración acelerada o dificultad para respirar, sensación de taquicardia y mareos entre otros síntomas.
No tienes eremofobia si acabas de romper con tu pareja y se te pasa por la cabeza que vas a quedarte sola porque te acercas a los 40 y el mundo de las citas y las aplicaciones para ligar del estilo de Tinder no son para ti. Si eres monógama en serie, empalmando una relación con otra como Ted Mosby porque te aterra estar sola, podrías sufrir eremofobia pero siempre que ese pensamiento se acompañe de los síntomas que te hemos descrito anteriormente.
Ya te dijimos que no hay tiempos establecidos en esto de volver a tener pareja, pero si la decisión la estás tomando solo por un miedo irracional a estar sola, para. Tienes un problema delante de los ojos pero tenemos buenas noticias: tienen solución.
Cómo evitar que la eremofobia me domine
Como ocurre con cualquier otra fobia lo primero que tenemos que pensar es que es tratable si nos ponemos en manos de un profesional. Podríamos decirte que trabajes la autoestima, pero sin ayuda profesional no encontraremos la solución si lo que estamos sufriendo es una fobia.
Lo mejor es acudir a un psicólogo que nos de las herramientas para superarlo y que nuestra mente entienda que cuando estás contigo mismo, nunca estás solo y que la soledad en cuanto a relaciones de pareja no es algo que deba preocuparnos. De hecho vivir en soledad te ayuda a ser mejor compañía. Solo necesitas superar esa fobia y tú también te darás cuenta.
Fotos | Anthony Tran y Patrick Schneider en Unsplash
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