Aunque se usa para reparar cerámica y celebrar las cicatrices de la pieza, esta filosofía es aplicable a una relación
El Kintsugi, también conocido como Kintsukuroi, es una técnica japonesa milenaria para reparar objetos de cerámica rotos. En lugar de esconder las fracturas, las resalta y las convierte en una parte integral de la belleza del objeto. Lo que se hace es reparar esa pieza con "urushi", una laca especial con polvo de oro, plata o platino, que no solo hace visibles esas cicatrices, sino que las celebra. Es resiliencia en estado puro.
La palabra "Kintsugi" proviene de dos kanjis: "kin" que significa "oro" y "tsugi" que significa "unir". Más allá de ser una simple técnica de reparación, el Kintsugi es una filosofía en sí misma basada en la idea de que las imperfecciones y las experiencias vividas no deben ocultarse ni lamentarse, sino aceptarse e integrarse como parte de nuestra historia. No es solo una técnica preciosa, la filosofía del kintsugi es aplicable a las relaciones de pareja de cinco formas diferentes.
Aceptaos tal y como sois, huyendo de la perfección
El perfeccionismo no es algo que debamos perseguir en ningún ámbito de nuestra vida, porque cuando buscamos la perfección lo que realmente encontramos es la frustración. La psicóloga y sexóloga Mamen Jiménez nos advertía que a pesar de parecer una virtud, algo deseable y positivo, la realidad es que si no tenemos controlado “el positivismo puede convertirse en un enemigo total de nuestra autoestima”.
Igual que la filosofía wabi-sabi, que consiste en apreciar la belleza de la imperfección, en las relaciones debemos también abrazar esa imperfección. Todos cometemos errores y ni nuestra pareja ni nosotros podemos ser perfectos. Ni pretenderlo. En el kintsugi no se busca la perfección.
Los estudios demuestran que las personas con un perfeccionismo desadaptativo tienden a experimentar un mayor miedo a la intimidad. De hecho, el perfeccionismo puede llegar a afectar la vida sexual de las parejas. Aceptarnos tal y como somos, con nuestras imperfecciones, roturas y cicatrices, y hacer lo propio con nuestra pareja, es el primer paso de una pareja feliz.
Valorad vuestra historia y experiencias
El kintsugi explica que cada experiencia, tanto positiva como negativa, nos ha formado y nos ha hecho únicos. También a nivel de pareja. Todo lo vivido, bueno y malo, os ha hecho llegar donde estáis ahora. Es más, si pensamos en que lo natural es que los seres humanos cambiemos, pretender no hacerlo y aferrarnos a una imagen del pasado es equivocarnos. Igual que lo sería aferrarnos a la imagen de la pieza de cerámica antes de romperse.
Transformad las dificultades en resiliencia
Las dificultades en una relación pueden ser oportunidades para aprender, crecer y fortalecer el vínculo. Al igual que reparar una pieza de cerámica rota requiere un trabajo cuidadoso y preciso, resolver problemas en pareja también exige un esfuerzo conjunto. Cuando reconocemos que ninguna relación es perfecta y vemos los defectos como parte de la identidad de nuestra pareja y de nuestra propia persona, transformamos estas imperfecciones en oportunidades de crecimiento que terminan en una conexión más profunda.
Este estudio sugiere que la resiliencia se puede fomentar y reforzar en todas las personas mediante la participación en relaciones que fomenten el crecimiento. Para conseguirlo, podemos aprender a discutir bien, desde el respeto y buscando una solución a los problemas y no un ganador de las discusiones. El Kintsugi nos anima a colaborar, apoyarnos mutuamente y buscar soluciones juntos. Es decir, podemos ser resilientes en pareja y aprender juntos.
Practicad la reparación y la gratitud
Según los expertos en relaciones de pareja Julie y John Gottman, existe una fórmula mágica que siguen las parejas más felices y que tiene que ver con la reparación. La llamada “proporción mágica” de 5 a 1 explica que por cada interacción negativa durante un conflicto, la pareja tenía al menos cinco interacciones positivas y tras una discusión es necesario que haya una reparación en forma de abrazo, un beso o una caricia para que el vínculo no se vea comprometido.
Al igual que reparamos la pieza de cerámica rota, es necesario reparar nuestro vínculo de pareja. Pedir perdón es esencial para seguir adelante después de un conflicto. El Kintsugi nos enseña que perdonar no significa olvidar, sino dejar ir el resentimiento y abrir la puerta a una negociación que ayude a seguir adelante.
Del mismo modo, es necesario practicar la gratitud, un hábito que practican las personas con inteligencia emocional. Expresar gratitud por las cosas buenas de la relación puede fortalecer el vínculo y crear un ambiente más positivo. De hecho según este estudio, la gratitud de las interacciones predice una mayor conexión y satisfacción en la relación.
Cuidad de la relación en equipo
Una pieza de cerámica reparada con Kintsugi requiere cuidados. Una relación sana también. Se necesita un esfuerzo continuo y conjunto. Y el resultado, como en el kintsugi, será bello con sus imperfecciones, errores y reparaciones.
No se trata de tener y comprender el lenguaje del amor de nuestra pareja como postulaba Chapman. De hecho, según afirma el psicólogo de Virginia Tech Louis Hickman, que nuestros “lenguajes del amor” coincidan con los de nuestra pareja no es sinónimo de felicidad absoluta. Se trata más bien de hacer un trabajo en equipo. Desde dedicar tiempo de calidad a tu pareja hasta comunicarte de una forma honesta y abierta.
Fotos | Riho Kitagawa en Unsplash, Masha S en Unsplash, Toa Heftiba en Unsplash
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