Se trata de un comportamiento tóxico y típico de un perfil narcisista que sufrí durante años en mi relación de pareja anterior
No tiene por qué ser una pareja quien lo haga, puede ser un amigo, un compañero de trabajo, un familiar o cualquier persona con la que tengas un vínculo y te conozca. El objetivo de la técnica es decir algo para ti, que saben que te sacará de quicio o te enfadará, y acusarte luego de ponerte como una furia sin motivo aparente.
Se trata de una técnica asociada al gaslighting, pero también se engloba dentro de las llamadas técnicas de abuso reactivo o “baiting”, un tipo de manipulación que consiste en apretar ciertos botones en la psique de la víctima de manera que estas caigan en el juego de la manipulación y provocación de la persona narcisista, tal y como explicaba la psicóloga Andrea Serrant. El silbato de perro (dog whistling en inglés) es una de ellas.
Qué es el “silbato de perro”
El "silbato de perros" es un término político que aparece en libros como el del abogado de Berkley Ian Haney López, ‘Dog Whistle Politics’, que implica lanzar un mensaje en un lenguaje codificado que parece significar una cosa para la población general pero que tiene una interpretación adicional, diferente o más específica para un subgrupo objetivo.
El concepto “silbato de perro” se usa también en psicología como una técnica de abuso emocional relacionada con narcisistas que se da cuando el agresor usa un “lenguaje codificado” que solo la víctima puede percibir. Como un silbato de perros que solo los perros pueden oír.
Es una forma encubierta de transmitir un mensaje. Como una broma interna entre vosotros dos, que sólo entendéis ambos, pero que no tiene gracia. Y es algo que consigue una reacción en ti como víctima. Meredith Miller, autora de libros como ‘La Travesía: Una Guía de Auto-Recuperación Después del Abuso Narcisista’ explica en sus libros que “sólo el objetivo lo escucha porque se basa en algo dirigido personal y específicamente hacia algo que sucedió en el pasado”. Puede hacer referencia a una experiencia, algo que dijiste, una característica tuya. Y lo que provoca cuando la persona lo dice es que tú te sientas mal.
La clave es que nadie más puede entenderlo aunque lo digan en un contexto en el que haya más gente. La única persona que lo siente es el objetivo, que se siente activado a pesar de que el resto solo escuchan palabras y conversaciones normales.Te pongo el ejemplo que usaba la psicóloga Deborah Murcia para explicarlo. Odias los bombones porque cada vez que tu pareja te era infiel, volvía a casa con una caja de bombones. Cuando estáis con amigos, tu pareja dice que te encantan los bombones, esperando tu reacción. Cuando reaccionas, empieza a decir cosas como “es que mira cómo se pone”. Nadie lo entiende, nadie sabe la relación entre los bombones y la infidelidad.
En mi caso la palabra clave que usaba mi ex era “soberbia”. Con ella, se colaba bajo mi piel y me encendía sin motivo aparente, aunque él sabía perfectamente lo que hacía porque se trataba de algo de lo que me acusaba en cada discusión que teníamos. Cualquier cosa que le dijera y no le gustaba, era una soberbia. Usar esa palabra en un contexto animado era su forma de hacerme sentir mal, de provocarme.
Pueden ser palabras, frases o que te inste a contar algo que sabes que te averguenza. Lo hace para degradarte frente a los demás y humillarte de una forma sutil. Los individuos narcisistas y psicópatas obtienen un tipo especial de alegría al poder menospreciarte frente a una audiencia sin ser considerados responsables, lo que se llamó en esta investigación deleite del engaño.
Otro uso es el de emitir amenazas veladas. Te pongo otro ejemplo, una mujer maltratada está cenando con su pareja y amigos cuando él habla sobre una noticia que ha visto en la televisión esa mañana, Una mujer asesinada por violencia machista. El mensaje emitido con el silbato de perros es claro para la víctima y disfrazado para el público.
Qué hacer si detectas que te manipulan con el “silbato de perros”
Lo mejor es no reaccionar, no mostrar absolutamente nada y actuar como el resto, como si no te enteraras de lo que está pasando. Cuando el manipulador lo hace, es para obtener en ti una reacción, así que no le des el gusto. Respira y concéntrate en respirar.
Miller afirma que “tienes que trabajar en tu cara de póquer para no revelar tu enfado”. Puedes resolver esas emociones en otro momento, “cuando estés segura en casa o en cualquier lugar que esté lejos de esa persona abusiva”, explicaba en Medium.
Una vez en un contexto tranquilo, es el momento de tomar decisiones. Puedes tratar de marcar tus límites con esa persona o si se trata solo de una de tantas formas en que abusa emocionalmente de ti, pedir ayuda a profesionales.
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