En el instituto había un profesor llamado Diego. Daba inglés a bachillerato y era el típico profe joven, divertido y muy mono. Muchas personas de clase estábamos colados por él. Me incluyo.
Pues bien, hace poco me mudé de casa después de una ruptura de pareja y en el trastero de la casa de mi ex había una caja con cosas de esa época de vida. en aquel entonces no existían las redes sociales, solo Tuenti que pasó a mejor vida, y guardábamos recuerdos impresos. Las notas que nos mandábamos en clase, un estuche lleno de firmas y fotos. Muchas fotos.
Entre las fotos descubrí las del viaje de fin de curso y vi a un hombre moreno. ¿Quién es ese señor? Dios, es un poco feo, me dije. Y entonces me di cuenta de que era mi profesor de inglés. Diego. Solo que ahora, y con perspectiva, me parecía un auténtico orco. En su momento caí, al igual que muchos de mis compañeros y compañeras, en un “proximity crush”.
Qué es un proximity crush
Aunque la generación Z crea que ha inventado el término como hicieron “situationships”, lo cierto es que eso del proximity crush tiene muchos años. Según el urbandictionary, es “una atracción por alguien que no es particularmente atractivo, desarrollada a partir de una exposición frecuente y prolongada a la persona.”
Es la atracción por el profesor joven de clase, por la compañera nueva de la oficina o por el chaval con el que siempre te cruzas en el metro. O por esa persona que se ha cruzado en tu vida en ese momento en que más lo necesitas, y que es una pareja potencial que en realidad no te emociona, pero que simplemente está ahí y es capaz de ofrecerte una relación.
Últimamente escuchamos más el término de proximity crush (“enamoramiento por proximidad” si lo traducimos del inglés de manera literal), porque la generación Z lo ha puesto de moda y cada vez se ve en más en vídeos de TikTok. En ellos que se preguntan si realmente les gusta otra persona o es solo aburrimiento, miedo a estar solos o el hecho de que es la persona disponible en ese momento.
Cómo la proximidad influye a la hora de enamorarnos
Iria Reguera, psicóloga y redactora jefa de Trendencias, nos habla sobre la cercanía o proximidad a la hora de relacionarnos y que enamorarnos. “Las evidencias psicológicas señalan que, la proximidad es buen predictor del agrado. Es decir, la proximidad favorece la aparición del agrado y el desarrollo del amor. La proximidad no se refiere solo a la cercanía física (que también), sino a cuántas veces interactuamos con esa persona. Lo de que "el roce hace el cariño" es, psicológicamente hablando, bastante verdad.”
Del mismo modo que ese roce hace el cariño, el lugar dónde se produce es importante también en su opinión como experta. “Otra cosa que puede influir es dónde interactuamos con esa persona o dónde la vemos a menudo. Los seres humanos somos bastante egocéntricos en ese sentido y nos suelen gustar o sentimos atracción por personas que se parecen a nosotros o que tienen similitudes con nosotros. Por eso si los vemos a menudo en el trabajo o en algún centro de ocio es posible que, además de cercanía e interacción, compartamos características (gustos, nivel educativo, preferencias laborales...) y eso puede hacer que sintamos todavía más atracción por esa persona.”
Pero que en ocasiones pueda producirse la atracción real, no significa que siempre se produzca, y puede darse el caso de que estemos ante un proximity crush del que te hablábamos antes. Un enamoramiento por el simple hecho de que es lo que tenemos a mano.
El peligro del proximity crush
En palabras de Iria, “la atracción o el amor puede surgir así y no es malo ni quiere decir que te estés conformando. El problema es cuando solo se trata de un proximity crush y estamos con esa persona por miedo a estar solos.”
El peligro de un proximity crush es que abracemos esa relación cuando realmente no sentimos nada por esa persona. No solo es algo malo para ti, también para la otra parte de la relación, porque estaremos con alguien con quien en realidad no queremos estar. Lo que estamos haciendo es conformarnos con lo que hay, en lugar de estar a solas.
En parte es porque aún no entendemos que el amor romántico no es la antítesis de la soledad. En parte por la presión de la sociedad para que encontremos pareja y en parte también porque nos falta trabajar un poco más en nuestro amor propio y autoestima para evitar saltar a la primera pareja potencial que conozcas, como ocurre con los monógamos en serie.
Cómo saber si es un proximity crush o si realmente me he enamorado
Desde la psicología, Iria nos invita a hacer introspección. “En estos casos hay que preguntarse ¿si dejara de hablar con esta persona, dentro de 6 meses me acordaría de su existencia? Y aunque es un poco difícil de predecir cómo nos vamos a sentir en el futuro, muchas veces sabemos la respuesta.”
En el caso de lo sea, ese cuelgue pasará y con el tiempo te darás cuenta de lo mismo que me di cuenta yo al mudarme: no era tan maravilloso como el contexto me hizo creer. Solo era un proximity crush.
Fotos | Leonardo Sanches, Sam McNamara, sept commercial y Hello Revival en Unsplash
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