Hace seis años vi por primera vez la película Olvídate de mí, una película de desamor especialmente bonita. En aquella época estaba con mi anterior pareja y no imaginaba que años más tarde, me hubiera gustado usar la máquina que usaba el protagonista para deshacerme de todos los recuerdos.
Después de 14 años pasé por mi segunda ruptura con la misma pareja. Las dos veces me dejó él. La primera lloré muchísimo y aunque seguí todos los consejos para superar una ruptura, nada funcionaba. La segunda me sentí aliviada, especialmente cuando me enteré de que mi ruptura y la de Shakira y Piqué se parecían tantísimo. Pero eso no hizo que doliera menos.
Cuando terminó la relación intentamos que fuera algo civilizado y adulto, una ruptura desde el respeto. Me comporté como una señora de los pies a la cabeza, comprendiendo que el amor puede terminar y que es algo normal. Pero todo se fue a la mierda cuando me enteré de su infidelidad por duplicado. Dos rupturas por la misma persona. Dos veces, sí. Y todo ese intento por comprender ardió como si le hubieran echado gasolina y una cerilla.
En ese momento dejé de llamarle por su nombre y pasó a ser conocido entre mis amigas como el “innombrable”. Alguien que destruye desde los cimientos todo lo que había creído que era real, no se merece menos, al menos tal y como lo veía en ese momento.
No lo sabía, pero padecía el llamado “síndrome de Voldemort” y no porque mi alma estuviera cortada a trocitos y escondida en horrocruxes, sino porque en realidad lo que no quería era ni nombrar a mi ex por si se me aparecía como en Los fantasmas de mis ex novias.
Qué es el síndrome de Voldemort
Por si has estado viviendo en una cueva y no sabes de quién te hablo, Voldemort es el villano de la saga de Harry Potter. El que no debe ser nombrado. Pues bien, mi ex pasó a ser un ente que evitaba nombrar de la misma manera que lo hacían los personajes de la saga de J.K Rowling.
El síndrome de Voldemort es, bajo mi prisma, lo que mi cerebro tuvo a bien hacer para superar la ruptura. Casi como si fuera por instinto de supervivencia me deshice de todas las fotos que teníamos juntos, de cualquier objeto que me recordara a él (mudarme facilitó mucho esta tarea porque pude empezar de cero), y hasta cambié algunos de mis hábitos para evitar cualquier tipo de encontronazo con él. Y obviamente dejé de decir su nombre, solo para lo estrictamente necesario. A todos los efectos y a pesar de haber compartido 14 años de vida, era como si no hubiera existido.
Esta técnica aplicada a las redes sociales se conoce como sanitizing, término que en inglés significa higienizar. Con él, limpiaremos por completo cualquier rastro de una ex pareja en redes sociales.
Quienes sufren el llamado “síndrome de Voldemort” lo que en realidad están haciendo es aplicar el contacto cero y llevarlo al extremo para superar la ruptura. La psicóloga María Esclapez, explicaba en su libro Me quiero, te quiero, “la idea del contacto cero parte de la premisa de que, dejando de tener cualquier estímulo relacionado con la pareja, evitaremos, alargar el sufrimiento psicológico asociado a la ruptura”. Es decir, nos alejamos y fingimos que no ha existido para evitar sufrir más.
Me quiero, te quiero: Una guía para desarrollar relaciones sanas (y mejorar las que ya tienes) (Bruguera Tendencias)
¿Funciona? Vaya si lo hace. Ha pasado un año y no solo estoy mejor que nunca, sino que ahora ya puedo nombrarle como Harry nombraba a Voldemort en las películas.
En mi caso, no fingí que no existía, pero sí me alejé lo máximo posible de cualquier rastro suyo y empecé de cero con todas las de la ley. Esto mismo es lo que le ha pasado a la actriz Lupita Nyong’o según Vulture, que confirmó que había roto su relación con el presentador Selema Masekela.
En su cuenta de Instagram, Nyong’o afirmaba que “en este momento, es necesario que comparta una verdad personal y me desvincule públicamente de alguien en quien ya no puedo confiar”.
Las fotos con él habían desaparecido, y añadía que se encontraba con el corazón roto por el amor que se había extinguido por el engaño. “La magnitud del dolor que siento es igual a la medida de mi capacidad de amar. Así que elijo afrontar el dolor, cultivando el coraje para afrontar mi vida tal y como es, y confiando en que esto también pasará”, afirmaba.
Si te cuesta el contacto cero o por más que tu ex sea Voldemort no consigues olvidarte de esa persona, te diré algo: el tiempo cura, solo hay que tener paciencia y centrarte en ti.
Y sino, siempre puedes hacer caso a la neurocientífica Sheena Jocelyn, que afirmó en una entrevista a El País que “es muy sencillo borrar un recuerdo, con las herramientas apropiadas”. Quién sabe, quizá lo que hizo con los recuerdos Jim Carrey no está tan lejos después de todo.
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Fotos | Olvídate de mí, Los fantasmas de mis ex novias, La La Land, Harry Potter
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