En el sexo no todo es el misionero. Hay un sinfín de posibilidades para que sea lo menos aburrido de tu vida, aunque solo tengas sexo planeado y no concibas un sexo espontáneo. Él encima, tú de cuchillas, sentados de frente, abrazados… Hay tantas combinaciones posibles que hemos elegido algunas posturas sencillas y placenteras para que salgas de la rutina en el sexo.
La silla de la reina o facesitting
Esta postura es perfecta para practicar el cunnilingus. La diferencia con que se haga del modo tradicional (quien recibe se tumba boca arriba y quien lo hace con su cabeza entre las piernas) es que en esta postura tú tendrás el control. ¿Cómo hacerla? Tu pareja se tumba boca arriba y tú te “sientas” sobre su cara, mientras te sujeta por las caderas. Debes mantener la posición activamente, no dejarte caer sin más, e ir moviéndote para buscar su lengua y su boca de una manera mucho más activa que si practicais la posición más clásica. Apóyate sobre los pies (en cuclillas) o sobre las rodillas. Será como hacer un circuito de sentadillas en el gimnasio pero mucho más divertido, porque esta es una postura sexual que quema muchas calorías.
El perrito
Esta postura coincide como la favorita de muchas parejas y no puede ser más sencilla: te colocas a cuatro patas y tu pareja te penetra desde atrás. La persona que penetra puede mantener la espalda recta o recostarse sobre ti teniendo así un mejor acceso para estimular tus pezones, por ejemplo, y tú puedes tener las piernas separadas (y que sus piernas estén entre las tuyas) o juntas (con tus piernas entre las de tu pareja), consiguiendo así sensaciones más intensas. Es una postura maravillosa para estimular el punto G.
El perrito profundo
Es una variante de la postura del perrito, pero en este caso la penetración es más profunda. En la misma posición que en la anterior introducimos una variante: apoyamos sobre la cama los antebrazos, para que nuestra cabeza quede muy por debajo de pelvis. Lo que conseguimos así es subir las caderas y que la penetración sea más profunda. Cuidado con esta postura si el pene de tu pareja es demasiado grande, podría resultar algo molesta.
El trono del rey
Tu pareja se sienta al borde la cama, en una silla o en el sofá. Tú te sientas encima, de espaldas y controlando el ritmo y la intensidad de las penetraciones porque serás tú la persona que se mueva. Desde esta posición tu pareja tiene acceso a prácticamente todo tu cuerpo, así que puede estimular tus pechos o el clítoris y colmarte de caricias mientras tú llevas el ritmo del placer. Un consejo, aprovecha para hacer penetraciones largas y lentas que lleguen hasta la base del pene. El placer para tu pareja será una locura.
El 69
Es la postura para practicar el sexo oral por excelencia, y una maravillosa forma de salir de la rutina del misionero. Puedes estar tú abajo (boca arriba) o arriba (boca abajo), siempre que tu pareja esté en la posición contraria a la tuya, es decir, con la cabeza entre tus piernas y tú con tu cabeza entre las suyas. Y la diversión da comienzo. Lo mejor es que en esta postura cualquiera se divierte, ya sea recibiendo una felación o un cunnilingus.
El cinco
Esta variante del típico misionero aportará un extra en la profundidad de las penetraciones. Tendrás que tumbarte boca arriba y tu pareja se pondrá sobre ti, pero con una diferencia muy notable: debes subir tus piernas y colocar tus tobillos sobre sus hombros. Así la pelvis está más alta, la penetración es más profunda y la estimulación del punto G, más sencilla.
La amazona o la vaquera
Esta postura tiene muchos puntos fuertes. Por un lado tú manejarás el ritmo y la velocidad. Como estarás sentada sobre tu pareja (que estará boca arriba), tienes en todo momento visual de su cara (muy excitante ver sus gestos mientras te mueves), te podrá tocar mientras te mueves y hasta podrá acompañar tus movimientos de cadera con sus manos, aunque el poder será todo tuyo.
La silla o “todo para mí”
La postura de la silla es una en la que dominarás todo lo que pase. Al igual que con la amazona, llevarás tú el ritmo. Tu pareja se sentará en una silla (o en un sofá) y tú, a horcajadas sobre sus caderas. Esto permite dejar tus pechos accesibles a su boca, y al estar tan pegados, las penetraciones estimularán el punto G y el roce, el clítoris. Un win win. Tu pareja además puede acariciar tu espalda, acompañar tus movimientos de cadera con sus manos en tu cintura o en tus nalgas y tendréis un contacto visual constante. Muy excitante.
La cucharita o spooning
¿Pensabas que la postura de la cucharita era solo para dormir? Esta posición, en la que tu cuerpo y el de tu pareja se acoplan con tu espalda en su pecho y tumbados de lado, es una postura tremendamente cómoda. En ella tu pareja tendrá pleno acceso con su mano para poder estimular tus pezones o tu clítoris, o incluso, utilizar un vibrador para que consigas el doble de placer, ya que en esta postura también se estimula el punto G.
El desatascador
Esta postura es excitante por partida doble. Primero por la postura en sí, y segundo porque tendrás la opción de mirar a través del espejo. Estaréis los dos de pie en el baño, frente al espejo. Tú te apoyarás sobre el lavabo y éltu pareja te penetrará por detrás. Estimula también el punto G, porque es una variante del perrito pero de pie, y el espejo aportará un extra muy hot para que salgáis de la rutina.
La “L” y su variante con las piernas cruzadas
En inglés se le llama “Sex On The Counter” cuya traducción literal es sexo en el mostrador, así que imagina de qué fantasía habrá salido. Tú te tumbas sobre una mesa y te abandonas al placer mientras tu pareja, de pie, te penetra. Tus piernas pueden rodear sus caderas, o bien, mantenerlas levantadas sobre su pecho. Tu cadera se flexiona 90 grados y él las sujeta cruzándolas frente a su pecho. como si te sentarás sobre él pero en posición horizontal en vez de vertical. Esta postura permite, al igual que pasaría con el perrito por ejemplo, que en lugar de penetración vaginal se hiciera sexo anal.
Los bailarines bajo la ducha
Las posturas pasadas por agua no son solo recomendables durante una ola de calor... Son maravillosas todo el año. Antes de liarte con ella acepta un consejo que mejorará la experiencia: usa lubricante, algo que podría aplicarse a cualquier postura con penetración. Como estamos bajo el agua, lo ideal es que descartes un lubricante de base acuosa y optes por uno con base de silicona o aceite (aquí te contamos qué lubricante elegir en cada momento). Cuidado con los resbalones, eso sí.
Estáis bajo la ducha y esta vez, frente a frente, como si estuviérais haciendo caso a Sergio Dalma con eso de bailar pegados. Vais a practicar una postura que aunque no permite una penetración extremadamente profunda, sí es romántica, íntima y muy placentera porque el clítoris va a sentir en cada embestida. Para facilitar el movimiento la persona penetrada puede levantar una pierna hasta la cadera de su pareja, que la sujetará mientras se mueve.
El arco
No es una postura sencilla, te lo advierto. De hecho es una de las posturas sexuales que más calorías queman, y por supuesto, una postura sexual ideal para entrar en calor, que en invierno eso de practicar sexo no tiene porqué implicar pillarse una neumonía.
Para hacerla nos vamos a engancharnos el uno al otro sujetándonos con los brazos. La persona que penetra se coloca boca arriba con el culo apoyado en la cama/mesa/sofá/suelo y las piernas flexionadas 90 grados. Apoyará las manos en la cama y estirará los codos. Vamos a levantarnos como si estuviéramos en el gimnasia, levantando el torso. La persona penetrada imita la postura y se "engancha" al otro miembro de la pareja. Nos movemos con el culo levantado, bien firmes y apoyados con los brazos.
Puede que no sea una postura para mantener durante mucho tiempo, pero es una postura tremendamente excitante y probarla será muy divertido.
La silla hinchable
Requiere de esfuerzo físico (esta postura es peor que una sesión intensa de sentadillas), pero es muy placentera. La persona con pene se coloca de rodillas, apoyando su culo en los talones como si fuera un japonés a punto de tomar el té. La persona que va a ser penetrada se coloca a horcajadas pero apoyando las plantas de los pies, y comienza a hacer un movimiento de subida y baja. Como si estuviera haciendo sentadillas. Esa persona tendrá el control completo de una profunda penetración, y al tener activado el core, los músculos de la vagina se contraerá y todo resultará mucho más placentero. Palabrita.
El puente
Aviso a navegantes: no es apta para personas que no quieran cansarse porque es exigente. Se trata de hacer un puente con nuestro cuerpo. La persona penetrada se tumbe boca arriba, con las rodillas dobladas y los pies separados a la altura de las caderas. Los hombros y la cabeza se mantendrán apoyados como en una postura de yoga. La persona que penetra se coloca de rodillas frente a la otra persona y listo. Un extra es que no hace falta la penetración y podemos probar a hacer un cunnilingus con ella.
El ángel de nieve
Imagina esto: la persona con vagina se coloca boca arriba y la persona con pene, boca abajo, en una "x" perfecta en la que vuestros genitales se juntan en medio. En cuanto a las piernas, no hay drama, la persona que está arriba las deja a ambos lados de su pareja mientras la persona que está abajo las cierra como un koala, sobre la espalda de quien está arriba. Así las caderas suben y se facilita la penetración.
Fotos | Unsplash, Giphy
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