Se puede romper bien. De hecho es más importante de lo que pensamos que durante la ruptura de una relación no hagamos todavía más daño. Romper desde el respeto y tratar de evitar daños mayores. O innecesarios. En palabras de Iria Reguera, psicóloga y redactora jefe de Trendencias, “está en nuestra mano terminar con respeto y cariño la relación e intentar hacerlo lo mejor que podamos.”
Pero la realidad es que no siempre es posible cuando se produce una ruptura.
El caso de Rosalía, Rauw Alejandro y su ruptura
En el caso de Raw Alejandro y Rosalía, su ruptura además de mediática, ha sido complicada y misteriosa y han surgido muchas voces hablando de los motivos de la ruptura. Hasta se especuló con una infidelidad.
Entonces Rauw Alejandro lanzó su canción Hayami Hana. “Hayami” viene del japonés y significa algo así como “mujer de gran belleza, un tanto inusual”, y “hana” se refiere a la palabra “flor”. Era una canción para Rosalía, aunque lo primero que pensamos fue que era una estrategia de marketing que buscaba facturar.
El portorriqueño lanzaba una canción de cinco minutos en los que habla de su historia de amor con la cantante catalana, llena de mensajes porque "hay un pal de cosas que del pecho me quiero sacar". Como que “No vo’a hacerme el fuerte, yo no voy a frontear. Aquí to’ el mundo sabe que te voy a llorar y que te vo’a extrañar. Sí, aquí no hay nada que ocultar.”
Explicaba que no había infidelidad de por medio con un "yo seré muchas cosas, pero nunca infiel. Ella siempre tuvo la clave de mi cel. Esto fue algo más que no está en mi poder". Y trataba de buscar ese cierre bonito tras la ruptura con el que todos soñamos. Frases como “te digo adiós, que te vaya genial” o “Hoy te dejo de escribir, no de querer”.
¿Ha servido la canción para tener ese cierre que muchos ansiamos? Pues eso solo lo saben ellos, igual que solo ellos saben cómo ha sido su relación o cuáles han sido los motivos para romper su compromiso. Solo ellos conocen las razones.
El cierre perfecto para una ruptura existe, pero no siempre es posible
El caso de la ruptura de Rosalía y Rauw Alejandro y el intento del puertorriqueño de crear una canción de cierre que limpie de alguna manera su nombre, demuestra que no siempre se puede romper bien con una pareja.
Decir adiós a esa relación de una vez por todas de una forma en la que nada lo empañe no siempre es posible. Y está bien. Cerrar un ciclo es necesario, nos lo explicaba Silvia Vidal, psicóloga y fundadora de Querida Neurona: “a pesar de que la esperanza sea lo último que se pierde, a veces es necesario perderla y ser realistas para saber cuándo dejar de insistir y poder avanzar”.
La psicóloga Celia Betrián añadía además que "tenemos que aprender a soltar. Dejar ir no significa fracasar. Significa amor propio y nuevas oportunidades para seguir avanzando". Y a lo mejor, y tomando como base las palabras de las expertas, lo único que necesitamos es un final en paz. Un final sin asuntos pendientes emocionalmente hablando que nos permita en el futuro empezar nuevas relaciones sin mochilas.
Ojalá las relaciones terminasen como empiezan. Con cariño. Sabiendo lo que está en juego. Yo lo intenté en mi última ruptura. La persona que era mi pareja me dejó y desde el principio ambos intentamos que ese final no nos doliera más de lo que sabíamos que nos iba a doler. Y era mucho, para ambos. 14 años de relación a nuestras espaldas que merecía respeto.
La comunicación es un hábito para mantener una pareja, pero también es necesaria cuando se deja, y la sinceridad debe ser una premisa durante las relaciones y también en el cierre de estas. Ser asertivos y empáticos con la persona que hasta ese momento era nuestra pareja es la forma correcta de romper, aunque te hayas enamorado de alguien.
Y no hablamos de sincericidio, sino de sinceridad. Esa relación de amor e intimidad que habéis mantenido durante tanto tiempo se merece respeto y pensar que ocultarlo es evitar que sufra es un error, porque se terminará enterando y la traición será mucho peor.
En mi caso lo intenté hasta cuando me enteré de que las razones que me dió para terminar la relación no eran ciertas y que lo que en realidad pasaba es que había una tercera persona en la ecuación.
No te mentiré, mantener la calma ahí y seguir buscando mantener ese respeto fue posiblemente lo más complicado que he hecho en mi vida. Pero a pesar de que fuera complicado, me enorgullezco de cómo gestioné la situación tratando de que a nadie le doliera de más de una forma innecesaria, procurando que el cierre fuera limpio y rápido. Para todos. Hasta para quien me había hecho daño.
Practiqué el contacto cero en cuanto me fue posible, me centré en recuperarme de la ruptura siguiendo los mejores consejos y hasta busqué salir reforzada de ella. Analicé lo que yo había hecho en la relación y lo que hizo mal la otra persona y aprendí de ello. Miré atrás para aprender, pero no me centré en mi pasado, sino en mi presente y futuro.
Quizá no fue la ruptura ideal, pero hice todo lo posible porque fuera la ruptura que yo necesitaba. Una que no me dejara heridas abiertas ni me impidiera ser feliz. Y lo cierto es que lo conseguí. Después de un tiempo, me sentí recuperada, fortalecida y lista para cerrar el capítulo de una vez por todas, aunque mi ruptura anterior no hubiera sido tan buena como al principio imaginaba que sería. Eso sí, la relación que ha llegado tras ella se ha visto favorecida por todo ese aprendizaje, y yo también, así que felices los cuatro, ¿no?.
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