Raquel Graña es psicóloga, sexóloga y coach educativa. Tiene un canal de YouTube, Íntimas Conexiones, lleva cuatro años impartiendo talleres de sexualidad a adolescentes de toda Galicia y acaba de publicar un libro enfocado a ellos: Sex-On.
Hablar con adolescentes sobre sexo no parece tarea fácil, y en el libro se centra en resolver sus dudas a través de relatos con los que puedan sentirse identificados. Habla sobre las copas menstruales y la menstruación, la orientación sexual, la masturbación, la excitación, el consentimiento o las relaciones de pareja de una forma sencilla y didáctica.
No solo está enfocado a los adolescentes, la propia autora nos confiesa que los padres están “devorándolo”, porque les ayuda a comunicarse con ellos y entender cuáles son los problemas que les preocupan.
Su libro nos sirve de excusa para charlar con ella y hablar sobre el amor, el sexo, el placer femenino y la educación sexual en una conversación telefónica, consecuencia aún del covid-19.
Sex-On (Libro práctico)
Aunque la idea inicial era crear un blog de sexualidad para mujeres, entre risas nos comenta que el proyecto de su canal de YouTube fue idea de su mentor, Alberto Ferreiro, que supo ver que en los vídeos estaba el futuro porque se consumían de una forma más fácil y la información llegaba antes a quienes lo veían.
¿Es más fácil educar a través de la pantalla de un móvil?
“Es mucho más sencillo, y no solo a través de YouTube sino a través de otras redes sociales como Instagram. En mi caso, por ejemplo, tengo vídeos informativos sobre relaciones saludables, autoestima, familia o gestión emocional entre otros temas y que combinan con el contenido del canal de YouTube.”
Las redes sociales, ¿son la única forma de llegar a los jóvenes en el siglo XXI?
“En mi caso también llego a los jóvenes impartiendo educación sexual con talleres y dinámicas en toda Galicia. Parejas, amor romántico, autoestima, cambios corporales o porno son algunos de los temas que trato en vivo en estos talleres, así que afirmo no solo podemos llegar a los jóvenes con las redes sociales.”
¿Cómo han afectado las redes sociales a la comunicación de temas tabú como el sexo? ¿Y a las relaciones de pareja?
“Las redes sociales han ayudado mucho porque el sexo por ejemplo se ve de una forma mucho más abierta, pero tenemos que tener mucho cuidado con la información que consumimos y hacerlo con profesionales que estén formados para ello. Han ayudado a visibilizar el sexo y a que la información llegue a más gente. En cuanto a las relaciones de pareja, en mi consulta las redes sociales aparecen como una consecuencia de qué va mal en la pareja y se usa como reproche por ejemplo, el pasar demasiado tiempo en ellas. El verdadero problema es la falta de comunicación.”
Está claro que la manera de relacionarnos y de vivir el sexo ha cambiado en los últimos años. Cada vez nos cuesta más conocer a alguien de una forma casual y la propia Raquel nos confirma que ahora, por ejemplo, “los adolescentes ligan a través de Instagram y van conociéndose a través de las redes sociales”. Aplicaciones como Tinder o Grindr son algunas de las que usan para ligar los jóvenes, casi como un fast love en el que cuesta profundizar, lo que nos hace preguntarnos en si han cambiado nuestra forma de ver el amor.
¿Nos cuesta conservar las relaciones en esta nueva era? ¿Por qué?
“Normalmente, no siempre, lo que te encuentras en Tinder es más una apariencia física. Las relaciones de pareja más que en una parte sexual deberían centrarse en comunicación, confianza y respeto y buscar en esa pareja una amistad previa más que una relación sexual. Es proceso es más lento que ayuda a conocerse mejor, lo que facilita que la relación prospere.”
Mientras hablamos sobre las parejas, ambas reflexionamos sobre el amor romántico tan arraigado en nuestra mentalidad, que ella afirma que es “algo que nos han vendido y que nos hace creer que hay que ser compatibles al 100% con nuestra pareja”. La psicóloga y sexóloga nos explica que “pretendemos cambiar en nuestra pareja lo que no nos gusta. Cada persona es como es y hay que tratar de llegar a puntos intermedios, pero no hay que dar el 100% en una relación porque cada miembro de la pareja debe tener su propio espacio individual.”
Lo peor que nos deja ese amor romántico tóxico es que “tendemos a pensar que necesitamos a alguien para ser felices y dejamos de lado el amor propio, algo imprescindible que tenemos que trabajar antes de tener pareja.” Y hablando de amor propio nos zambullimos en el placer femenino, tema que ha cobrado más protagonismo aunque hablar de masturbación femenina sigue siendo un tabú para algunos.
¿Qué papel ha tenido la llegada de nuevos jueguetes sexuales como los succionadores de clítoris, el famoso Satisfyer, en este tema?
“La estrategia de marketing de Satisfyer, enfocándola en el empoderamiento femenino, ha sido clave para su éxito, igual que el boca a boca. Lo han enlazado con el feminismo y la igualdad y ha ayudado muchísimo a visibilizar el clítoris y a que empiece a cambiar la creencia de que el sexo es solo el coito. Ha sido un despertar.”
Como sexóloga, ¿crees que los succionadores pueden ser malos de alguna forma?
“No creo que puedan ser malos, solo insisto en que las mujeres los prueben y luego decidan. Hay personas que les cuesta llegar al orgasmo y este tipo de juguetes les ayudan, aunque también tienen un inconveniente: llegas al orgasmo muy rápido y no disfrutas tanto del proceso.”
Los hombres y mujeres, ¿seguimos cometiendo los mismos errores en el sexo que hace medio siglo? ¿Y que hace 10 años?
“Ahora los hombres se centran muchísimo más en el placer de su pareja. Suelen ser más comunicativos, pero sigue habiendo hombres focalizados en el coito y que no le dan importancia al placer de su pareja, por ponerte un ejemplo. El sexo hace 10 años era tabú y ahora sigue siendo tabú porque hablamos demasiado del sexo frívolo, algo muy relacionado con el porno, un sexo que no nos llena más allá de esa relación sexual.”
El botón que tenemos que pulsar para hacer “on” en el sexo es…. ¿Ha cambiado con los años ese “botón”?
“No ha cambiado en realidad, pero sí que hay personas que han evolucionado y les interesa algo más que la relación física o la atracción y buscan una conexión. En ese caso no solo tienes que estimular esa parte física, sino también en una parte emocional y mental.”
Cómo sexóloga, ¿cuál dirías que es el órgano sexual más potente de la mujer: piel, cerebro o clítoris?
“El cerebro porque es el que realmente te ayuda a sentir y a tener orgasmos. Los sexólogos siempre decimos que los orgasmos son cerebrales y el cuerpo es un facilitador. Si tienes un bloqueo de cualquier tipo (mental, de creencias, de aptitudes…) y no estás conectada con tu cuerpo no vas a llegar a ese placer.”
Tu trabajo está centrado en la educación sexual. ¿Cómo nos afecta la forma en la que nos han hablado nuestros padres del sexo o incluso, cómo nos afecta que no lo hayan hecho?
Realmente no se ha hablado. Aprendíamos con ensayo-error e incluso con el porno. Las nuevas generaciones están mucho más informadas, tanto de forma positiva como negativa. Ahora por suerte además del porno tienen acceso a información real, como canales de YouTube de algunos sexólogos.
Intento que estas nuevas generaciones aprendan, en este orden, a conocerse, a aceptarse y a relacionarse, algo que no nos enseñaron a nosotros. Es importante tratar con naturalidad y sinceridad la sexualidad, también los padres, y olvidarnos de centrar la educación sexual solo en el preservativo y el embarazo.
¿Nos recomiendas alguna serie que además de entretener, eduque en el sexo?
“Una de las que más habla de sexo hoy en día es Sex Education en Netflix. La serie normaliza el sexo, aunque tiene algunos errores como llamarle vagina a los genitales femeninos en lugar de vulva, siendo la vagina una parte de la vulva. Pero ayuda a visibilizar el sexo y no lo frivoliza.”
Fotos | Grupo editorial Penguin Random House, Claudia van Zyl, Jeremy Banks en Unsplash
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