Si 'El amor en los tiempos del cólera' fue posible, en los tiempos del coronavirus no iba a ser menos. Treinta y cinco años después de que García Márquez publicase una de sus grandes obras (con permiso de 'Cien años de soledad'), la vida nos transporta a una realidad parecida que jamás habríamos imaginado. El escritor colombiano nos sumergía en una espectacular historia en medio de la epidemia del cólera, donde los síntomas del amor se confundían con los de esta enfermedad. Ahora, en pleno siglo XXI, ¿estamos realmente viviendo algo parecido?
Desde luego, el tema del enamoramiento se plantea como todo un reto en esta insólita y nueva 'generación coronavirus'. En un nuevo mundo donde los conceptos 'distancia social' y 'soledad' están a la orden del día, y en el que si conoces a alguien puedes limitarte a mantener una buena conversación (con mascarillas de por medio), el gran interrogante es: ¿cómo enamorarnos si no podemos tocarnos?
El virus marca nuestro ritmo de abrirnos al amor
Acostumbradas a una época en la que la definición de amar estaba basada en los excesos (Tinder, la multiplicación de las primeras citas, la colección de amantes, etc), el virus, y la distancia física y aséptica que entraña, ha hecho que el amor vuelva a una fase mucho más lenta y sin lenguaje corporal.
"Nos encontramos ante lo que podríamos denominar una fase platónica, mucho más reflexiva y menos corporal. Quizá suene radical, pero conozco muchos pacientes que necesitan conocerse muchísimo más antes de decidir si estarían dispuestos a infectarse para besar a alguien (o lo que es lo mismo, a amarlo)", nos explica Elena Vega, psicoterapeuta.
Una PCR antes de llegar a intimar
"Antes, y hablo de apenas 10 o 20 años, cuando las parejas comenzaban una relación seria se hacían los dos un análisis de sangre para poder tener relaciones sexuales sin preservativo. Era el paso previo a asumir que esa relación estaba formalizada. Ahora hay mucha gente que para dar el primer beso se hace una PCR… y podemos decir que es una buena medida para ver cómo han cambiado las relaciones", añade la experta.
"En mi consulta hay de todo. Muchos de mis pacientes llegan preocupados por el miedo a conocer a alguien en plena pandemia y el riesgo que eso supone para ellos. Tienen pánico a intimar, generalmente porque tienen familiares o amigos de riesgo con los que conviven. Se sienten súper frustrados. En épocas de crisis, la gente necesita amor por encima de todo", confiesa la psicóloga Charo González.
Las apps para conocer gente siguen estando ahí
"Digo que hay de todo porque también veo muchos jóvenes poco o nada concienciados con la idea de la distancia social. Tinder sigue existiendo y ahora que no hay discotecas es una herramienta muy socorrida para ligar o encontrar pareja. He visto varias relaciones que empezaron así en cuanto finalizaron las últimas fases del confinamiento y ahora están felices y enamorados", asegura.
Vuelta a lo clásico
Enamorarse en esta época de la vida no es misión imposible. De hecho, puede ser aún más especial si tenemos en cuenta otros aspectos de las relaciones que a priori, especialmente en las primeras citas, se nos escapan.
Sería algo así como volver al amor clásico de toda la vida, al de nuestros antepasados y todas esas citas en las que los amantes quedaban a plena luz del día (sólo que ahora con la tranquilidad de no ser vigilados por la madre de turno, espero).
Un virus que actúa a modo de triaje
No es la situación ideal, está claro, pero tiene su punto. ¿Qué fue del placer de disfrutar de una buena conversación? ¿De abrirse en canal a nivel emocional? "El virus nos obliga a preguntarnos qué es el amor", reflexiona Vega, "obligándonos a no saltar sobre él de forma impulsiva y repetida, jugando a prueba y error con múltiples desconocidos".
Decir 'te quiero' en los tiempos del Covid
En definitiva, lo cierto es que cuando una pandemia llega a tu vida y lo paraliza todo por un tiempo, una echa la vista atrás y siente la extraña sensación de que quizá no aprovechó ciertas situaciones de la vida cuando tuvo la oportunidad. Con todos esos 'te quiero' que nos comimos y se perdieron por el camino…
Esta reflexión puede ser un buen punto de partida en nuevas y antiguas relaciones. "Sí que he visto en muchos pacientes para los que el Covid ha supuesto un antes y un después en la manera de gestionar sus emociones y por tanto en la forma de relacionarse", reconoce Charo González.
Porque después de que el coronavirus llegase a nuestras vidas como una fuerza natural para obligarnos a parar en seco, quizá haya llegado el momento de empezar a valorar lo verdaderamente importante. Y así, cuando estemos en el sitio y momento adecuado, podamos gritar y decir con todas nuestras fuerzas esas dos palabras que tanto nos cuestan.
Fotos | Amelie, El lado bueno de las cosas, Casablanca, La La Land, La boda de mi mejor amigo
