Con un bol de palomitas, una manta y una película de ciencia ficción podemos echar un pequeño vistazo al “posible” futuro que nos espera. También si hablamos de cómo será el sexo en el futuro.
En la película Demolition man, con la siempre fantástica Sandra Bullock y Sylvester Stallone, había un momento en que tenían una relación sexual pero de una forma diferente. Usaban unos cascos sensoriales y cero contacto. Solo se ponían el casquito y comenzaban a sentir el placer de un encuentro sexual clásico.
En esta escena pudimos ver un sexo virtual que ya no está tan lejos de la realidad y que se vislumbraba en una película de 1993. En el estudio de Lovehoney Group sobre tendencias en sexualidad del que ya te hablamos aquí vimos una pista del futuro de la sexualidad y era que el sextech ya no es cosa de pelis de ciencia ficción: estamos inmersos en una revolución sexual tecnológica.
Qué es el sextech
El sextech no es otra cosa que la unión de sexo y tecnología y adopta formas tan sencillas como los juguetes sexuales que funcionan con baterías y que podemos cargar con la misma facilidad con la que cargaríamos un móvil (los famosos Satisfyer por ejemplo) y tan complejas como muñecos con inteligencia artificial y aspecto humano pensados para satisfacer sexualmente a sus dueños.
La conectividad de los juguetes sexuales es algo que podemos tener al alcance de la mano fácilmente dentro del sextech. Cada vez son más frecuentes en el mercado los juguetes conectados: aplicaciones que sincronizan las vibraciones de un succionador de clítoris con el último temazo de C.Tangana, aparatos con control remoto como Cala que tu pareja controla por ti, masturbadores de pene con sensores que permiten conocer los datos de rendimiento y mejorar los patrones que más te gustan…
Vibrador, Satisfyer Pro 2 Next Generation, Succionador de clítoris con 11 niveles de intensidad para estimulación sin contacto, vibrador de contacto con batería, impermeable
Cala, Vibrador clitorial de Platanomelón
Masturbador masculino de tubo F1S™ V2. La primera consola sextech con interfaz abierta de los juguetes de nueva generación de LELO.
La tecnología sexual es una industria en crecimiento de 30 mil millones de dólares. El aumento de las aplicaciones de citas, la pornografía inmersiva y los dispositivos sexuales conectados o nuevos términos como la digisexualidad, indican un vínculo más profundo con la tecnología en las relaciones sexuales.
Robots sexuales con inteligencia artificial
Las relaciones de robots con humanos llevan formando parte del cine y las series durante mucho tiempo. Pudimos ver el romance de un hombre con una inteligencia artificial en Her, con escena de sexo incluída (porque sí, masturbarse también es sexo), o la relación de otro con un robot en la maravillosa Ex Machina.
Otro ejemplo sería el capítulo de la segunda temporada de Black Mirror llamado “Ahora mismo vuelvo”. En ese futuro distópico (o no tanto) se crean humanoide basados en el big data de fallecidos y con apariencia exacta de estos. Pero no hace falta que nos vayamos a una serie para descubrir robots que se parecen a humanos, como el que se creó con la apariencia de Scarlett Johansson en 2016.
Aunque no creas que esto es de ahora. Este germen de la robótica sexual nace tal y como nos explican en Xataka “del nazismo, aunque no eran robots propiamente dichos. Al parecer, Heinrich Himmler, jefe de las SS, llevó a cabo el Borghild Field-Hygiene Project, que consistía en la construcción de unas “muñecas sexuales” para frenar el número de casos de sífilis provenientes de los escarceos de los soldados con prostitutas francesas.”
Muchos años más tarde, y después de pasar por muñecas hinchables y muñecas de silicona con un aspecto mucho más realista, llegó el momento de unir la tecnología al concepto de las muñecas. Proyectos como el del robot Aiko, que no logró la financiación necesaria tras presentar su prototipo, comienzan a “jugar” con el concepto e incluía sensores en los pechos y la zona genital.
La muñeca Samantha, nacida del experto en nanotecnología Sergi Santos, o Harmony, la muñeca desarrollada por la compañía californiana RealDoll presentada en 2017 son justo ese paso más. Harmony se comercializa como un robot sexual con "inteligencia artificial" que cuesta la friolera de 7.997 dólares. Según quienes ya lo han probado, “Harmony está preparada para dar la respuesta sexual que un hombre necesita”.
También se presentó Henry, un robot sexual capaz de recitar hasta poemas y con aspecto masculino. Su precio es de 9.000 dólares y se trata de un robot de 1,82 metros de altura, con six-pack y pene personalizable para que se adapte a lo que más le guste a su comprador o compradora.
Existen muchos burdeles de robots sexuales en ciudades como Turín, Barcelona o París, y a día de hoy hay muchas empresas investigando y con proyectos en marcha de robots sexuales con IA, tal y como aseguran en la web especializada en tecnología aplicada al sexo Future Of Sex.
Esta pequeña porción es solo un ejemplo. Para ponernos en contexto, se prevée que en 2050 tener sexo con robots sea más común que tenerlo con otros humanos.
El sexo en la realidad virtual
Muchos videojuegos han estado sexualizados desde hace años, como el famoso Tom Raider (sobre todo en sus primeros años), y muchos han incluido contenido sexual como The Witcher, o como cuando hacíamos que nuestros sims se acostaran unos con otros.
Ahora también existen juegos explícitamente sexuales que nos permiten tener “sexo en 3D”, como el 3DXChat, el Girvlania: Summer Lust enfocado al sexo lésbico o el Hurt Me Plenty de sexo gay.
Son juegos de PC para adultos pero no resultan tan realistas como podría ser el porno con realidad virtual, uno de los sectores en alza dentro del sextech. Con unas gafas de realidad virtual como las Oculus Quest 2, por ejemplo, podemos experimentar en primera persona ese sexo virtual.
Oculus Quest 2 - Gafas de realidad virtual, 256GB
El contenido erótico inmersivo puede ser la chispa que encienda el deseo para masturbarnos, y hay para todos los gustos. En el primer sitio porno con RV del mundo para mujeres Virtual Real Passion hay docenas de videos de contenido sexual con personas con pene y vagina de diferentes razas y orientaciones sexuales.
La tendencia es precisamente esta, tratar de que el porno se viva en primera persona, pero no es lo único que ofrecerá la tecnología en el futuro.
El metaverso y cómo su explosión puede llegar con el sexo
Seguimos indagando en la tecnología relacionada con las relaciones personales, sexuales o no, y nos encontramos con hologramas y personajes que solo existen en el plano virtual, como la influencer virtual Lil Miquela, o la estrella virtual del K-pop Hatsune Miku, cuyo holograma fue elegido por el japonés de 35 años Akihiko Kondo para casarse con él (pagando unos 16.000 euros).
Por eso no es de extrañar que el metaverso también tenga relación con el sexo. Hay quien dice además, que será el sexo quien haga explotar la popularidad del metaverso, porque la industria del sexo sigue siendo una de las que más dinero mueve en el mundo y en un ámbito virtual tiene cabida.
Gracias la tecnología háptica, sentiremos todo al estilo Ready Player One. Y es que con el sentido del tacto la inmersión es completa. Ahora la empresa Owo tiene un sistema llamado Sensations Technology con el que un usuario puede sentir hasta 30 diferentes tipos de sensaciones en 10 puntos del torso y brazos y con diferentes niveles de intensidad. Una especie de camiseta que nos haría sentir y que podría extrapolarse a diferentes partes del cuerpo.
La compañía americana bHaptics vende trajes, chaquetas y guantes hápticos, estos últimos presentados en el CES 2022, que permiten sentir el tacto sin que te toquen. No solo podría usarse para videojuegos, su uso podría ir mucho más allá, como tocar a tu pareja a kilómetros de distancia, por ejemplo, o permitirte tocar en el metaverso.
Más avances tecnológicos que afectarán al sexo en el futuro
La tecnología ‘active skin’ es otra de las que prometen en un futuro. Gracias a esta tecnología que implanta dispositivos microscópicos en la piel cerca de vasos sanguíneos y nervios, se permitirá recibir información de las respuestas sexuales y que una Inteligencia Artificial externa las procese y reproduzca. Implantada en robots sexuales permitirá un ajuste a tiempo real de sus acciones, según la respuesta del sujeto.
Tener relaciones sexuales a kilómetros de distancia es ahora posible, y no hablamos del cibersexo sino de la teledildónica que permitirá que los encuentros sexuales virtuales mejoren usando la tecnología para imitar y ampliar la interacción sexual humana. Un ejemplo: un masturbador para pene que se sincroniza con los movimientos de un vídeo.
El futuro es ahora, y la tecnología está dispuesta a darnos placer mucho más allá de los juguetes sexuales. Cómo encajarán todos estos cambios en nuestra sexualidad y nuestra forma de relacionarnos, es otro tema.
Nota: algunos de los enlaces aquí publicados son de afiliados. A pesar de ello, ninguno de los artículos mencionados han sido propuestos ni por las marcas ni por las tiendas, siendo su introducción una decisión única del equipo de editores.
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