La amistad es, junto al amor y a la familia, una de esas emociones que casi todas nosotras experimentamos alguna vez. Como todas las emociones, se puede dar en diferentes grados, en diferentes contextos o en diferentes momentos.
Lo que todos los tipos de amistad tienen en común es que, como seres sociales, los humanos tenemos muy difícil renunciar a ella. Tanto es así que la buscamos, la anhelamos y la envidiamos. Y, sin embargo, con los ritmos de vida actuales, cada vez parece más difícil mantener amistades significativas.
La falta de tiempo en nuestras relaciones sociales
Si algo se sabe de los tiempos que corren es que todos vamos muy rápido por la vida, más de lo que nos gustaría. El tiempo dedicado al trabajo, las ganas de avanzar y seguir mejorando, el tiempo que utilizamos en seguir formándonos, en mantener nuestra casa, cuidar de nuestra familia, etc.
Hay días en los que sentimos que solo tenemos tiempo para trabajar, hacer cuatro recados, la cena, a la cama y vuelta a empezar. En esta vorágine, donde nos encontramos personas corriendo, aceleradas, por todas partes, casi no tenemos tiempo para relacionarnos con nadie y, mucho menos, para hacerlo de forma calmada.
Por suerte, la tecnología nos permite mantenernos un poquito más cerca de nuestros seres queridos, pero a veces el cansancio y la falta de tiempo a veces no nos dejan ni hueco, ni ganas, para mandar ese mensaje. Cuando nos damos cuenta, llevamos semanas pensando en enviar ese WhatsApp y siempre se nos acaba pasando.
Las reuniones con nuestras amigas se van dispersando cada vez más en el tiempo, es casi imposible quedar todas, y cuando por fin lo conseguimos resulta que han pasado 6 meses desde la última vez.
Conservar las amistades a fuego lento
La ironía es cada vez conocemos a más personas y hay más gente que pasa por nuestra vida. Y, sin embargo, nos sentimos solos, cómo si no fuéramos capaces de conectar de verdad con ninguna de estas personas.
Y es que la amistad, como cualquier relación, requiere tiempo, esfuerzo y dedicación. Y cuando nos falta ese tiempo, es mucho más complicado poder encontrar amistades significativas. Por ello, para volver a conectar con los demás, es importante que cultivemos nuestras amistades a fuego lento, pero sin que nos resulte una obligación más.
Y es que, a veces, nos ponemos una lista de cosas que tenemos que hacer y, lo importante, cuando hablamos de mantener relaciones, no es tener que, si no querer.
Tomarnos nuestro tiempo para salir con una amiga, sin prisas, no tiene por qué significar hablar con ella todos los días, sino que puede significar verse una vez a la semana o cada quince días, pero aprovechar el tiempo que nos vemos para hablar, compartir nuestras cosas, reírnos y cuidar de nuestra amistad.
Es importante que cada una de nosotras descubramos qué tipo de amistades queremos, y que buscamos en cada una de esas amistades, para poder dar los pasos hacía nuestro objetivo. Busquemos conectar con más calma, dejar los teléfonos en el bolso y estar al 100% cuando por fin conseguimos quedar, aunque sea cada cierto tiempo. Prestar atención a lo que nos cuentan y ser capaces de compartir con ellas las cosas que nos pasan en el día a día.
Y es que, la única manera de cultivar amistades significativas no pasa por el tiempo que podemos estar junto a ellas, sino por la dedicación que les ofrecemos, por la calidad de ese tiempo y por el esfuerzo que ponemos en ellas.
Imágenes | Friends, Giphy
Ver 1 comentarios