Si antes de acostarte con tu ex le hubieras preguntado a tus amigos si era buena o mala idea, probablemente te hubieran maniatado para evitar que lo hicieras. No, nadie te dirá que adelante, que seguro que sale bien. Sin embargo una serie de estudios parecen demostrar que tener sexo con tu ex no es un error tan fatal como pensábamos. Ahora bien, tampoco hay que tomarlo como carta blanca y tirarse, nunca mejor dicho, ciegamente a sus brazos.
El riesgo de generar expectativas acerca de la relación y sufrir porque éstas no se cumplan, volcar afectos y que no sean correspondidos o que la otra parte tenga sexo con un tercero (y no te lo esperaras), son algunos de los motivos popularmente aceptados por los que, en general, esto de tener sexo con un ex sea visto como una bomba que tarde o temprano te explotará en la cara.
Sin embargo en los últimos años han aparecido estudios que parecen indicar que ni es tan terrible ni es tan poco frecuente como pudiera parecer: sí, no es lo ideal, pero lo hacemos muchos... y sobrevivimos.
Que tire la primera piedra...
La idea de sexo con un ex ha logrado lo que pocos, poquísimos, temas han conseguido en la historia de la humanidad: producir un acuerdo generalizado. Ser incapaz de no bailar o ponerte de buen humor con las canciones de -la gran- Rafaela Carrá, amar la maravillosa versatilidad de las patatas, los jeans y el denim (en todas sus versiones, menos la que llevaron Britney y Justin en aquella ocasión), o lo que te salva la vida tener un little black dress en el armario son algunos de los elegidos en el olimpo del consenso global.
Sí, a la inmensa mayoría de los habitantes humanos del planeta tierra le parece un error de proporciones mastodónticas... Al menos a nivel teórico, porque la realidad es que es una práctica de lo más común.
Un estudio realizado en 2012 indicaba, concretamente, que uno de cada cuatro lo tienen, o incluso un porcentaje más alto si hablamos de jóvenes.
No es tan terrible
El estudio realizado en 2012 citado anteriormente concluía que, con independencia a que se hubiera aceptado o no la ruptura, el sexo con un ex no se relacionaba con un mayor sufrimiento emocional. Ciencia: 1 - Creencia popular: 0.
De este estudio se extrajeron otros datos sorprendentes y un poco contraintuitivos: en contra de lo que todos pensamos, tener sexo con el ex no solo no se relacionaba con mayor malestar, sino que en los casos en los que no se había aceptado la ruptura tener sexo con el ex correlacionaba con menor sufrimiento.
Recientemente, en abril de 2019, se ha publicado en Archives of sexual behavior, un estudio en el que se han obtenido estos mismos resultados, pero además los autores concluyen que el sexo per se no es una variable que nos lleve a un mayor sufrimiento.
Para este estudio realizaron un seguimiento de un amplio número de personas que estaban en una relación, y posteriormente recogieron datos de aquellos cuyas relaciones se habían roto.
Entre ostras conclusiones este estudio señala que:
- Uno de cada cuatro participantes habían intentado/querido tener sexo con su ex.
- Aquellos que querían tener sexo con su ex mostraban un mayor vínculo emocional hacia él.
- Tener sexo con el ex no se relacionaba con un mayor sufrimiento ni durante ni los días siguientes en relación a la ruptura.
- Y además encontraron algo que quizá te sorprenda: los participantes que querían y buscaban tener sexo con su ex no solo no estaban peor emocionalmente, sino que presentaban más emociones positivas que negativas en los días siguientes al encuentro sexual.
- El sexo no era una variable que se relacionara con un mayor o menor enganche a la relación, es decir, la ruptura se superaba en tiempos similares se tuviera o no se tuviera sexo con el ex.
A pesar de la coincidencia en los resultados de los estudios y a que apunten en la misma dirección, hay cuestiones metodológicas que hacen que sea complicado generalizar lo que plantean.
Por un lado ambos estudios cuentan con muestras relativamente escasas, y por otro, son tantas las variables que están en juego a la hora de afrontar una ruptura y la recuperación ante la misma que es complicado aislar una sola como puede ser tener o no tener sexo con tu ex.
La personalidad, los estilos de afrontamiento, las vivencias previas, contar o no contar con red de apoyo... son muchos los factores que nos ayudan a levantarnos cuando nuestra relación se ha desmoronado y nosotros con ella.
Lo que sí podemos pensar es que, como parecen indicar estos estudios, quizá el sexo per se no sea lo más importante a la hora de “darnos un batacazo” tal y como pensamos a nivel popular.
Tener sexo con tu ex... por las razones equivocadas
A pesar de lo que digan estos estudios es innegable que si no tenemos clara la ruptura, si hay dependencia emocional, si no estamos bien... cualquier acercamiento, sea sexual o una llamada telefónica, puede llevarnos a sufrir.
Y lo cierto es que continuamente veo en consulta que en lo que a rupturas de pareja se refiere no hay certezas: rara vez he topado con alguien que tuviera claro, clarísimo, sin grietas, sin dudas, que la relación se había acabado para siempre.
El amor no es algo que funcione con un interruptor, no podemos apagarlo, de manera que a pesar de tener motivos más que de sobra para ponerle fin, los lazos afectivos a menudo se resisten a aceptar esa dicotomía del estar o no estar juntos. Grises, en las relaciones hay muchos grises.
En este “no tenerlo claro” a veces buscamos el sexo como una forma de proximidad física con la persona amada, a la que echamos de menos, como una vía de acercamiento. No es esta la mejor idea, porque entonces estamos instrumentalizando el sexo, y con un fin que para nada ofrece garantías.
El sexo tiene que ser placer, diversión, intimidad... no una herramienta para retener o pretender reconquistar. No te va a hacer sentir bien.
El lado “bueno” del sexo con un ex
A veces sucede, milagro, que hay quien acaba su relación de un modo civilizado, no aséptico, porque eso es casi imposible, pero al menos no de una forma destructiva.
Como decía antes los afectos no es algo que podamos apagar de pronto, de manera que es más que natural que nos apetezca compartir más de eso que teníamos con esa persona.
Además, si vuestra vida sexual era placentera, el sexo con alguien a quien conocemos, con quien hemos compartido intimidad, pasión, fantasías, es casi una apuesta segura al placer.
Por otra parte, quizá en los últimos tiempos de la relación, si esta estaba deteriorada, el sexo también se haya resentido, es de lo más normal. En ocasiones cuando por fin se toma la decisión de poner fin a la relación se elimina gran parte de la tensión que había entre ambos.
En estos casos puede darse que de pronto tengáis un sexo maravilloso, porque ya no está instrumentalizado, porque ya no buscáis lo imposible en él, porque ya no hay presión... solo placer y la ternura y complicidad pasadas.
Ahora bien, cuidado porque esto “está muy rico” y puede llevarnos a pensar que quizá... Pues eso, que no es fácil esto del amor... y menos el desamor. ¡Suerte!
Fotos | Unplash.com; GTres