Si viviésemos en un mundo perfecto al más puro estilo Hollywood, en el que nuestras referencias sobre sexo las encontrásemos en escenas de ‘Nueve semanas y media’, ‘Love’, ‘Instinto Básico’ o ‘La vida de Adele’, podríamos omitir este post y todo lo que viene a continuación. Pero la realidad es bien distinta de la ficción. Por eso, lo idóneo sería que nunca tuviésemos que pasar por una situación sexual embarazosa ya que el cuerpo es lo único que merece la pena escuchar en momentos así... ¿Y la mente? La mente mejor dejarla en el banquillo.
Es cierto que muchas veces la realidad no se ajusta a esta fantástica teoría y más de una hemos pasado por un (o varios) momento de “¡tierra, trá-ga-me!”. Pero tranquila, no estás sola en esto. Sabemos que la vergüenza suele impedirnos pedir consejo sobre lo que deberíamos hacer. Por eso, desde Trendencias hemos seleccionado una serie de ‘tips’ que te ayudarán a salir airosa (y hasta vacilarás un poquito) la próxima vez que evidencies en tus propias carnes uno de estos momentazos que suscitan toda clase de reacciones.
El inoportuno pedo vaginal
Estás en un momento de lo más hot, estáis completamente compenetrados y te has transportado al paraíso (en tu cabeza suena 'Baba O’Riley' de The Who). Pero de pronto tu mundo se detiene en la habitación. Sí, es un secreto a voces: los pedos vaginales son unos ‘cortarollos’ y tienen cierto afán de protagonismo.
Conocido también como flatulencia vaginal (en inglés, ‘queefing’), es el resultado de la expulsión de aire acumulado en la vagina y puede ocurrir durante el sexo, pero también haciendo ejercicio físico. No huele mal, de hecho, no huele nada. Entonces, ¿dónde está el escándalo?
“Si no se trata de ninguna dificultad mayor, lo mejor será tomarlo con naturalidad, normalidad e incluso humor y no poner la corona de protagonista al pedo vaginal si os visita inesperadamente durante el sexo, pues seguramente no os apetece nada que os corte el rollo, ¿verdad? La mejor receta para esto será la buena comunicación en pareja, que la mujer no se sienta mal por ello si ocurre y que su pareja tampoco dé importancia a este asunto. ¡Le podría pasar a cualquiera! Y tengamos en cuenta que es algo involuntario”, explica Sonia García Barbera, psicóloga y sexóloga.
Aunque sin duda lo más tentador sería que si es la primera vez que tu compañero/a sexual se encuentra ante una situación de este tipo, deberías aprovechar su desconocimiento en el tema para vacilarle. Dile que es algo que suele suceder cuando has tenido un orgasmo brutal o incluso comentarle que suele ocurrir cuando el polvo ha sido un auténtico desastre.
El ‘misnamig’ o decir el nombre de otro en la cama
Para muchas se trata del más embarazoso de todos (incluso ha sido causa de divorcio en algunos matrimonios... ¿Os acordáis en 'Friends' de la escena de Ross y Emily en su boda? “Yo Ross, te tomo a ti Rachel”...). Decir el nombre de otro durante el coito hará que cortocircuites (tú al menos, el de al lado no tanto... si es comprensivo).
Todo dependerá de la confianza que tengas con esa persona (que incluso a veces no es suficiente) y de la historia que haya detrás de ese intruso que de repente se ha instalado en vuestra cama. En el peor de los casos, la situación podría volverse tan incómoda que corte toda conexión... o incluso derivar en una crisis de pareja.
Pero que no cunda el pánico... ¡la ciencia está de nuestro lado! Según David Rubin, profesor y experto en Psicología y Neurociencia de la Duke University, el también conocido como ‘misnaming’ (confusión de nombres) no tiene por qué ser malo. Y es que asegura que cuando nos encontramos en un estado de euforia, evocamos momentos pasados que han sido memorables ya que se trata de un estado emocional que ya hemos vivido.
¿Lo mejor que puedes hacer? Pedir perdón al instante. Después, si te encuentras en una relación estable, no hay nada como hablar con sinceridad. Si sólo fue un lapsus, házselo saber de inmediato y preocúpate sólo si esto sucede recurrentemente.
Y si seguimos buscando puntos positivos, piensa que la reacción del otro es también una oportunidad para conocerle (y conoceros) más. No está de más saber que el perfil de los que verdaderamente podrían enfadarse seriamente ante algo así es de personas celosas y posesivas. Y tú no quieres eso en tu vida.
Que se quede dormido/a mientras lo hacéis
Escenas como estas no dejan de ser tremendamente incómodas. Probablemente sea más embarazoso para tu acompañante que para ti, pero aun así no deja de ser un momento “tierra t-r-á-g-a-m-e” y un tanto humillante.
La psicóloga Elena Vega nos explica que esto puede ocurrir por tener sexo aburrido, por exceso de alcohol o por depresión, entre otras cosas. Aunque sin lugar a dudas, en el primer punto se encuentra el origen de nuestra vergüenza y confusión.
“¿Se aburre conmigo? En ese caso, lo mejor es hablarlo y descubrir si verdaderamente tenéis una relación monótona o si su problema tiene que ver con razones físicas como la anemia o la falta de sueño”, asegura Vega.
Que te baje la regla en ese preciso momento
Ya sabemos que la regla es todo menos oportuna, y siempre aparece en el ‘mejor momento’. En ese viaje que teníamos marcado en el calendario o incluso se adelanta un par de días sin avisarnos. Un tanto maleducada.
Y como siempre, ella entra sin avisar y cuando estás en tu escena de película (porno) se cuela entre vosotros como los anuncios de siete minutos cuando apenas faltan segundos para que veamos el final.
Según Elena Crespi, sexóloga y terapeuta de parejas, “muchas mujeres no quieren tener relaciones durante la menstruación porque, históricamente, se ha tratado la menstruación como un momento horrible. La regla se vive como un castigo divino, es la venganza que Dios infringe a Eva por morder la manzana, por ser curiosa. Por lo tanto, en una situación así es difícil vivir el placer o el sexo con naturalidad”.
Es una mezcla de vergüenza e incomodidad, pero también puede crear un punto de excitación. Además, Crespi asegura que “cuando tenemos la regla está todo mucho más sensible y algunas mujeres siente más placer”. ¿Así que por qué no verlo así y empezar a normalizar nuestro cuerpo humano? Y si le preguntas, seguro que está deseando seguir donde lo dejasteis.
Que estés cerrada en banda
¿Qué ocurre cuando deseas con todas tus fuerzas dar rienda suelta al deseo y sin embargo tu vagina está completamente seca? El gatillazo femenino es una realidad y las mujeres también podemos sufrirlos.
¿Nunca te ha pasado que pese a tener muchísimas ganas de mantener relaciones sexuales tuviste que optar por el lubricante? Es una realidad y puedes estar tranquila porque no suele tener que ver con que la persona con la que estés te atraiga o no.
En otros casos, puede deberse a algún trauma de relaciones anteriores o estrés. "Si usted está preocupada por algún asunto referente a su relación, hable con su pareja y trate de resolverlo" dice la doctora Jeni Worden, experta en salud de la mujer. "Una vez que la paciente pueda comprometerse en una relación sexual satisfactoria, el problema podría resolverse", añade.
Elena Vega asegura que no pasa nada si esto ocurre: “Lo importante es que no acabes forzándote y escuches a tu cuerpo y lo que realmente necesita en ese momento”.
Y para terminar, piensa una cosa: ¿hay algo que te acerque más y genere más confianza entre vosotros que algo tan humano?
Fotos | 'Nueve semanas y media' (1986) | 'Vacaciones en Roma' (1953) | 'Sin compromiso' (2011)
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