Según varios estudios, la socialización es clave para ayudar a aquellas personas mayores que están en una situación más vulnerable
La soledad no deseada es un problema que afecta al 13,4% de las personas en España, y en el conjunto de la Unión Europea, se estima que 30 millones de personas se sienten solas con frecuencia, según datos del Observatorio Estatal de la Soledad No Deseada.
Las causas de esta soledad vienen determinadas por varios factores individuales, culturales y sociales, pero los más comunes suelen ser: vivir solo, eventos vitales como la pérdida de un ser querido o una separación, la edad, ya que las personas mayores tienen una mayor incidencia, la discapacidad, la salud o la renta.
Se trata de un problema que afecta en gran medida a los jóvenes de nuestro país, ya que son la franja de edad (16-29 años) con un mayor porcentaje de casos (25,5%), pero a partir de los 75 años, las cifras de nuevo ascienden.
Las consecuencias de esta situación de soledad son tan importantes que hasta pueden tener efectos negativos en la salud y el bienestar de las personas como son el aumento del riesgo a desarrollar enfermedades crónicas o mentales como la depresión. Pero, en el caso de las personas mayores, también se exponen al riesgo de padecer otro tipo de problemas que afecten a su calidad de vida como son aislamiento o el abandono.
Tener amigos nos suma años de vida
Uno de los grandes hándicaps asociados a la edad en relación a la soledad de las personas mayores es la fragmentación de las redes de apoyo y el entorno social, debido a dos premisas fundamentales: el envejecimiento progresivo de la sociedad y el crecimiento de los hogares unipersonales. Y, en el caso de personas con edades adultas, si no se detecta a tiempo, puede suponer situaciones de gran vulnerabilidad, llevando a la persona a aislarse socialmente.
Y es que socializar es una de las actividades que más podría influir en la salud, y, esto está publicado por varios estudios. En uno de ellos se observaba que pasar tiempo con amigos podría ayudar a mejorar su salud mental. Pero es que aquí no acaba la cosa, ya que el contacto social puede ser fundamental para envejecer bien y contribuir de forma sustancial a la longevidad. Es decir, tener amigos nos haría sumar años de vida.
Cómo socializar en la etapa tardía de la vida
Cuando llegamos a la tercera edad, la energía disminuye y se tiene menos disposición a realizar actividades sociales, por ello, es importante mantener y fortalecer lazos de amistad ya adquiridas, así como facilitar el hacer nuevas, en la etapa tardía de la vida. Pero, ¿cómo podemos hacer nuevos amigos o intentar mantener los que ya tenemos? En artículos anteriores hablábamos de cómo hacer amigos a partir de los 50 puede resultar más complicado, pero, en realidad, si nos lo proponemos es más sencillo de lo que parece.
Algunas de las ideas que proponíamos y que, para este caso, también pueden resultar de gran ayuda son: intentar no dejar mensajes o llamadas sin contestar, llamar por teléfono asiduamente a nuestros amigos para ver cómo se encuentran, aprovechar los viajes del Imserso para ampliar nuestra red de contactos, si tienes perro aprovecha tus paseos para socializar con los dueños de otros perros, apúntate a un programa de voluntariado o a alguna clase colectivo o curso en la que practicar ejercicio con otras personas de la misma edad. Las opciones no faltan, lo que hace falta son las ganas y proponerse seguir envejeciendo activa y saludablemente.
Fotos | Walt Disney Pictures
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