Así es cómo puedes iniciarte en el mundo de la acuarela pintando uno de los recursos más utilizados de esta técnica: las flores
La acuarela es una de las técnicas de la pintura más famosas y es que, más allá de nuestras dores artísticas, todos podemos aprender a practicarla. Pero, el arte de pintar, va mucho más allá que saber pintar, ya que proporciona innumerables beneficios tanto a nivel físico y mental como emocional, sobre todo, en la tercera edad. ¿Cómo podemos beneficiarnos de ellos? Asistiendo a talleres y cursos o, si te animas, hacerlo desde tu propia casa.
Para ello, te vamos a explica cuáles son los primeros pasos para crear uno de los recursos más utilizados en el mundo de la acuarela, las flores.
Paso 1: Materiales y pinceladas base
Para comenzar, una vez tengas preparada tu paleta de colores, carga tu pincel con el tono que más te guste. Los expertos recomiendan utilizar un papel de grano grueso (unos 300g) y un pincel sintético redondo mediano y con un poquito de punta. Para trabajar más cómodo, fija el papel con cinta de carrocero en una superficie para que no se mueva la lámina cuando pintes.
Cada vez que quieras cambiar de color deberás limpiar el pincel y para ello debemos tener dos vasitos, uno con agua limpia y otro con agua con la que iremos limpiando el pincel, y también un trapito o papel absorbente para secar el pincel.
Podrás crear las flores con los colores que quieras y cuántas desees, ¡eso siempre dependerá de tu creatividad! Aquí tienes unos cuantos videos con diferentes ideas para que comiences a poner en práctica este arte.
Comienza a hacer lo que será la base de los pétalos de la flor de la forma más libre posible sin estructuras. Suelta tu imaginación y carga con bastante agua el pincel para que los trazos sean más coloridos. Uno de los secretos para dar una mayor profundidad a los dibujos es cambiar la forma en la que agarramos el pincel, de hecho, es una técnica que los cuadros tengan más interés, según decía Monet.
Paso 2: Pinceladas sobre pinceladas para dar profundidad
Según se va secando la pintura el trazo irá quedando más claro por lo que para darle textura tendrás que ir dando pinceladas sobre pinceladas, en distintas direcciones. Para darle una mayor profundad podemos aplicar pinceladas de colores más vibrantes encima de la base, eso sí hacerlo de forma fina y suave para no tapar las iniciales.
Paso 3: Los tallos
En este caso podrás seguir pintando con el mismo pincel o bien para hacer los tallos utilizar uno más fino, como por ejemplo, el pincel ramero o rigger, aunque hay quien no recomienda cambiar de pincel cuando nos estamos iniciando en esta técnica.
Otra opción es hacer los núcleos de las flores con otro color, dejar secar unos minutos (sin que se llegue a secar del todo) y con una espátula raspar la pintura y arrastrarla creando unas rayitas (cada dos o tres raspadas limpiándola con un papel para que no se acumule la pintura y no se manche la lámina). Con el pincel finito o con la punta del mediano creamos los tallos presionando más en la zona del capullo de la flor y arrastrando con mayor ligereza hacia abajo para que las pinceladas queden sueltas y de mayor a menor intensidad.
Aquí tienes varias ideas y explicaciones de distintos videos de cursos y tutoriales que te pueden servir de mucha ayuda al comienzo.
Es importante saber que la gracia de esta técnica es experimentarla así que olvídate de la perfección, no te vengas abajo y deja volar tu imaginación y creatividad para hacer tus pinturas. Nadie nace sabiendo y todo se aprende practicando y todavía más si hablamos de técnicas de pintura.
Foto |Pavel Danilyuk de Pexels
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