Normalmente, a medida que vamos cumpliendo años el riesgo al volante aumenta, aunque no seamos (o queramos ser) conscientes de ello y queramos seguir conduciendo como siempre.
Y es que, según los datos de siniestralidad de informes de la Unespa y de la DGT, los siniestros con mayores de 65 años al volante son de un 24% aproximadamente y un 51% menos frecuentes que los que registran los más jóvenes.
Según otro estudio, El proceso de cese de la conducción en personas mayores, llevado a cabo por la Fundación Mapfre y el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau (Barcelona), la edad media en la que se deja de conducir son los 75,5 años y el 45% de los exconductores mayores dicen haber dejado la conducción de forma forzada.
Pero, lejos de caer en el edadismo, la DGT quiere añadir una mayor seguridad en este tramo de la vida a los conductores que todavía se ponen al volante renovando el carnet de conducir pero con algunas limitaciones. Tal y como explican en este artículo, los centros destinados al reconocimiento del conductor para la renovación del permiso serían los que tendrían que evaluar las condiciones del conductor y determinar las limitaciones que sean necesarias en cada caso.
Según recoge este articulo, entre los conductores un 15% son mayores de 65 años, de los cuales el 41% tienen entre 65 y 69, el 29%, entre 70 y 74 y el 30%, 75 o más. Debido a la longevidad cada vez mayor de la población también se ha estudiado la posibilidad de reducir el periodo de vigencia a partir de los 65 y que los conductores pasen más a menudo por los controles que en España son cada cinco años, al menos hasta el momento.
Los problemas fundamentales que intervienen en los accidentes de tráfico de las personas mayores, según se ha determinado por diferentes estudios llevados a cabo al respecto, suele ser la pérdida de capacidades psicofísicas y psicomotoras, el aumento de tiempo de reacción, mayor fatiga, el consumo de medicación, etc...
Y, los expertos, siendo conscientes de ello, advierten que la solución no es retirarlos de la carretera sino precisamente, realizar algunos cambios y en su conducción como por ejemplo:
- Comenzar a conducir solo de día
- Ir dejando de coger el coche gradualmente
- Hacer trayectos conocidos
- Limitar el perímetro de conducción...
Estas medidas son muy fáciles de llevar a cabo y, podrían incluso comenzarse a implementar de forma autónoma y personal, ya que parece que de manera oficial todavía está por evaluarse y estudiarse. De momento, lo único que podemos hacer es seguir teniendo la mayor precaución al volante siendo conscientes de nuestras capacidades.
Fotos | Hassan OUAJBIR Marta Wave de Pexels
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