Un estudio ha observado que existe un factor determinante que está vinculado de forma directa con la esperanza de vida
Sabemos que mantener una dieta sana y variada, practicar deporte y evitar malos hábitos es la base para una vida saludable, e incluso, evitar el riesgo de padecer algunas enfermedades como cáncer, diabetes, patologías cardíacas... entre otras muchas. Pero, además de llevar una vida saludable, lo que la mayoría de la gente busca es llegar a vivir muchos años y en las mejores condiciones de vida posible. Pues bien, este estudio llevado a cabo por los investigadores Matthew N. Zipple, H. Kern Reeve y Orca Jimmy Peniston de la Universidad de Stanford dice que sí, que todo eso de mantener una vida sana y hábitos saludables está muy bien, pero que además hay una pieza fundamental que influye de manera importante en ello y que te va a resultar cuanto menos, curiosa.
Y es que, según esta investigación, tanto los seres humanos como otros primates, suelen tener vidas más largas que otros mamíferos de igual masa corporal, debido a la influencia del cuidado materno, ya que este factor estaría vinculado también con la esperanza de vida.
Este equipo especializado en neurobiología y comportamiento estudió diversas especies de animales entre los cuáles incluyeron primates, hienas, ballenas y elefantes. Dicho análisis observó que había un patrón muy definido y es que las especies en aquellas crías dependían del cuidado maternal durante un periodo prolongado de tiempo tendían a vivir más tiempo y a tener un ritmo de vida más pausado. Pero, como decíamos, los humanos también estarían incluidos en estos patrones ya que, a diferencia de otros animales, la conexión entre madres e hijos es mucho más extensa y prolongada.
Pero a este vínculo ya se hizo referencia en la llamada la “hipótesis de la madre y la abuela”, tal y como se explica en este artículo, la cual plantea que las mujeres mayores en la vida de sus descendientes mejora considerablemente la probabilidad de sobrevivir. Esta teoría, por su parte, está basada en observaciones llevadas a cabo en los siglos XVIII y XIX donde se observó que la supervivencia de los hijos estaba vinculada a la presencia continuada de madres y abuelas.
Pero, tal y como explican los expertos de Stanford, este fenómeno no solo se da en las personas, sino que también ocurre en otros muchos mamíferos algo que determinaron gracias al desarrollo de un modelo matemático que cuantificó la relación entre la supervivencia materna y la esperanza de vida de las crías, así como el impacto del ritmo de vida.
Sin duda, unas conclusiones que pueden servir mucho a ecólogos para determinar cómo influyen los cuidados maternos en la evolución de la longevidad en diversas especies.
Fotos | X de @MU-Peter Shimon y Zsolt Bodnár de Pexels
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