Las piscinas de agua termal más bonitas de Europa son de acceso libre, están cerca de Roma y es el destino perfecto para unos días de turismo por la Toscana

Si nos remontamos a los orígenes de las aguas termales tenemos que hablar de Roma y es que, Agripa fue una de las primeras ciudades de las que se tienen constancia que comenzaron a construir las termas públicas en el año 19 a.C. El objetivo de esto era que las termas fueran destinadas a aquellas personas que no tenían baño privado en casa, es decir, para las clases sociales más bajas.

Por supuesto, este concepto ha ido evolucionando con el paso de los años pero, a los romanos siempre se les reconocerá como los grandes impulsores de los balnearios y baños públicos, que después se han llegado a convertir en lo que conocemos como grandes centros de SPA y bienestar.

En este mismo país, donde nació el concepto de los baños de aguas termales, encontramos las que se consideran una de las mejores termas del mundo por su increíble belleza natural. Se encuentran en Saturnia, a dos horas y media en coche de Roma, son gratuitas y en sus alrededores se ubican unas impresionantes piscinas naturales al aire libre, como decimos, todas ellas de acceso libre. Debido a la importancia y belleza de la zona también hay innumerables complejos hoteleros de lujo para disfrutar del turismo termal.

Rodeada de campo y viñedos está la Cascate del Mulino di Saturnia (la Cascada del Monlino de Saturnia), que lleva por nombre el del molino que todavía sigue en pie, en la cual están estas piscinas naturales que permanecen abiertas durante todo el año y cuya zona está preparada para acoger a los visitantes con una zona de cafetería y restaurante, así como un aparcamiento.

El origen parte del río Gorello que nace en el monte Amiata, un volcán extinto. El río atraviesa un bosque que termina en una cascada de cuatro metros y a su paso, este es el encargado de llenar de sus aguas estas pozas y formar así las piscinas naturales.

Sus aguas son aguas sulfurosas y piedras calizas de travertino, su temperatura natural es de 37,5 grados y tiene un caudal de unos 800 litros por segundo. Este tipo de aguas son muy beneficiosas para las afecciones cutáneas, para problemas del aparato digestivo así como del circulatorio.

Para poder disfrutar bien de la zona, desde el Ministerio de Turismo italiano recomiendan permanecer unos dos o tres días para así poder descubrir la preciosa zona donde se ubica y conocer algunos pueblos de alrededor Montemerano, Manciano, Pitigliano o Sovana, así como toda la impresionante naturaleza que los rodea.

Fotos | Turismo de Toscana

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