Sara Hormigo
EditoraSabemos que el deporte es una de las mejores cosas que podemos hacer por nuestra salud. Pero es que, además, también es beneficioso para la actividad de nuestro cerebro y esto es algo que no nos inventamos nosotros, sino que la propia Organización Mundial de la Salud (OMS), recomIenda practicarla de forma asidua.
“La actividad física regular es muy beneficiosa para la salud física y mental. En el adulto, ayuda a prevenir y controlar enfermedades no transmisibles como las cardiovasculopatías, el cáncer y la diabetes; reduce los síntomas de la depresión y la ansiedad; y favorece la salud cerebral y el bienestar general”, según dicen, por tanto, practicar actividad física podría ser un factor neuroprotector.
El inevitable paso de los años produce alteraciones en todo el cuerpo y el cerebro, por supuesto, no se salva de ello. El deterioro cognitivo leve como los olvidos o pérdidas fortuitas de memoria forman parte del envejecimiento y, por tanto, tratar de prevenir que esto genere problemas mayores es muy importante.
Expertos de la Universidad de Harvard han estudiado cómo el ejercicio afecta a la función del cerebro con una investigación en la cual los participantes fueron sometidos a un programa de ejercicio físico moderado durante seis meses. Estos observaron cómo aumentaron algunas zonas del cerebro y, por tanto, la mejora tanto en sus funciones cerebrales como su capacidad de pensamiento.
Con los ejercicios que se realizaron concluyeron que toda actividad aeróbica repercute de forma positiva en la salud, pero concretamente, los expertos hablan de caminar, y de todos los efectos positivos que esta actividad proporciona al cerebro y a la cognición.
Según explican en este artículo de la Universidad de Harvard: “El Dr. McGinnis recomienda establecer el ejercicio como un hábito, casi como si se tratara de tomar un medicamento recetado. Sugiere fijarse la meta de hacer ejercicio a una intensidad moderada -como caminar a paso ligero- durante 150 minutos por semana. Puedes comenzar con unos minutos al día y aumentar la cantidad en cinco o diez minutos cada semana hasta alcanzar su objetivo”.
Por su parte, este otro estudio observó que aquellas personas más activas físicamente realizando deportes como correr, nadar, ir en bicicleta, jugar al tenis o esquiar habían logrado pausar los efectos del envejecimiento en el cerebro. “Descubrimos los efectos protectores en aquellos sujetos que regularmente realizaban actividades extenuantes y exhibían una alta aptitud cardiorrespiratoria, lo que compensa el declive de la cognición que normalmente vemos con la edad”, explica Chandramallika Basak, uno de sus autores.
Por tanto, no lo dudes, y ponte a practicar ejercicio desde ya porque ninguna edad es demasiado tarde para comenzar, al contrario, solo sumarás beneficios para tu salud.
Fotos | Anastasia Shuraeva Kampus Production de Pexels
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