La “hormona del amor” podría ser la clave para tener una buena memoria según dice la ciencia

Nuestro organismo tiene la capacidad de crear hormonas y sustancias con efectos realmente asombrosos tanto en nuestro cuerpo como en nuestra mente, debido a su interacción con el sistema nervioso, inmunitario y endocrino. Este es el caso de la oxitocina, una hormona que segrega nuestro cerebro que hablando técnicamente se trata de un neuropéptido formado por aminoácidos, que existe incluso antes de nacer, y parece ser que un último estudio ha revelado que esta podría influir en el área del aprendizaje y la memoria.

¿Cuál es el papel de la oxitocina?: la hormona del amor

La oxitocina es conocida por el papel fundamental que representa en los partos, de hecho, el origen etimológico de la palabra lo explica: oxys (rápido) tokos (parto), un término acuñado por el neurofisiólogo Henry Hallet Dale, quien observó que esta sustancia tenía el poder de provocar contracciones uterinas en gatas embarazadas.

Desde ese momento, la oxitocina es una sustancia que (después de ser descubierta su fórmula química) es habitualmente utilizada para desencadenar partos y mantener las contracciones, cuando es necesario. Pero si por algo se caracteriza es por ser conocida como la “hormona del amor” y es que, además de tener esta función tan importante en los alumbramientos, también lo es por su capacidad de crear vínculos de afectividad, sensualidad y sexualidad.

Pero el cerebro también segregamos oxitocina en nuestras relaciones sociales cuando, por ejemplo, estamos disfrutando de una comida agradable, de una conversación con algún amigo, cuando recibimos un abrazo, una caricia o cuando reímos, por lo que podríamos decir que es una hormona que nos aporta un estado de bienestar y, por tanto, salud.

La oxitocina y su influencia en el aprendizaje y la memoria

Pues bien, un reciente estudio llevado a cabo por la Universidad de Ciencias de Tokyo podrían haber descubierto que la oxitocina influye en la memoria de los ratones que utilizaron para su investigación, concretamente, en las “neuronas OXT” que contienen “receptores OXT” y que funcionan de diferente manera según la cantidad de hormona haya disponible en el cerebro.

En el mismo estudio, se analizaron las vías neuronales y mecanismos que activa la oxitocina y su implicación en el área del aprendizaje y la memoria, lo que podría repercutir de forma muy positiva en el desarrollo de nuevos fármacos para retrasar o revertir enfermedades neurodegenerativas como la demencia. “Se había sugerido que la oxitocina podría ser un nuevo candidato terapéutico para la demencia basándonos en estudios que utilizaron un modelo de ratón de la enfermedad de Alzheimer. Para investigar esto más a fondo, en este estudio examinamos el papel de la OXT endógena en la función cognitiva del ratón. Esto se hizo mediante el uso de técnicas farmacogenéticas para activar específicamente las neuronas OXT en regiones específicas del cerebro. A continuación, se evaluó la función cognitiva de los ratones mediante la tarea de reconocimiento de objetos novedosos (NORT)”, explica uno de los autores.

Concretamente, los investigadores señalan la incidencia de esta sustancia en el área de la memoria social y en el reconocimiento de objetos y su proyección en la modulación de la memoria de reconocimiento, vinculada estrechamente con la enfermedad de Alzhéimer. Todavía tendremos que esperar y que continúen avanzando las investigaciones en este campo que parece estar cada vez más próximo al desarrollo nuevos de fármacos que logren mitigar potencialmente la progresión de la demencia.

Fotos | Pablo Heimplatz Unsplash

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