Irene Aterido, sexóloga: "El apetito sexual no disminuye nunca si hemos cultivado la erótica a lo largo de nuestra vida"

Es un hecho que el sexo cambia según la etapa de la vida en la que nos encontremos y, por ello, tenemos que ir adaptando nuestra vida sexual a las circunstancias que nos van acontecimiento. Tradicionalmente se ha considerado que el envejecimiento provoca un decline en la sexualidad y lo cierto es que, según dicen en la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), la actividad sexual no tiene por qué perderse con el paso de los años. Desde esta asociación además proclaman que lo que las personas mayores necesitan es saber qué cambios va a experimentar su organismo, en concreto, su aparato genital para saber y poder adaptarse a ellos.

En el mantenimiento de la actividad sexual de los mayores influye desde el sistema nervioso hasta el cardiovascular, el locomotor, entre otros. Irene Aterido, sexóloga y experta en ciclo menstrual, y colaboradora de Intimina, también coincide en explicarnos que el apetito sexual no disminuye nunca, aunque la creencia sea totalmente la contraria, todo dependerá de “si hemos cultivado la erótica a lo largo de nuestra vida”, advierte. El grado de deseo sexual puede variar de una persona a otra, pero “socialmente está normalizado que disminuye cuando vamos envejeciendo”, dice, y “aproximadamente, este declive coincidiría con cambios psicosociales que suceden en torno a los 50 años”.

Son varios los factores que afectan a estos cambios en el deseo sexual a medida que pasan los años. Por un lado, factores biológicos que más influyen son “la menopausia o el descenso de testosterona en los hombres al envejecer, aunque no es una regla fija”, nos explica. Pero además, “la libido puede variar debido a factores individuales como la salud, el estilo de vida y el tipo de relaciones personales que se mantienen (parejas esporádicas o bien en convivencia de larga duración)”, asegura la experta.

Los cambios biológicos no son los mismos en hombres que en mujeres y estos “son solo algunos de los problemas sexuales los que tienen que ver con causas biológicas”, según también las creencias populares. “Estamos hablando de la disfunción erectiva en varones (impotencia), la disminución de la lubricación en mujeres, así como la dificultad para alcanzar el orgasmo en ambos sexos”.

En el caso de los hombres:

La disfunción eréctil es muy infrecuente antes de los 40 años, y puede llegar a afectar a un 55-60% de los varones de más de 70 años y sus causas más frecuentes son la alteración vascular, la patología neurológica, así como la endocrinológica. Por otro lado la disminuición de la líbido, es otro de los problemas que menciona la sexóloga y es que en envejecimiento fisiológico así como los medicamentos repercuten negativamente en el deseo sexual, dicen desde la SEGG, y también apoyan en este artículo, mientras que la eyaculación precoz, suele ser casi siempre secundaria a intervenciones quirúrgicas y que pueden generar alteraciones en la salida del semen.

En el caso de las mujeres:

La dispareunia, es decir, el dolor durante el coito suele ser común tras la menopausia aunque puede deverse a numerosas causas. Normalmente, según la SEGG, aseguran que se suele solucionar con tratamiento hormonal sustitutivo para lograr mejorar la secreción vaginal. La disminución de la libido, al igual que le ocurre a los hombres que se acentúa con problemas médicos crónicos, y la falta de orgasmo, que a estas edades suele tener un origen casi siempre, orgánico o farmacológico. “Diagnósticos médicos como la diabetes, la hipertensión, la depresión y el uso de algunos fármacos pueden afectar la función sexual de las personas mayores al igual que lo hace en las jóvenes”, añade la sexóloga.

En la mujer, además, el suelo pélvico juega un papel fundamental en la sexualidad de las adultas y es que “un suelo pélvico fuerte y con un tono correcto contribuye a una mejor lubricación, sensibilidad y propiocepción durante el acto sexual, así como a prevenir problemas como la incontinencia urinaria, el prolapso vaginal, o la falta de sensibilidad. Los ejercicios de Kegel y otros métodos de fortalecimiento de los músculos del suelo pélvico pueden ser útiles para mantener las prácticas sexuales y disfrutar de orgasmos intensos”, asegura la experta.

La importancia de los factores psicosociales

Los factores sociales son mucho más incidentes en la disminución del deseo sexual y es que, sobre todo, “tienen que ver con causas psicosociales, familiares y laborales, crisis vitales como las de la jubilación y ajuste de pareja de larga duración. Son estas crisis vitales y los duelos a la hora de envejecer los que afectan a la manera de expresar nuestra sexualidad”, sostiene la sexóloga.

Cómo disfrutar de la sexualidad a los 60

Parece que por hacernos mayores automáticamente debemos privarnos de sentir o practicar determinadas actividades. La sexualidad a los 60 puede ser muy gratificante, tal y como nos cuenta la sexóloga, por varios motivos: en primer lugar, se tienen menos preocupaciones y responsabilidades, lo que permite tener más energía para disfrutar de la intimidad en pareja y la experiencia acumulada y la confianza en uno mismo también es otro de los factores que pueden influir en disfrutar más plenamente de la vida sexual.

Lo que sí es cierto es que la respuesta sexual humana se ve afectada por la edad en tanto en cuanto las hormonas sexuales son distintas a las de la juventud, por lo que “el organismo se siente diferente”, dice la experta, “¡incluso el orgasmo!”. Sin embargo, “si nos olvidamos de los prejuicios, en la edad anciana la sexualidad sigue estando presente en todas sus fases: fantasía, deseo, excitación y orgasmo”, nos explica.

Disfrutar de una vida sexual a los 60, al igual que con 30, es más fácil de lo que pensamos, nos dice la sexóloga, y es que las barreras mentales y las que nos ponemos nosotros mismos son las más problemáticas en estos casos.

Para evitar esto, “es importante mantener una comunicación sincera y asertiva con la pareja o las parejas sexuales”, y es que el cambio físico puede provocarnos unas mayores inseguridades. Desde luego, el cuerpo ya no es el que era y los ideales de belleza de la juventud cambian: “A menudo las mujeres en la madurez alcanzan una seguridad y un conocimiento propio que las hace más atractivas. Tenemos por el contrario ideas claras en la sexualidad y en las necesidades afectivas. Muchas mujeres optan por auto-satisfacerse tanto solas como en pareja. Por su parte, los hombres aprenden a desgenitalizar sus prácticas sexuales y pedir caricias y afectividad”, dice la sexóloga.

Por tanto, la comunicación y el apoyo en pareja para disfrutar del sexo en las distintas etapas de la vida es algo crucial para poder superar cualquier tipo de dificultad ya sea física, psicológica o social.

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