Nos han insistido con los 10.000 pasos, pero la ciencia no está de acuerdo. Dar una vuelta podría ser suficiente

¿Sabías que caminar por tu barrio puede ser más beneficioso de lo que piensas? Al menos eso es lo que dice el American Council of Exercise (ACE), una organización dedicada a mejorar los niveles de actividad física, que dice que tan solo danto una vuelta a la manzana de tu barrio ya estarías disminuyendo la presión arterial y mejorando la salud mental.

Y es que la popularidad de caminar como actividad física está creciendo a pasos agigantados. Gracias a su bajo riesgo de lesiones y ser una fácil de empezar, caminar aporta muchos beneficios a nuestra salud, y se ha convertido en la actividad física preferida de las personas mayores porque no implica nada más que ponerse ropa cómoda y salir a la calle a pasear.

Pero, ahora sabemos también gracias a la ciencia que, como decimos, a los beneficios que aporta caminar hay que sumarle que esta actividad también conecta a las personas con sus comunidades. "En EE.UU más de una quinta parte de los adultos dice que, a menudo, o siempre, se siente sola o aislada de los demás. Al alentar a las personas a caminar en sus vecindarios, se encuentran con más oportunidades de interactuar con otros miembros de la comunidad, logrando así beneficios para la salud y sociales. Las investigaciones crecientes señalan la importancia de los vecindarios residenciales y caminar como un medio para restaurar las conexiones sociales”, explican en su artículo.

Y es que, cada vez son más los datos que nos recuerdan que la soledad no deseada es uno de los males más extendidos del siglo XXI y que uno de los grupos de la población más afectados por ello son las personas mayores. El aislamiento es algo bastante común cuando llegamos a cierta edad y, esta situación puede tener consecuencias negativas para la salud desde ansiedad o depresión, a una reducción de la actividad física, de la movilidad así como un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y crónicas.

Podríamos decir, entonces, que como beneficio adicional de la incorporación de un compañero para caminar están las mismas ventajas que proporciona tener un compañero de gimnasio o de ejercicio: ambos se benefician a nivel social, e incrementa en ellos el factor de responsabilidad, lo que aumenta la probabilidad de que la actividad física se mantenga y continúe en el tiempo.

Fotos |  SHVETS production Greta Hoffman de Pexels

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