Un nuevo estudio arroja luz sobre los considerados primeros signos del Alzhéimer que se podrían detectar hasta casi 20 años antes de que aparezcan los síntomas propios de la enfermedad.
El Alzhéimer afecta entre un 5 y un 10% de la población mayor de 65 años y su prevalencia incrementa de forma progresiva con la edad. La pérdida de memoria que puede dificultar la vida cotidiana, la afección al habla, a la capacidad de resolver situaciones, la desorientación, la disminución o falta de juicio son algunos de los síntomas que se pueden categorizar como tempranos según la Alzhéimer’s Association.
Ahora, un reciente estudio ha observado que antes de que estos signos aparezcan o sean más evidentes se producen una serie de variaciones en la concentración de determinadas proteínas, las placas de beta amiloide y ovillos de proteína tau, así como una alteración en el tejido cerebral que aparecería de manera secuencial y en etapas definidas, lo que podrían hacer sospechar de la aparición de esta enfermedad hasta 18 años antes de su diagnóstico.
Dicho estudio se ha llevado a cabo por el Centro de Innovación para Trastornos Neurológicos del Departamento de Neurología del Hospital chino Xuanwu en colaboración con el Centro de Enfermedad de Alzhéimer del Instituto de Trastornos Cerebrales de Beijing, el Anding Hospital y el Departamento de Psiquiatría del Hospital Popular Provincial de Zhejiang. Y dicha investigación se llevó a cabo durante 20 años, desde enero de 2000 hasta diciembre de 2020 con una muestra escogida de hombres y mujeres de mediana edad, de unos 61 años, con un estado cognitivo normal cuando iniciaron el estudio. Durante este tiempo 648 enfermaron de Alzhéimer, y se trató determinar de qué manera se manifestaron los biomarcadores hasta la aparición del deterioro cognitivo.
La primera señal fue el aumento de concentración de la proteína betaamiloide en el líquido cefalorraquídeo que se pudo detectar 18 años antes del diagnóstico y en los diez años previos, se observó un aumento de la proteína tau. A los nueve años se detectaron los primeros signos de daño neuronal y a los diez las resonancias mostraban atrofias del hipocampo,previas al daño cognitivo.
De hecho, ya existen estudios que habrían evidenciado esto con anterioridad mediante un análisis de sangre. Estos hallazgos podrían ser fundamentales para determinar la detección precoz del Alzheimer incluso, a edades tempranas como la veintena y, de esta manera, mejorar los fármacos y el tratamiento para ofrecer los mejores resultados en las fases iniciales de la enfermedad.
Fotos | Pixaba Anna Shvets vía Pexels
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