Nunca hubieras pensado que esta hora sería la mejor para caminar y al mismo tiempo reducir el azúcar en sangre, según este estudio

El sedentarismo es un mal del siglo XXI que se asocia a un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares (hipertensión, hiperglucemia e hiperlipidemia además de sobrepeso y obesidad), que son la causa principal de muerte en el mundo con 17,9 millones de fallecidos al año, ocurriendo una tercera parte de ellas en personas menores de 70 años, según datos de la OMS. Un nuevo estudio ha revelado que caminar después de comer puede ser la mejor forma de prevención porque además, reduces los niveles de azúcar en sangre evitando picos de insulina.

La misma organización explica que ser sedentario es realizar menos de 90 minutos de actividad física a la semana, es decir, solo con hacer 30 minutos de ejercicio tres días a la semana estaríamos cumpliendo con los mínimos que dicta la OMS. Según la misma institución, un 60% de la población mundial es sedentaria y se calcula que al año fallecen hasta dos millones de personas por este motivo.

Si te parece que estos son pocos motivos para empezar a moverte y ser activo en tu día a día, todavía podemos aportarte algún dato más y es que, solo caminar se convierte en una actividad física con la que cubrir los mínimos de actividad diaria y que, además, nos aporta muchísimos beneficios a la salud, sobre todo, a las personas mayores. Según un varios estudios llevados a cabo al respecto, 10.000 pasos al día reducen el riesgo de enfermedad cadiovascular y unos altos niveles de pasos diarios se asocia unos niveles más bajos de muerte. ¿Es para pensárselo, no?

Caminar después de comer puede bajar los niveles de azúcar en sangre

Pues bien ahora otro estudio, llevado a cabo por la Universidad de Limerik, arroja más luz al tema determinando que pequeños gestos como interrumpir estar sentado en cortos periodos de tiempo, ponerse de pie o realizar paseos de baja intensidad pueden ser vitales para nuestra salud. Para llegar a esta conclusión en la investigación se midieron los marcadores metabólicos de las personas participantes que habían permanecido sentadas de una forma prolongada, comparándolos con aquellas que habían interrumpido estos momentos de pausa con actividad física leve. Los resultados fueron que las personas que habían sido activas presentaban unos niveles significativamente más bajos de la glucosa postprandial.

Con este hallazgo, entonces, podríamos decir que caminar reduce los niveles de azúcar en sangre y por tanto, reduce también la resistencia a la insulina. Eso es así porque el movimiento de nuestro cuerpo, y por ende, de nuestros músculos, hace que la glucosa sirva como combustible y que nuestro cuerpo la queme acumulando menos azúcar en sangre como resultado. Pero además, caminar no solo es bueno para la salud a nivel físico, sino que a nivel mental también resulta determinante ya que también hay estudiosque demuestran que esta actividad puede reducir el riesgo de otras enfermedades cada vez más comunes en la sociedad, por desgracia, como el estrés, la ansiedad o la depresión.

Pero para hilar todavía más fino, en el estudio llevado a cabo por la Universidad de Limerik (el primero que citábamos), los investigadores cotejaban cuál es la mejor hora para salir a caminar y al mismo tiempo reducir los niveles de glucosa, mediante un meta-análisis, llegando a una conclusión: que la hora ideal es hacerlo después de comer, con un margen de hasta una hora y media después de finalizar el almuerzo.

Además, los investigadores insisten en su estudio que la actividad física que se realice no debe ser intensa, o no hace falta que lo sea, sino que dar un paseo a un ritmo normal puede ser la mejor medicina para bajar los niveles de azúcar en sangre, evitar picos de glucosa y prevenir riesgos en nuestra salud.

Fotos | Nikita Nikitin SHVETS production de Pexels

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