Desde hace muchos años la ciencia investiga un tipo de enzimas, las sirtuinas, que los expertos relacionan con el retraso del envejecimiento y a longevidad. Las “proteínas de la longevidad", que así es como las llaman son un grupo de enzimas proteicas que regulan procesos biológicos como el envejecimiento, la inflamación, el metabolismo energético y la respuesta al estrés, según un estudio llevado a cabo al respecto, el ‘Annual Review of Physiology’, de Sergi Libert y y Leonard Guarente, del Instituto de Tecnología de Massachusetts (EEUU).
Estas fueron descubiertas hace tan solo tres décadas y hoy se consideran como factores cruciales para un envejecimiento saludable. La ciencia ha identificado siete tipos de sirtuinas, cada una con funciones y localizaciones específicas en las células del cuerpo humano.
Entre ellas las más estudiadas han sido la SIRT1, la cual mejora la resistencia a la insulina y regula el metabolismo de los lípidos y los glúcidos. La SIRT3, que está involucrada en el control del metabolismo energético de las células y es fundamental para el correcto funcionamiento de los riñones. Y la SIRT6, que está implicada en la reparación del ADN y el envejecimiento, incluso en 2021 se realizó un estudio, liderado por el profesor Haim Cohen, director del Centro de Longevidad Humana Saludable Sagol de la Universidad de Bar-Ilan en Israel, en el cual conseguía incrementar la vida en ratones en un 23% gracias a la SIRT6, un procedimiento podría llegar a aplicarse en seres humanos en el futuro.
Qué son los “alimentos sirt”
Las sirtuinas, tan importantes para nuestro metabolismo, no se encuentran directamente en los alimentos que consumimos a diario pero su producción puede ser estimulada gracias a compuestos contenidos en una serie de ellos que la ciencia ya ha rebautizado como “alimentos sirt”.
El más célebre es el vino tinto debido a la presencia de resveratrol, un fenol conocido por su capacidad para activar la SIRT1. También estimulan la actividad de las sirtuinas los flavonoides, presentes en el chocolate negro, y las antocianinas que las encontramos en los arándanos, las fresas y las moras.
El kale, que aporta antioxidantes fibras y calcio, la canela que contiene polifenoles y otros componentes antioxidantes y antiinflamatorios y las semillas de chía también son muy buena opción, ya que contienen ácido fólico y fibra.
Muy valiosos para la actividad de las sirtuinas son también los ácidos grasos omega 3 que se encuentran en abundancia en las nueces o el aceite de oliva, y los nitratos que encontramos en gran cantidad en las verduras de hoja verde oscura como la col rizada y las espinacas.
¿Cómo aumentar la producción de sirtuinas?
Si la alimentación nos ayuda a estimular la producción de sirtuinas, como suele suceder, hay una serie de actividades y comportamientos con los que se puede alcanzar el mismo objetivo, empezando por la actividad física regular, que es capaz de estimular de manera particular la producción de SIRT1.
Hemos hablado varias veces de la importancia del sueño para el bienestar general del organismo, y también en el ámbito de las sirtuinas se ha demostrado que un descanso adecuado y regular es fundamental para las funciones de reparación y regeneración que involucran a las sirtuinas.
Según algunos estudios, además, el ayuno intermitente también puede aumentar los niveles de sirtuinas en el cuerpo. La razón en este caso radica en los procesos de estrés celular que se activan durante el ayuno y que, a su vez, estimulan la producción de sirtuinas.
Sin embargo, la controversia en el estudio de las enzimas sirutinas todavía es elevada debido a sus efectos en la restricción de calorías, el uso de resveratrol como activador de estas o en cuál es su papel desarrollo de patologías cancerígenas, entre otras... En todos estos casos, ya se cuenta con varios estudios, pero lo cierto es que todavía es temprano para sacar conclusiones de peso al respecto.
Una de las últimos investigaciones llevados a cabo sobre las sirtuinas, se observaron a estas enzimas como un factor muy importante a la hora de estudiar el envejecimiento y la longevidad, sobre todo, para la medicina del futuro, y sus autores dicen: “A pesar de las controversias, las enzimas sirtuinas han demostrado claramente su función reguladora en muchos procesos celulares y han sido descritas en el sistema nervioso central, el sistema cardiovascular, el sistema inmunológico, el hígado y los huesos, entre otros”. Por el momento, habrá que esperar un tiempo más para que la ciencia logre extraer más conclusiones sobre las "proteínas de la longevidad".
Fotos | Polina Tankilevitch Maria Verkhoturtseva Peter Fazekas de Pexels
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