Un estudio explica cómo afectan las pesadillas a la salud de nuestro cerebro
Pasamos un tercio de nuestras vidas durmiendo y una cuarta parte de ese tiempo que estamos dormidos, lo pasamos soñando. Entonces, según los cálculos que realiza Abidemi Otaiku, experto en neurología de la University of Birmingham en este artículo, las personas que hoy en día tenemos una esperanza media de vida de alrededor de 73 años, esto equivaldría a un poco más de seis años soñando.
Sin embargo, aún con toda la importancia que acaparan los sueños en nuestra vida, todavía no sabemos cómo el cerebro los crea y, algo más importante: cómo afectan estos a nuestra salud, especialmente a la de nuestras neuronas.
Pues bien, el estudio del que este científico es autor, llevado acabo en 2022, arrojó algo de luz sobre el tema y mostró que nuestros sueños pueden revelar una sorprendente cantidad de información sobre la salud de nuestro cerebro. Más específicamente, observó que tener sueños desagradables y pesadillas frecuentemente durante la edad media o avanzada, podría estar relacionado con un mayor riesgo de desarrollar demencia.
En el estudio, se analizaron datos de tres grandes investigaciones estadounidenses sobre salud y envejecimiento, los cuales incluían a más de 600 personas de entre 35 y 64 años, y 2,600 de 79 años o más. Todos los participantes estaban libres de demencia al inicio del estudio y fueron seguidos durante un promedio de nueve años en el grupo de mediana edad y cinco en el de los más mayores.
Al comienzo del estudio (2002-12), los participantes completaron una serie de cuestionarios, incluido uno que preguntaba con qué frecuencia experimentaban sueños desagradables y pesadillas. Una vez analizados los datos para averiguar si los participantes con una mayor frecuencia de pesadillas al comienzo del estudio eran más propensos a experimentar un deterioro cognitivo y a ser diagnosticados con demencia, los resultados que el investigador encontró fueron los siguientes.
Aquellos que tenían pesadillas semanales del grupo de mediana edad, tenían cuatro veces más probabilidades de experimentar deterioro cognitivo en la década siguiente, mientras que los participantes mayores tenían el doble de probabilidades de ser diagnosticados con demencia.
Además, curiosamente, la conexión entre las pesadillas y la futura demencia era mucho más fuerte en los hombres que en las mujeres. Por ejemplo, los hombres mayores que tenían pesadillas cada semana tenían cinco veces más probabilidades de desarrollar demencia en comparación con los hombres mayores que no reportaban sueños desagradables. En las mujeres, sin embargo, el aumento del riesgo fue solo del 41%, con un patrón muy similar en el grupo de mediana edad.
En general, estos resultados sugieren que las pesadillas frecuentes pueden ser uno de los primeros signos de demencia, que pueden preceder al desarrollo de problemas de memoria y pensamiento por varios años, o incluso décadas, especialmente en los hombres. Asimismo, también es posible que tener sueños desagradables y pesadillas regulares pueda incluso ser una causa de demencia.
Pero, dada la naturaleza de este estudio, no es posible estar seguro de cuál de estas teorías es correcta (aunque el autor sospecha que es la primera, según dice en el articulo). Sin embargo, independientemente de cuál teoría resulte verdadera, la implicación principal del estudio sigue siendo la misma: tener pesadillas regulares durante la edad media y avanzada puede estar relacionado con un mayor riesgo de desarrollar demencia en la vida a largo plazo.
La buena noticia es que las pesadillas recurrentes son tratables y el tratamiento médico ya ha demostrado disminuir la acumulación de proteínas anormales vinculadas a la enfermedad de Alzheimer. También ha habido informes de casos que muestran mejoras en la memoria y las habilidades de pensamiento después de tratar las pesadillas.
Estos hallazgos sugieren que tratar las pesadillas podría ayudar a frenar el deterioro cognitivo y a prevenir el desarrollo de demencia en algunas personas, lo que se convierte en una vía importante a explorar en investigaciones futuras.
Los próximos pasos que se plantea el autor son investigar si las pesadillas en personas jóvenes también podrían estar relacionadas con un mayor riesgo de demencia, lo que podría ayudar a determinar si las pesadillas causan demencia o si son simplemente un signo temprano en algunas personas.
Y también está entre sus planea investigar si otras características de los sueños, como la frecuencia con la que los recordamos y cómo de reales son, también podrían ayudar a determinar la probabilidad de que las personas desarrollen demencia en el futuro.
Todo ello, no solo podría ayudar a arrojar luz sobre la relación entre la demencia y los sueños, y proporcionar nuevas oportunidades para diagnósticos e intervenciones más tempranas, sino que también podría ayudar a conocer más sobre la naturaleza y función de este fenómeno tan misterioso al que llamamos soñar.
Fotos | de Pexels
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