Trastorno del deseo sexual hipoactivo: qué es, cuáles son las causas y cómo se puede tratar

Es normal la falta de apetito sexual en determinados momentos de la vida pero cuando esto se alarga tenemos que hablar del TDSH

El sexo, cuando se disfruta en plenitud, puede ser muy placentero e, incluso, muy beneficioso para la salud tanto a nivel físico como cognitivo y mental, pero, ¿qué pasa cuando hay una falta de deseo que se alarga más de lo normal? Y es que, no te asuste porque no tener siempre la líbido por las nubes es lo más normal del mundo, pero cuando esto se alarga más de la cuenta puede haber algún otro problema de fondo.

Según los datos, el 22 % de las mujeres y el 5 % de los hombres experimentan trastorno de deseo sexual hipoactivo de forma continua. Y, la Clínica Mayo señala que hasta el 40 % de las mujeres serán diagnosticadas con trastorno de deseo sexual hipoactivo en algún momento de sus vidas, lo que lo convierte en la disfunción sexual femenina más común.

El concepto médico con el que se conoce es trastorno del deseo sexual hipoactivo (TDSH), y significa la falta persistente del deseo sexual, fantasías sexuales o la ausencia de iniciativa de comenzar una relación sexual. Esto puede ser debido a distintas causas y de diversa índole y es que la falta de pareja, la edad, o mejor dicho, el envejecimiento, enfermedades como el cáncer, la artritis, los trastornos psicológicos como traumas del pasado, depresión o estrés, problemas con tu imagen corporal, la menopausia, el embarazo o la lactancia, y, en muchas ocasiones, la toma de medicamentos debido a alguna de estas patologías, concretamente, aquellos destinados a la presión arterial, quimioterapia y terapia hormonal de afirmación de género con base en estrógeno, son algunas de las principales causas que pueden estar originando este problema.

Para que el TDSH sea diagnosticarlo, los síntomas que hemos mencionado anteriormente tienen que ser persistentes, durar más de seis meses y estar influyendo de forma acusada a la persona que lo padece, ya que este sentimiento puede ser muy frustrante. Asimismo, cabe mencionar también queexisten dos formas en las que se puede dar este trastorno:

  • De forma generalizada: una mujer carece de deseo en la mayoría de las relaciones sexuales
  • De forma situacional: es cuando ocurre solo en determinados momentos por ejemplo, si tiene mucho estrés, en el posparto, conflictos con la pareja.

Y, también, puede ser:

  • Adquirido: este ocurre cuando se ha tenido una vida sexual normal durante un tiempo y luego experimenta una disminución
  • De por vida: es cuando este no tiene un comienzo concreto, y la persona ha experimentado falta de interés toda la vida

Lo más común es que este problema se manifieste en las consultas de los psicólogos de terapia de pareja, porque se comienza a tratar cuando esta situación es molesta sobre todo en una relación. A nivel individual, parece ser que no se presenta con tanta frecuencia, ya que la masturbación es un acto del que todavía, a día de hoy, no se habla con libertad y naturalidad por el miedo a ser juzgados o lo que opinen los demás, según cuentan expertas en psicología en este articulo.

Normalmente, este tipo de trastorno suele ser infradiagnosticado porque siempre dependerá del grado de angustia que cause a la persona que lo sufra y cómo esto afecte a sus relaciones. Pero, sobre todo, también depende mucho de cómo se trata del otro lado, es decir, del lado de los profesionales y expertos (que no sean sexólogos) ya que, muchas veces en la consulta del médico se pasan por alto temas importantes como es el sexo debido a que este todavía es un tema un tanto tabú y hay pacientes que se pueden sentir incómodos ante preguntas de esta índole.

Por ello, tal y como recomiendan los profesionales "si tu médico no menciona el tema, hazlo tú. Hablar con el médico sobre sexo puede darte vergüenza, pero es un asunto completamente adecuado. De hecho, tu satisfacción sexual es una parte esencial de tu salud y bienestar general".

Asimismo, para poder tratar este trastorno, lo que los expertos normalmente aconsejan es abordarlo mediante alguna de estas vías:

  • Cambios en el estilo de vida: estos pueden influir mucho ya que el la gestión del estrés, el autocuidado, la alimentación, abandonar malos hábitos, la comunicación con la pareja, o la práctica de ejercicio son cambios necesarios para combatir la líbido baja.
  • Asesoramiento profesional: acudir a un experto en psicoterapia será de suma importancia si es un problema que verdaderamente nos causa inquietud o ansiedad.
  • Terapia hormonal, que deberá ser valorada y tratada por un médico en su caso.
  • Medicamentos: comentarlo con el médico para tener en cuenta si se está tomando alguna medicación que esté interviniendo en la disminución de la líbido, y que si es necesario, se valoren opciones de medicamentos para aumentar el deseo sexual como son las terapias hormonales, flibanserina y bremelanotida.

Fotos | cottonbro studio Gustavo Fring de Pexels

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