Es uno de los paradores menos conocidos pero más impresionantes porque es un castillo-palacio que parece sacado de un cuento y está rodeado de piscinas naturales

En el corazón del valle de la Vera, entre el río Tiétas y el Jerte, encontramos uno de los paradores más impresionantes de la red y es que su castillo-palacio es de auténtico cuento. Se trata del Parador de Jarandilla de la Vera, ubicado en Cáceres, un edificio que fue el antiguo alojamiento de los Condes de Oropesa y que está rodeado de una zona de bosques, naturaleza y piscinas naturales que lo convierten en el lugar perfecto para disfrutar de los últimos coletazos del verano.

Sus tremendos torreones y su patio interior, su patio de armas, son dos de sus grandes atractivos y es que salta a la vista la importancia que tuvo este lugar en su día y el legado que dejó.

Se trata de un edificio construido en el siglo XVI y que conserva a la perfección sus torres originales, su foso y sus murallas así como una galería gótica de dos pisos en su interior. Este castillo también fue muy conocido por haber sido el refugio de Carlos V después de su abdicación, donde residió durante varios meses antes de instalarse definitivamente en el monasterio de Yuste.

Sus jardines son la estampa perfecta para pasar una agradable tarde de verano dándote un chapuzón en su piscina o disfrutando del paisaje de sus zonas exteriores entre sus olivos y naranjos.

Dentro de este parador encontramos la unión perfecta entre la historia, y la comodidad y modernidad de sus habitaciones que están completamente equipadas y que cuentan con unas increíbles vistas.

Por último, solo te queda disfrutar de la gastronomía del lugar probando la cocina tradicional de la zona en el restaurante de la parador con productos locales como el jamón ibérico de bellota de la Dehesa de Extremadura, sus quesos, sus verduras, y disfrutar en muchos de sus platos del famosísimo pimentón de La Vera.

Fotos | Paradores

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