Hace unas semanas, os contábamos que nos habíamos vuelto un poco locos con los nombres de las prendas de ropa. Pero es que hemos seguido reflexionando y creemos que, en realidad, con lo que nos hemos vuelto locos es con la ropa en sí. Porque, seamos sinceros, ¿quién no ha vivido esa evolución del «pero qué cosa tan horrible» al «es tendencia y me encanta»? Echando un vistazo a nuestros armarios, solo cabe preguntarnos... ¿nos hemos vuelto unos horteras?
Colores flúor. En el siglo XXI. Matadme.
Está pasando. Hubo un tiempo en que los colores flúor estaban reservados para su función primigenia: subrayar apuntes. Pero, de repente, las modas vienen y van, pim pam pum, no sé cómo ha pasado, pero tengo una americana verde fosforito en el armario. Aunque casi se lo podemos perdonar por permitirnos usar la palabra «fosforito», que lo mola todo.
Sandalias con calcetines, sin necesidad de ser un guiri en Fuengirola
Pero, ¿por qué está pasando esto? ¿Por qué? ¿¿Por qué?? Desde Prada a Versace, los grandes han apostado por las sandalias con calcetines en la Semana de la Moda de Milán de este año. Vamos, que lo más trendy de este verano son los Joseph y los Hans varios de la Costa del Sol, con sus calcetos bajo la chancla. Una vez más... matadme.
No me llames malla, llámame legging
Las mallas eran aquellas cosas que nos poníamos en los 90 con enormes sudaderas que nos parecían graciosísimas con sus símbolos de acid house y demás. Por suerte, aquella horrorosa tendencia ya pasó y ahora usamos leggins, que son una cosa completamente diferente (com-ple-ta-men-te). Las sudaderas ya no son enormes tampoco; ahora son oversize. Y no tienen simbolitos de acid, sino emoticonos de Whatsapp. Todo muy diferente, sí, sí.
Con mi chándal y mis tacones, arreglá pero informal
Que lo cantara Martirio en los 80, al parecer, no le dio a nadie la pista de que chándal + tacones... no. Big no, de hecho. Primero se lo plantó Rihanna y fue un poco inquietante, porque siempre nos da algo de miedo que las cosas que se pone Rihanna triunfen. Pero es que ahora (modo drama on)... ¡lo lleva hasta Blake Lively! Y Asos lo elige como outfit ideal. Estamos perdidos.
Mom jeans (o grandmom, ya que estamos)
¿Recordáis aquella época en que se llevaban los vaqueros taaaan bajos de cintura que sentarse estaba vetado la mayor parte del tiempo? No digo que lo echemos de menos, no. Lo de ir enseñando la ropa interior al menor movimiento no acaba de convencernos tampoco. Pero, ¿era necesario solucionarlo poniéndonos el vaquero a ras de axila, cual Julián Muñoz en la época Pantoja?
Zapatos blancos... En serio, ¿por qué?
Debería haber solo dos días en la vida en que nos pusiéramos un zapato blanco: la primera comunión y la boda. De botas blancas, mejor ni hablamos. Pero ahí llegan las it girls, empiezan a lucir zapato blanco y ¿qué nos queda a las demás? Pues protestar o... unirnos a la tendencia. A la del zapato, por favor, no a la de la bota. La bota... ¡jamás!
El animal print... Aaarrgh!
Sí, sí, ya sé que nos hemos acostumbrado a verlo everywhere. Ya nadie se asusta por un leopardo por aquí o una cebra por allá. No es que no nos asustemos, es que es tendencia todos los años, como las rayas marineras cada verano o los estampados florales cada primavera. Pero hubo un tiempo no muy lejano en que el leopardo nos parecía el colmo del horterismo y... yo añoro un poco ese tiempo cuando veo combinaciones que ni en la mismísima sabana tendrían sentido.
Las plataformas (petrolíferas)
«Un poquito de plataforma para soportar mejor el tacón». Esa fue la excusa que nos devolvió una tendencia que fue bastante guay en los 70 y bastante mátame-camión en los 90. Poco a poco, los diseñadores fueron cogiendo confianza hasta que nos hemos encontrado flatforms en las que cabría hasta un piso piloto. Así no, por Dios.
Los petos overall
«Yo tuve un peto vaquero en los 90». Durante años, me visualicé repitiéndole esta frase a un terapeuta. Aquel peto vaquero, que combinaba a la perfección con las Doc Martens y el walkman, lo petaría (nunca mejor dicho) en este 2016, siempre y cuando tengamos en cuenta lo básico: ya no es un peto, es un overall. Y hasta Chiara se ha rendido a la prenda (aunque vaquero y a modo tomboy de los 90, todavía no). Gracias a Dios.
Imágenes | Gtresonline, Asos, Man Repeller, The Blonde Salad.
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