Desde que Instagram incluyó la posibilidad de geolocalizar las fotografías (y los stories) que colgamos en su red social, algo cambió. Ahora es más fácil descubrir una foto y saber dónde fue tomada, y por lo tanto es más sencillo replicar esa foto visitando el sitio donde se hizo.
Ya ocurrió con el Blue Hole en el estado de Nueva York, con Redwood en California y mucho antes de las redes sociales se hicieran dueñas de nuestro tiempo con Maya Bay, la playa que aparecía en la película de Leonardo DiCaprio y que terminó por cerrarse al público por culpa de la masificación turística.
Cuándo todos queremos hacer la misma foto
Y es que todos queremos repetir esa preciosa foto que un influencer ha colgado en su perfil, o queremos ir a ese sitio que es carne de Instagram. Todos, todos. Aunque la foto sea un calco de la que hace el que va a tu lado. Aunque millones de personas vayan a tenerla exactamente igual.
Ahora le ha tocado a Antelope Canyon, un cañón de ranura del Suroeste de Estados Unidos que, a día de hoy, es uno de los más fotografiados del mundo y un lugar natural que no era muy conocido y que ahora recibe hasta cuatro millones de personas por año. Está localizado cerca de la ciudad de Page, en el norte del estado de Arizona, y situado en una reserva de indígenas navajos.
Sus intensos tonos rojizos, sus paredes, sus tragaluces naturales… Es cierto que Antelope Canyon ya era un icono antes de que Instagram lo pusiera de moda, y lleva años siendo un lugar maravilloso donde poder hacer fotos tan espectaculares como esta.
Las fotos de sus ondulantes paredes han recibido premios, han salido en revistas y han protagonizado videoclips como el de Britney Spears, I'm Not A Girl, Not Yet A Woman.
Pero con las redes sociales en auge, la gran mayoría de sus visitantes lo han descubierto a través de ellas y de la geolocalización de las fotos.
Qué ocurre cuando un lugar se masifica por las redes sociales
Este maravilloso paraje y su repentina exposición al mundo gracias a las redes sociales, está sufriendo una transformación que afecta no solo a los 8.000 habitantes del remoto pueblo que alberga el cañón, sino a la misma estructura del lugar, teniéndose que frenar las visitas y limitarlas para evitar posibles accidentes.
Lo que antes era un tranquilo pueblo ahora es un burbujear de turistas que esperan visitar este precioso lugar y caminar entre sus estrechas paredes. Tanto que la comunidad Navajo a la que pertenece, ha llegado a convertirlo en área protegida implementando restricciones sobre cuánta gente podía visitarlo y cuándo.
¿Será otra víctima más de la geolocalización de Instagram? De momento no parece que esa masificación reporte muchos problemas, ya que el acceso está restringido a visitas con agencias de turismo locales y el número de plazas está limitado.
Las empresas que gestionan las visitas tienen diferentes tipos de tours, entre los que se incluyen uno fotográfico para aprovechar la máximo tu visita y sacar unas fotos dignas del Pulitzer.
Te ayudarán a buscar el mejor encuadre, a seleccionar el mejor filtro y a sacarte el selfie perfecto entre los muros de piedra. Y sí, a hacerte "esa foto" para colgarla en tu Instagram con el hashtag #traveler y presumir de viaje.
Foto | Unsplash
Ver todos los comentarios en https://www.trendencias.com
VER 0 Comentario