El cyberflashing, para los que no conozcan el término, es una práctica que desgraciadamente se está poniendo de moda y que consiste en que recibes en tu móvil la foto de un pene o de escenas sexuales sin tu consentimiento. Es el relevo de esos señores con gabardina que mostraban sus atributos sin pudor (y sin permiso) cuando pasabas cerca de ellos.
Por mi parte he sufrido ambos, y además de humillada y avergonzada, he sentido una repulsa inmediata ante una práctica que supone un acoso sexual. A día de hoy, los usuarios de iPhone pueden actuar con completa impunidad gracias a la función AirDrop, que permite enviar todo tipo de contenido entre dispositivos iOS y macOS de una forma sencilla y con sólo un toque.
Cuando alguien intenta compartir contigo a través de AirDrop, aunque rechaces el envío, aparece en la pantalla de tu móvil una vista previa de la fotografía, por lo que ya has visto algo que no deseabas ver. Aprovechan espacios concurridos para llevar a cabo la práctica, ya que allí siempre existe alguien con el bluetooth abierto, una víctima para recibir este tipo de imágenes.
Pero los usuarios de Android no están exentos de poder recibir este tipo de acoso, porque existen otras formas que usan esta clase de personas para hacer llegar sus fotos. Instagram es el otro gran nicho, junto con aplicaciones de mensajería como whatsapp, donde se pueden enviar este tipo de fotografías o vídeos sin tu consentimiento en grupos de whatsapp grandes o en un chat de alguien que acabas de conocer.
¿Cómo evito que me envíen este tipo de imágenes sexuales?
Por defecto el AirDrop está configurado para recibir imágenes y vídeos de cualquier persona, así que el primer paso es cambiar la configuración de tu iPhone para evitar el ataque. Los pasos son sencillos: desde ajustes accedes a la pestaña general y después a AirDrop. Una vez que estés dentro seleccionas la opción solo contactos, para solamente aquellos que conozcan tu número de móvil puedan enviarte contenido a través de esa vía.
En el caso de Instagram, lo mejor es que tengas el perfil privado para que así solo la gente que tú decidas pueda enviarte mensajes directos. Aunque recibas solicitudes de amistad serás tú quién decida si esa persona puede ver tus publicaciones y puede o no enviarte mensajes directos.
Para hacerlo solo tienes que ir a tu perfil de IG, pulsar sobre las tres líneas que están al lado de tu foto, y en configuración, buscar privacidad. Ahí tendrás que, en privacidad de la cuenta, marcar privado en lugar de público.
En el caso de grupos de whatsapp, por ejemplo, no es tan sencillo. De momento la aplicación de mensajería permite que alguien con tu número te añada a un grupo sin tu consentimiento y sin que puedas hacer nada por evitarlo, así que la mejor solución si es un grupo que no conoces y del que tienes sospechas es salir sin siquiera entrar en el chat. Desliza a la izquierda, pulsa sobre el más que te aparece y sal del grupo.
¿Qué hago si ya he recibido fotos sexuales que no deseo?
Lo primero que debes hacer es rechazar la imagen y cambiar acto seguido la configuración para que no recibas más imágenes similares a través de AirDrop. Por desgracia esta práctica aún no supone ningún delito, ni existe forma alguna de averiguar entre decenas de personas con un smartphone en la mano quién ha sido el culpable.
En el caso de IG lo mejor es que una vez que has recibido el ataque denuncies al agresor y después le bloquees. Desde su perfil de Instagram, en la parte superior derecha haces click y se despliegan las dos opciones.
Y si se trata de whatsapp, bloquear será lo mejor. Solo tienes que ir configuración, cuenta y después privacidad. Ahí tienes una opción que es bloqueados, dentro de la que podrás incluir el número de esa persona de la que no quieres recibir ni una foto más.
Solo en la ciudad de Nueva York, y tras conocer cómo esta práctica de acoso sexual es cada vez más frecuente, se ha puesto en marcha una iniciativa para cambiar la legislación vigente y añadir en la ley que prohíbe el acoso o amenazas a alguien por cualquier otra forma de comunicación por escrito (teléfono, telégrafo o correo postal), se incluya también esta práctica.
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