¿Cuando está una tendencia saturada y quemada? Desde luego si la ves por todas partes es que es hora de cambiar a algo más nuevo. Pero ya si la ves en el chino de tu barrio, es señal inequívoca de que es mejor que entierres en el fondo de tu armario esa prenda que hace dos o tres años te pareció tan molona cuando la compraste.
Cómo se expanden las tendencias
Alguna vez ya hemos comentado aquí el ciclo de las tendencias, como los seres humanos, las tendencias nacen, crecen, se reproducen y mueren. Los primeros en adoptar una nueva tendencia son los más innovadores, la gente les va copiando porque son lo suficientemente cool como para ser imitados y cuando ya hasta el último hijo de vecino se ha puesto la tendencia en cuestión, está en todas las tiendas, e incluso en los chinos, es hora de buscar algo nuevo y rompedor con el que presumir de estar a la última.
Pero tranquilas, ya sabemos que las tendencias siempre vuelven, así que con estas prendas lo único que tenemos que hacer es dejarlas aparcadas en el armario hasta que llegue de nuevo su hora. Tarde o temprano volverán, aunque siempre reinventadas, por supuesto. Hay que hacernos comprar y consumir todo el rato.
¿Qué ropa hay en los chinos ahora mismo?
Basta darse un paseo por las tiendas chinas para ver qué tendencias están ya de capa caída. Y la verdad, me he sorprendido, porque entre pijamas rosas y morados como el de Belén Esteban, entre las lentejuelas y los leggings de estampados imposibles, entre las prendas con print leopardo, me he encontrado varios ponchos y muchos flecos.
Dos tendencias que prometen ser lo más de cara a la primavera y que ya han llegado hasta a los chinos. Hay que ver las prisas que se dan por copiar. Lo cierto es que el ciclo de las tendencias es cada vez más corto. Antes me acuerdo que desde que veías a tu amiga la moderna que venía de Londres con alguna prenda ultra fashion, hasta que la podías encontrar en Mango o Zara pasaban dos o tres años, y de ahí a que todo el mundo la luciera por las calles sin que te miraran raro, pasaban otros dos o tres más.
Pero ya no, internet y los blogs han hecho que el ciclo sea muy rápido. Basta ver desde tu ordenador el streetstyle de la Semana de la Moda de París, muchas de esas prendas las podemos encontrar ya en los blogs y en las estanterías de las tiendas low cost cuyos ciclos de producción son extremadamente rápidos. Las tendencias se copian en cuanto las luce alguna bloguera que nos gusta, y todas tienen mucha prisa por ponerse cuanto antes esa tendencia para ser las primeras de la foto. La saturación de las tendencias sucede en un abrir y cerrar de ojos.
Los chinos ya no son lo que eran
Lo cierto es que el concepto de tiendas de ropa china ya no es como antes. Cada vez hay más cadenas de ropa procedente de China con calidad aceptable y que se han puesto al día en cuanto a las últimas tendencias, haciendo que podamos encontrar éstas en sus tiendas al mismo tiempo que en otras cadenas low cost, con accesorios chulos a un precio de escándalo y robando parte del pastel a tiendas como Zara o H&M.
De hecho, sus escaparates atraen nuestra atención con diseños atractivos y cuesta diferenciarlas de otras tiendas de origen nacional o europeo. Antes era fácil encasillarlas en "tiendas de chinos", pero hoy en día han sabido reconvertirse y salir del cliché. Un cambio de imagen a mejor que logra que entremos en estas tiendas y ante unos precios irresistibles y tanta ropa a la moda, comprar.
Algunas de estas tiendas están repletas de clones, primando la tendencia sobre la calidad, ya que saben que la tendencia se pasa de moda en muy poco tiempo y que compramos, usamos y tiramos enseguida porque siempre estamos a la búsqueda de algo nuevo. No importa lo que dure la prenda, porque total, nos vamos a cansar de ella antes de que se estropee.
Una carrera constante para las marcas
En esa vorágine, es difícil para las marcas diferenciarse y ofrecer algo nuevo y con un estilo innovador. Un problema que sufren tanto las tiendas low cost como las tiendas de lujo. Evidentemente, la calidad de los materiales no es la misma de unas tiendas a otras, ya que si observas con detalle las prendas, enseguida puedes ver que los acabados son muy distintos, pero las prendas en cuestión, son muy parecidas.
Si ofreces sólo última tendencia, resulta que tienes el mismo peto vaquero en mil tiendas distintas y en un amplio rango de precios. Así que para salir de esa carrera agotadora, las marcas que quieren venderse como únicas y exclusivas tendrán que hacer un esfuerzo extra, vender prendas atemporales pero de vanguardia, no ser clásicas, pero tampoco excesivamente modernas. El éxito lo lograrán las marcas que sepan ofrecer un plus de diferencia al público.
Fotos | Amlul, The blonde salad, Song of style, Sincerely Jules
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