Ya que habíamos quedado en que los leggins podían ser pantalones, normal que se diversifiquen y transformen, que adopten forma tendenciosa como es el caso de su versión militar. Bolsillos, costuras, color oliva o estampado militar, y “tachán”, de malla pasamos a cargo sin pestañear.
Así parece como que ya no tenemos que esconder contundencias detrás de prendas largas, pero ¿qué os parece? Porque por mucho que se le añadan bolsillos al legging, legging se queda. La tela es la misma y no deja de pegarse al cuerpo de mala manera.
Lo de los grandes bolsillos laterales (modelo de la foto de Mango), ¿los hace más pantalón o en lugar de mejorar recarga, abulta y empeora?
¿Os atrevéis con esta opción a medio camino entre lo bélico y el look exploradora?
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