Hace ya cinco años que hago cerámica y desde el año pasado, escultura. Lo que comenzó como una excusa para pasar más tiempo con mi padre se ha convertido en una aprendizaje continuo y tremendamente enriquecedor que, en algunos casos, estoy pudiendo aplicar también fuera de las clases. Es el caso de la llamada “vista de pájaro” que no solo me sirve para mis esculturas, sino para mi trabajo.
Usar la “vista de pájaro” para ganar productividad
El enfoque de "vista de pájaro" consiste en mirar la pieza en la que estás trabajando desde una perspectiva diferente, generalmente desde arriba y con distancia. Un poco como lo haría un halcón sobrevolando desde el cielo. La idea es poder ver diferentes ángulos, y mis profesores afirman que te da una idea general de cómo está la pieza.
Cuando nos alejamos, conseguimos una amplitud mayor que la que tenemos cuando estamos trabajando con el palillo sobre la arcilla. Ese “salir” de la pieza, nos permite refrescar la visión que tenemos y encontrar aquellos puntos que estando más cerca, no veíamos. Solo hay que levantarse de la silla, dar unos pasos hacia atrás y ver el conjunto completo en lugar del pequeño detalle que tenemos entre manos.
A la hora de realizar cualquier escultura me he dado cuenta en este tiempo de aprendizaje que si no “salgo” de la pieza y la veo desde la distancia de vez en cuando, descubro cosas que antes no había visto, y este enfoque es aplicable a todo en la vida. También al trabajo. De hecho su uso es un truco de productividad maravilloso que consigue desbloquearnos cuando nos quedamos atascados.
En mi caso lo aplico cuando teletrabajo de dos maneras. La más habitual es cuando en el día a día me quedo atascada con algo. Tengo un artículo que escribir y me quedo bloqueada. Lo que hago es salir de la tarea y dejar que el cerebro descanse y no haga nada para retomar más tarde el ritmo en lugar de emperrarse en querer sacarlo. Lo que hacemos es salir del bloqueo cambiando de perspectiva.
Tuve una jefa en el pasado que, a pesar de ser tóxica, sí me enseño que a veces es mejor parar, respirar y reflexionar en momentos de estrés. Ella afirmaba que era mejor “perder” un par de minutos para tomar distancia, ordenarnos y evitar que nuestras emociones mal llamadas “negativas” como la ansiedad, tomen el control de la situación. Ver todo desde la distancia con vista de pájaro.
Como teletrabajo, lo que suelo hacer es moverme por casa unos minutos y luego dedicar otros minutos a pensar en cómo afrontarlo de diferente forma, como si girara la pieza de escultura en la torneta para verla desde diferentes ángulos y sobre todo, desde más atrás, alejándome. Así consigo ver el problema con una perspectiva diferente siempre.
El segundo caso en que lo utilizo es en proyectos grandes que conllevan muchos pasos o fases y con los que corro el riesgo de quedarme atascada en algo que aunque me parezca importante, en el total del proyecto es una nimiedad. Cuando nos tomamos un tiempo para hacer una pausa, alejarnos y tener una visión general del proyecto para las siguientes semanas, conseguimos una perspectiva más general que nos ayuda a hacer un análisis realista.
Tomarse unos minutos para reflexionar sobre lo que tenemos entre manos, dejando de hacer la tarea en sí, consigue que seamos más eficaces. La Universidad de Harvard afirma en este estudio que dejar de trabajar durante 15 minutos y dedicarlos a reflexionar puede mejorar la productividad de trabajadores y estudiantes un 22%.
Fotos | Pelayo Arbués en Unsplash, Des Récits en Unsplash, mojtaba mosayebzadeh en Unsplash
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