Puedes sustituirlas fácilmente según una experta en comunicación, y con ello conseguir que se entienda o que dices usando la asertividad
Dicen que la comunicación es una ventana de oportunidades, pero igual que abre puertas, puede cerrarlas si no es efectiva. Hasta las frases más sutiles pueden llevar a que otros piensen de nosotros lo que no es, y eso, alejarnos de nuestro éxito laboral. Por eso es tan importante saber que no decir en un ambiente laboral.
Según la experta en comunicación Loren Margolis, CEO de Leadership Development Expert, aseguraba en Forbes que los buenos líderes son muy conscientes de este hecho y comprenden que las impresiones que tienen los demás sobre ellos tienen un efecto sustancial en su éxito profesional. Son conscientes de que algunos comentarios sutiles que pueden parecer inofensivos, “pueden determinar el éxito o el fracaso de su carrera”. Estas son las cinco frases que la experta recomienda evitar, y cinco alternativas que usar en su lugar.
“Así es como siempre se ha hecho”
Esta frase nos hace parecer poco flexibles y da la impresión de que no nos encontramos cómodos con los cambios. Que algo se haya hecho así toda la vida, no significa que no pueda mejorarse, especialmente si hablamos de trabajo. Antes, las comandas de los bares se hacían a mano y ahora se usan dispositivos electrónicos para ello, ahorrando tiempo y mejorando la eficacia del servicio, por ponerte un sencillo ejemplo.
En lugar de usar ese “así es como se ha hecho siempre” prueba con algo diferente que dé validez a lo que otra persona dice pero sin ceder desde el primer momento para no parecer complaciente. La experta propone un “Parece que tienes algunas ideas creativas para abordar este proyecto. ¿Qué tal si comparto las ventajas de nuestro método actual y luego exploramos si hay oportunidades para mejorarlo?” Dejamos la puerta abierta a una posible mejora que podría ayudaros a todos.
“¿Puedo hacerte una pregunta tonta?”
Lo primero de todo es que no necesitamos preguntar si podemos preguntar en el trabajo. Es más, es mejor hacerlo. Según Team Insights “ hay que perder el miedo a preguntar porque hacerlo no solo no te hace parecer poco profesional, sino que es un recurso muy poderoso para avanzar”. Eso sí, pregunta sin más. No digas que es una pregunta tonta. Simplemente pregunta lo que quieras, por ejemplo pidiendo más detalles o ejemplos para entenderlo.
“Ese no es mi trabajo”
No decimos que tengas que hacer un trabajo que no te corresponda. Decimos que puedes hablar de tus competencias en el trabajo de otra manera. “Para el destinatario, habla de tu actitud, aunque en realidad solo estás comunicando tu capacidad. En el mejor de los casos, estás diciendo a la gente que no estás dispuesto a ir más allá de tu descripción de trabajo”, explica Margolis, algo que se relaciona con la renuncia silenciosa.
En su lugar, haz saber a la otra persona que ahora mismo no puedes hacerte cargo de su petición y ofrece una alternativa. “Me gustaría ayudar, pero no tengo la capacidad en este momento. Podría en dos semanas” o “tengo un proyecto en este momento que ocupa todo mi tiempo, pero ¿qué tal si te ayudo con esta parte?”. También puedes dar un margen de tiempo para contestar o usar el método TEF para decir que “no” con respeto y asertividad.
“Siendo honestos…”
¿Acaso antes no lo has sido? Parece una muletilla sin mala intención pero quien lo escucha no puede evitar pensar en que si ahora estás siendo honesto, es que antes no lo fuiste. “Cuando sientes la necesidad de resaltar tu honestidad, en realidad reduce tu veracidad ante los demás”, afirma la experta. Elimínala de tu vocabulario. Si la usas cuando vas a decir algo directo, sin paños calientes, emplea mejor un “iré directo al grano” para evitar dañar tu credibilidad y conseguir ser más auténtico.
“No hay problema”
La experta asegura que esta frase ha sustituido a la de “de nada” en las interacciones cotidianas, pero “cuando dices “no hay problema” cuando alguien te da las gracias, estás caracterizando subliminalmente su pedido como una carga. Y haces que la gente se pregunte si su pedido era un problema desde el principio”, asegura. En lugar de contestar a un "gracias” con un “no hay problema”, usa el “de nada” más sencillo, o un “un placer”. Es mejor hacerlo sencillo y directo para evitar malos entendidos.
Fotos | Vitaly Gariev en Unsplash, Redd F en Unsplash, Amy Hirschi en Unsplash
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