Mucho se habla de que la gestión del tiempo es la clave para ser más eficaces en el trabajo, pero a veces menos es más y el fundador de Apple lo sabía
El tres es el número más persuasivo en la comunicación. El profesor de psicología cognitiva de Harvard George Miller publicó un artículo titulado “The Magical Number Seven, Plus or Minus Two” en 1956 en el que Miller explicaba que nos resulta difícil retener más de siete a nueve dígitos en la memoria a corto plazo. La llamada Ley de Miller. Sin embargo, los científicos contemporáneos han determinado que el número de elementos que podemos recordar fácilmente en la memoria a corto plazo es de tres o cuatro “fragmentos” de información.
Así, si nos centramos solo en tres aspectos, no más, no solo estaremos mejorando nuestra productividad, también estaremos hasta trabajando la memoria. Como bien explican en Forbes, la regla del 3 está en todos partes, y hasta podemos aplicarla en nuestro trabajo como hacía Steves Jobs.
Qué es la regla del 3
La regla del 3 hace referencia precisamente al número tres y es aplicable en muchos ámbitos laborales, como por ejemplo las reuniones. El trabajo debería ser la prioridad porque es lo que hace funcionar los negocios, y las reuniones deben apoyar el trabajo, pero no darnos más. Cuando lo hacen, las reuniones se convierten en una pérdida de tiempo que mata la productividad. Harvard Business Review afirmaba ya en 2017 que los líderes se enfocan en reuniones creyendo erróneamente que así tendrán más control y las reuniones se agilizarán. Steve Jobs trataba de tener las menores reuniones posibles y siguiendo en ellas la regla del 3: no más de tres puntos por reunión, idealmente en reuniones de 3 personas (5 como máximo) y no más de 30 minutos en cada una de las reuniones.
Para aplicar la regla de tres en nuestro día a día lo que haremos es simplificar y centrarnos en tres puntos clave cada día. No más. Además de usarlo en su trabajo, era algo palpable en sus productos ya que Steve Jobs consideraba que los usuarios debían encontrar todo lo que necesitaban en un sitio web en tres clics, sin complicaciones, algo que se usa en el mundo del marketing. Make it simple, decía su mantra, y lo cierto es que Jobs lo aplicaba a todo. Vivía según la regla del tres.
Tanto que usaba la regla del tres para ser persuasivo por ejemplo, en las presentaciones de sus productos. Organizaba sus pensamientos en bloques de tres, algo que es fácilmente visible en el famoso discurso de graduación que pronunció en 2005 en la Universidad de Stanford y que empezaba así: “Hoy quiero contaros tres historias de mi vida. Eso es todo. No es gran cosa. Sólo tres. La primera historia es sobre conectar los puntos.”
Por qué funciona la regla del 3 en todo
Tal y como explicaba Bill Murphy Jr. , fundador de Understandably en su libro Improving Emotional Intelligence 2021, la regla de tres funciona por, curiosamente, tres motivos:
- Las listas de tres cosas crean patrones breves y reconocibles.
- Tres es el número máximo de elementos dispares que la mayoría de las personas pueden recordar después de una sola exposición.
- Las listas de tres exigen atención porque indican progreso, o al menos un cambio con respecto al status quo.
Enumerar tareas en grupos de tres se procesa más fácilmente y, por lo tanto, es más fácil de seguir. Los grandes discursos suelen dividirse en tres temas, las obras de teatro suelen dividirse en tres actos y la misma técnica se aplica a las presentaciones persuasivas, así que aplicarlo en nuestro día a día parece la clave del éxito.
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