Las autocandidaturas son una forma diferente de presentarte a un puesto oculto y una prueba de tu proactividad e iniciativa
Para encontrar un trabajo está claro que hay que moverse y salir a buscarlo, pero sabemos por experiencia que no siempre es sencillo. El trabajo no llama a tu puerta así como así, y hay momentos en que tomar la iniciativa de una manera diferente puede ser la solución. En el caso del mercado laboral, eso son las candidaturas espontáneas.
Qué son las candidaturas espontáneas y por qué son un truco estupendo para encontrar trabajo
Antes de meternos de lleno en cómo hacer una candidatura espontánea de calidad, vamos a contarte qué es. Una candidatura espontánea o autocandidatura es una manera de acceder a un puesto de trabajo en una empresa sin que exista una convocatoria de oferta de empleo por parte de ésta. Es decir, ofrecer nuestro talento a una empresa por iniciativa propia para las posibles vacantes actuales y futuras.
Este canal se aleja de los más comunes para buscar trabajo, como los portales de empleo, las agencias de contratación o el networking. Y no solo nos permite lanzarnos a por el trabajo de nuestros sueños, también es una manera de mostrar a la empresa que nos interesa que tenemos iniciativa.
Tal y como explica la Universidad de Jaén, la autocandidatura nos permite “encontrar oportunidades laborales múltiples, ya que permite acceder a ofertas de trabajo ocultas, elimina la competencia y permite que conozcamos de cerca la empresa en la que aspiras trabajar.” Y es que según Lee Hecht Harrison, del Grupo Adecco, el 75% de las ofertas de trabajo en España, no están publicadas en plataformas de empleo ni en otros medios visibles. Es decir, se trata de vacantes ocultas que las empresas cubren con empleados de la plantilla o tirando de contactos. Es ahí donde queremos acceder.
Cómo hacer una autocandidatura de manera correcta
Lo primero que tendremos que hacer es pulir nuestro currículum, eliminar esos errores que no sabíamos que cometíamos en ellos, destacar esas aptitudes que nadie destaca y dejarlo como nuevo. Una vez que tengamos el curriculum vitae correcto, vamos a hacer un poquito de investigación.
Queremos cubrir un puesto que no está vacante, así que vamos a detectar las necesidades de la empresa que nos interese. Para eso, mira en su web, lee noticias, investiga sus redes sociales, averigua cuáles son sus objetivos la misión de la empresa, los proyectos que tienen en marcha y hasta las funciones que tienen las personas que trabajan en el sector en el que tú tienes en mente trabajar.
Estudia la empresa antes de hacer nada y enfoca la investigación en el área en que quieras trabajar, analizando cómo puedes contribuir al proyecto de la empresa y qué podrías aportar de valor. La autoestima y la confianza en ti misma son imprescindibles.
Es necesario conocer a quién te diriges para que el mensaje sea efectivo. Igual que es importante saber a quién debes dirigirte. No sirve de nada mandar una autocandidatura a una persona que ni siquiera trabaja en el departamento que te interesa. Debes afinar el tiro y buscar al jefe de personal (ese trabajo que según un experto en Google va a desaparecer) o a la persona responsable del puesto al que aspiras.
En una candidatura espontánea el currículum es importante, pero la carta de presentación lo es aún más. En esa carta puedes explicar las motivaciones que te han llevado a “presentarte”, y demostrar que conoces la compañía, cómo se trabaja en ella y cuáles son los conocimientos que puedes aportar y cómo estos podrán ayudar a la empresa en el futuro. Y por favor, nada de poner “Sra. de recursos humanos” o “a quien corresponda”. La carta debe tener personalizado también el remitente. Recuerda que quieres conseguir el trabajo de tus sueños y dedica un tiempo a este proceso.
Piensa que esa carta es una forma de venderte, así que aléjate de generalismos y busca ser específica y original. En lugar de decir que eres creativo, acompaña esta aptitud con tus “casos de éxito” en anteriores trabajos, y estos se acompañan de números, mejor que mejor. Imagina que pusiste en marcha un proyecto en tu anterior trabajo, ideado por ti, y que supuso un aumento del 10% de las ventas. Dilo.
Como también vamos a mandar el CV, es importante que este se adapte de nuevo a la empresa en la que estamos interesados. Para ello, vamos a destacar aquellas aptitudes, competencias y conocimientos que puedan ser relevantes para la empresa en cuestión.
Cómo puedo enviar mi autocandidatura
Además de la clásica carta que podríamos mandar por correo o email, tal vez es buena idea acceder a ese contacto por otras vías como LinkedIn (una razón más para tener actualizado tu perfil en esta red), las redes sociales de la empresa, e incluso presentarnos de forma presencial si se trata de una empresa pequeña. Vamos a movernos a lo Erin Brockovich, sin miedo ninguno.
Y si piensas que no funciona, te equivocas, porque mi mejor amiga acaba de conseguir un nuevo trabajo precisamente usando este método. Y ahora tiene el trabajo de sus sueños.
Fotos | Erin Brockovich
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