La culpa de que no estés concentrada en el trabajo podría estar en tu sistema digestivo. Palabra de la ciencia

Al intestino se le llama el segundo cerebro y no es por casualidad. La ciencia ha demostrado que ese “cerebro” que habita en nuestras entrañas y su compleja comunidad microbiana influyen mucho más de lo que creemos en nuestro bienestar general.

Es más, según la doctora Megan Rossi, especialista australiana en salud intestinal, la función de nuestro sistema digestivo va más allá de procesar la comida que ingerimos. Por ejemplo, investigadores de la Universidad Estatal de Michigan descubrieron que nuestro intestino puede funcionar solo. Tiene su propia autonomía para tomar decisiones, no necesita que el cerebro le diga qué hacer.

Según un estudio de Soycomocomo realizado a más de 30.000 personas, el 66% de la población sufre a diario gases, hinchazón abdominal, diarrea o estreñimiento, especialmente entre la población femenina.

Y si investigamos un poco más, podremos ver que el sistema digestivo está directamente relacionado con tus niveles de estrés y tu estado de ánimo, y también con tu concentración, y te contamos por qué.

La relación entre lo que comemos y nuestro cerebro

La psiquiatría nutricional, que estudia la relación entre la alimentación y el bienestar mental, afirma que los alimentos cargados de azúcar y altos contenidos de grasa, esos que nos encanta devorar en épocas de estrés, son los que menos benefician a nuestra salud mental según este equipo de investigadores.

Es algo que podemos ver al detalle en el libro de Neus Elcacho, técnica en dietética y nutrición especializada en digestiones, La dieta de las emociones, El por qué, es más sencillo de lo parece.

La dieta de las emociones: Encuentra el equilibrio emocional con la alimentación (Salud)

Los microbios se encuentran en el intestino producen neurotransmisores tal y como explica este otro estudio, como la serotonina y la dopamina, que regulan nuestro estado de ánimo y nuestras emociones. Es más, se estima que entre el 80 y el 90% de la serotonina del cuerpo, se encuentra en el tracto gastrointestinal. Por eso ahora se sabe que la microbiota intestinal ha estado implicada en resultados de salud mental, hasta en la depresión tal y como explica este artículo de Harvard Review of Psychiatry.

La culpa de que estés desconcentrada podría estar en tu intestino

Si atendemos a lo que hemos visto anteriormente podemos ver que la salud digestiva puede influir en nuestra concentración. Neus explica en su libro que “una mala salud digestiva impide la correcta absorción de nutrientes importantes para nuestro cerebro y sistema nervioso.”

Pero hay más, y es que si nuestra mucosa digestiva está dañada o es demasiado permeable, puede dejar entrar al torrente sanguíneo elementos que desencadenan “una respuesta inflamatoria exagerada por parte de nuestro sistema inmunitario”. Esta respuesta provoca desde agotamiento hasta dolores, pero también , repercute sobre nuestro estado de ánimo y nos dificulta poner el foco en lo que estamos haciendo. Nos impide concentrarnos.

Además de llevar una alimentación saludable, podemos cuidar de nuestro aparato digestivo con estos sencillos hábitos que nos explican en Vitónica, como elegir el agua como bebida habitual, masticar bien cada bocado y comer despacio o realizar actividad física con regularidad.

Nuestro segundo cerebro lo agradecerá, y también nuestra capacidad de concentración en el trabajo. Palabra de la ciencia.

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Fotos | Louis Hansel, Sander Dalhuisen, Neil Soni y Thought Catalog en Unsplash

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