Este sencillo hábito no solo afecta a nuestra creatividad, también a nuestra memoria y aprendizaje. Si lo hacemos a diario hasta tiene impacto en nuestra productividad
A Steve Jobs se le considera un genio por muchos motivos, empezando porque creó un imperio tecnológico que sigue siendo uno de los más importantes e influyentes del mundo años después de su muerte. Fue un visionario cuyas prácticas laborales a veces nos escaman y otras, nos impresionan, como su uso de la regla del tres. Uno de los métodos menos conocidos que usaba Jobs es uno que ahora la neurociencia ha avalado: la regla de los diez minutos.
En qué consiste la regla de los 10 minutos
Es habitual que en la vida nos enfrentemos a muchos problemas. Cada día puede ser un auténtico desafío pero Jobs tenía una fórmula para que esos problemas nunca le frenaran. Cuando se veía ante una situación compleja que exigía una solución solo pensaba en ella durante diez minutos. Se sentaba en su escritorio y pensaba en ese problema sin distracciones, pero solo dedicaba diez minutos a pensar en una solución. Si en ese tiempo no la encontraba, salía a caminar.
La regla de los 10 minutos de Steve Jobs consiste en dedicar solo 10 minutos a pensar en un problema estando sentado y pasado ese tiempo, se movía para ver las cosas desde una perspectiva diferente durante al menos otros 10 minutos. Pero ojo, no para seguir pensando en el problema, sino más bien para alejarnos de él. Liberar nuestro cerebro y alejarnos de aquello que nos estresa o preocupa, para que en ese lapso de tiempo consigamos que el cerebro busque otros posibles caminos en un segundo plano. Dejamos de pensar, para pensar mejor después y retomar la tarea con el cerebro más descansado y fresco.
Según explicaba su biógrafo Walter Isaacson en 2021 a Steve Jobs le encantaba caminar, algo que a menudo hacía descalzo. “Dar un largo paseo era su manera de tener una conversación seria”, afirmaba en su libro ‘Steve Jobs’. De hecho, Jobs y Jony Ive, su director de diseño de Apple, solían pasear juntos cuando trabajaban, y el abierto y circular Apple Park fue diseñado específicamente para fomentar largas caminatas y encuentros creativos. La Universidad de Hong Kong ha demostrado también que caminar con otros genera sentimientos más profundos de conexión, pero no solo eso. La neurociencia afirma que caminar es beneficioso para el cerebro y ayuda a romper la dinámica del pensamiento, es decir, nos permite ver las cosas desde otro ángulo.
Caminar para pensar mejor
Cuando hacemos ejercicio liberamos endorfinas que mejoran el estado de ánimo y actúan sobre nuestras funciones ejecutivas, aumentando la capacidad de razonamiento y aprendizaje, el rendimiento cognitivo y mejorando la capacidad de concentración y aumentando la flexibilidad cognitiva.
Si hablamos de caminar, investigadores de Stanford descubrieron que aquellos que caminaban tenían un rendimiento significativamente mejor en pruebas que medían el pensamiento creativo divergente durante y después de las caminatas y que mejoraba el pensamiento creativo en un promedio del 60 % y los beneficios perduraban más allá de la caminata en sí. Según el de Stanford, un 81% de las personas experimentaron un aumento de su creatividad cuando caminaban porque cuando andamos asociamos mejor las ideas porque podría incrementarse la facilidad con la que se activan memorias asociadas, “relajando la competencia inhibidora entre memorias y permitiendo a ideas con menores niveles de activación salir a la superficie", como explicaban los investigadores.
Según la neurocientífica de Cambridge Mithu Storonni , caminar hace que nuestro cerebro funcione mejor como explicó en su libro 'Hyperefficient: Optimize Your Brain to Transform the Way You Work'. Caminar a diario mejora la plasticidad de la materia blanca, lo que significa mejores curvas de retención de memoria. Sara Teller, también neurocientífica, explicaba en su libro ‘Neurocuídate: Conoce los secretos de tu cerebro para mejorar tu vida’, que cuando movemos nuestro cuerpo aumenta la BDNF. Esta proteína favorece la formación de nuevas neuronas y conexiones lo que influye de forma positiva en nuestro cerebro.
Jobs pensaba que sus ideas eran más claras y creativas al caminar, y al enfrentarse a un problema complejo usaba esos paseos para encontrar respuestas. No se equivocaba, cuando caminamos conseguimos cambiar nuestra perspectiva. Y eso nos ayuda a solucionar problemas.
Fotos | Flickr (Ben Standfield), CHUTTERSNAP en Unsplash
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