En el mundo de los negocios, el efecto Lindy es una herramienta para medir el tiempo de vida de un artículo, canal o servicio no perecedero. Pero lo cierto es que podemos extrapolarlo y usarlo a nuestro favor.
El efecto Lindy es algo que podemos aplicar a nuestra vida y a la toma de decisiones laborales, por ejemplo, y te explicamos cómo.
Qué es el efecto Lindy
El filósofo Nassim Nicholas Taleb afirma que cuanto más viejo es, más probabilidades hay de que dure más tiempo porque es lo que ha demostrado más aptitud y resistencia frente al paso del tiempo. Por ejemplo un edificio antiguo. Esta regla contraintuitiva para saber cuánto durará algo no perecedero, es el llamado efecto Lindy.
El nombre nace, como no podía ser de otra manera, de algo antiguo. Concretamente de la tienda de delicatessen Lindy´s en Nueva York, de la que Albert Goldman publicó un artículo titulado "Ley de Lindy" en la revista The New Republic en 1964.
Taleb lo usó como excusa para describir el efecto Lindy en su libro Antifrágil: Las cosas que se benefician del desorden. "Las cosas que han existido durante mucho tiempo no están envejecidas como las personas, sino envejecidas a la inversa. Cada año que pasa sin que desaparezcan, duplica la esperanza de vida adicional", afirma.
Este fenómeno se centra en los aspectos inmateriales tal y como vemos en este artículo de Physica A: Statistical Mechanics and Its Applications. Lo que se mantiene en el tiempo lo hace porque acumula, además de un valor construido y un significado simbólico y porque resiste al cambio, la obsolescencia y la competencia, lo que implica que es garantía de calidad.
Cómo aplicar el efecto Lindy a la toma de decisiones
Filosofías aparte, la verdad es que este efecto puede aplicarse a la toma de decisiones según la psicóloga Elena Sanz, especialmente en el ámbito laboral. Eso no significa que sí o sí tengamos que meternos en la cabeza la frase de que lo viejo siempre es mejor, pero nos puede servir para añadir una perspectiva diferente y pensar que si algo ha funcionado siempre, puede volver a funcionar. Por ejemplo en moda, un sector cíclico, vemos que la chaqueta Chanel sigue y seguirá funcionando pasen los años que pasen.
Aunque eso sí, el efecto Lindy tiene limitaciones y en sectores como el tecnológico las tendencias suelen superar a las que preceden, tal y como nos explicó Bill Gates al hablarnos del futuro laboral con la inteligencia artificial.
La psicóloga afirma que “Si te planteas qué idea o elemento perdurará a futuro, hay más posibilidades de que lo haga aquello que mayor recorrido y tiempo de vida tiene ya”. De esta forma y antes de tomar una decisión, podemos usar el efecto Lindy para apostar por lo seguro.
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