El concepto se ha puesto de moda porque se ha viralizado en TikTok y es principalmente la generación Z la que afirma que lo hace. Pero lo cierto es que no solo son los zetas quienes se han subido a esta tendencia.
De hecho según Los Angeles Times el primero en acuñar el término “renuncia silenciosa” o “quiet quitting” fue el entrenador profesional Bryan Creely, un hombre de más de 45 años que pertenece a la generación X y que después de ser despedido durante el inicio de la pandemia en 2020 comenzó a publicar videos dando consejos sobre cómo solicitar empleo y cómo afrontar los problemas laborales.
Qué es la renuncia silenciosa
Creely afirmaba en sus vídeos que le interesaban aquellos que se estaban rebelando contra “entornos de trabajo tóxicos” y largas jornadas, trabajando lo mínimo en lugar de renunciar, y sin saberlo, daba nombre a una práctica que cada vez está más de moda: la renuncia silenciosa
Según el Foro Económico Mundial, la renuncia silenciosa es hacer lo mínimo posible para mantener el puesto de trabajo. En TikTok es conocido como “quiet quitting” y una de las primeras personas en poner el foco en ello fue Hunter Kaimi, un trabajador de 22 años que decidió no comprometerse en un trabajo donde le pagaban mal, no tenía posibilidades de ascender y sus condiciones representaban la más clara precariedad laboral. Lo que empezó como un testimonio, se convirtió en viral y desde que lo compartiera el año pasado, cada vez más gente ha decidió hablar sobre la realidad de este fenómeno.
Como ocurrió hace unos años con el fenómeno de la Gran Renuncia, la renuncia silenciosa es parte del movimiento llamado “antitrabajo” del que te dimos alguna pincelada cuando te explicamos qué eran los lazy girl jobs.
Y ojo, porque la renuncia silenciosa no significa que los trabajadores estén incumpliendo sus tareas. "Son personas cansadas de sus condiciones precarias, de horas extra no pagadas o de las escasas perspectivas de mejora que deciden hacer su trabajo y ya", explicaba la psicóloga Sandra Parra en este post de LinkedIn. "El problema es que estamos tan acostumbrados a que los trabajadores acepten cualquier situación que el hecho de poner algún tipo de límite nos parece revolucionario".
Por qué hay tanta gente haciendo renuncia silenciosa
Para algunas personas estos jóvenes son unos perezosos. De hecho muchas empresas lo que hacen es acusar a sus empleados de vagos en lugar de pensar por qué no están tan comprometidos como les gustaría. Para otros, es un síntoma de la economía mundial y de la realidad laboral que muchas personas viven a diario.
Según el informe State of the Global Workplace 2023 publicado por la consultora Gallup, el 59% de los trabajadores de todo el mundo están en situación de renuncia silenciosa, dato que en Europa sube al 79%. El informe establece tres niveles de implicación para los empleados: comprometidos, no comprometidos y activamente desconectados, y a los dos últimos los considera como empleados en situación de desmotivación, lo que hace que sean sensibles a la renuncia silenciosa. Y ojo a este dato: seis de cada diez empleados de todo el mundo estarían en situación de compromiso mínimo con el trabajo.
Este tipo de tendencias son en realidad fruto de problemas laborales como la precariedad laboral, el estrés o la desmotivación. En el caso de la renuncia silenciosa, surge como respuesta a que los trabajadores no están satisfechos con sus condiciones laborales, pero no pueden permitirse dejar sus trabajos. Un ejemplo, soy una estudiante de derecho de Albacete que comparte piso en Madrid y trabaja como camarera mientras me saco la carrera. No tengo buenas condiciones laborales ni un sueldo justo, pero si quiero pagar el alquiler y comer, tengo que mantener mi trabajo.
Si juntamos estrés que ha aumentado considerablemente en los últimos años entre los empleados, con salarios bajos, lo más normal es que se produzca esa desmotivación laboral y hasta el burnout y que estas, conduzcan a la renuncia silenciosa. Yojo, porque existe cierto peligro en llamar renuncia silenciosa a no querer quemarse en el trabajo. Hay ocasiones en que la renuncia silenciosa es una herramienta para cuidar nuestra salud mental.
Los efectos de la renuncia silenciosa
Podríamos pensar que en realidad este movimiento no afecta a nadie y que los zetas están llevándolo a cabo sin que suponga una auténtica rebelión, pero lo cierto es que sus renuncias silenciosas sí están teniendo consecuencias: se han reducido los niveles de productividad en las empresas y provocando una caída del 9% del PIB mundial. Pérdidas de 8,8 billones de dólares al año según el informe de Gallup del que te hablábamos arriba.
Cuando practico la renuncia silenciosa hago mi trabajo sí, pero lo estrictamente necesario para justificar mi sueldo. No tengo ningún tipo de intención ni ningún compromiso con mi empresa porque lo mismo ni existe el contrato psicológico que debería existir. Y ¿de quién es culpa? ¿de la falta de ambición del trabajador o de la empresa que no se interesa por sus trabajadores?
Evidentemente la empresa lo que busca siempre es un trabajador comprometido, pero lamento decirte algo: sin compromiso por parte también de la empresa con sus trabajadores, ya sea a nivel de salarios, conciliación o condiciones laborales justas, lo único que van a recibir es la renuncia silenciosa como respuesta a la cultura del sobreesfuerzo y el estrés continuo.
Por mucho que durante años nos hayan vendido la cultura del esfuerzo como clave del éxito y el trabajo como centro de nuestra vida, para las nuevas generaciones este pensamiento está cambiando.
Fotos | Gabriella Clare Marino, Johnny Cohen y Luis Villasmil en Unsplash
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