La regla 80/20 es el truco de productividad que siempre funciona, aunque parezca la excusa para no dar palo al agua

Si buscamos el éxito en el trabajo, necesitamos ser eficaces pero sin que nos cueste la salud mental por el camino

¿Sabes cuando te obsesionas tanto con algo que hasta sueñas con ello? Me pasó con Chris Evans en la época en que creía que podría casarme con él algún día (que sea uno de los hombres más guapos del mundo tiene la culpa). Me pasó también cuando empecé con mis clases de cerámica. Y ahora me está pasando con la productividad, porque estoy convencida de que cambiando ciertos aspectos de mi rutina teletrabajando puedo ser más productiva.

Hace poco leí sobre la vida y milagros de Vilfredo Federico Pareto, padre del principio que te traemos hoy y que ya he probado. Es el culpable de que te hable de la regla 80/20 que se usa para los negocios pero puede aplicarse al día a día para mejorar nuestra productividad.

En qué consiste la regla 80/20

Se le llama también el principio de Pareto porque en 1896, el economista y filósofo Vilfredo Federico Pareto lo usó por primera vez para referirse a cómo era la distribución de tierras en Italia: el 80% de las tierras eran propiedad del 20% de la población. Este dato se repetía en las plantas de su jardín, porque el 20% de ellas, daban el 80% de la fruta que recolectaba. Se trata de un principio de distribución de ley de potencia, y aunque no es una ecuación matemática formal, sí es un fenómeno generalizado que se percibe en muchos ámbitos como la economía o la gestión del tiempo que nos ocupa hoy.

Así, la regla del 80/20 establece que de forma general, el 80% de los resultados provienen del 20% de las acciones. Algo así como un menos es más de toda la vida, que resulta muy útil para centrar los esfuerzos y maximizar la productividad.

Si observas tu lista de tareas pendientes la idea es centrarte en aquellas que lograrán mayores resultados. Traducido: nos enfocamos en el 20% que tendrá un 80% de impacto. No significa que el resto desaparezcan (aunque algunas podrían si hacemos caso a la matriz de Eisenhower), sino que haremos primero aquellas que van a reportar más beneficios y las otras se pospondrán o eliminarán en función de si son o no importantes.

Por ejemplo, en mi caso, escribir un artículo de actualidad tiene una prioridad alta porque es lo que más impacto va a generar para el medio en el trabajo. Tengo más temas que son importantes, pero aquel que funcionará mejor es aquel del que todos están hablando así que centro mis horas más productivas ahí. Una vez resuelto sigo con el resto, pero aquello que me ha dado el 80% del beneficio ya está realizado.

No creas que esto es como los lazy girls jobs. No es que con un 20% de esfuerzo logremos el 80% de los resultados, porque la regla 80/20 no hace referencia a cantidad de esfuerzo, sino a las consecuencias y causas. Centramos el esfuerzo en algo específico para conseguir más impacto, pero el esfuerzo sigue siendo del 100%, solo que ese algo específico (20%) nos reporta el 80% de los resultados.

En mi caso, el principio de Pareto me ayuda sobre todo a tener siempre muy claras las prioridades. Si me enfoco en el 20% más “útil”, estoy además aumentando mi productividad diaria porque lo primero que hago siempre se traduce en resultados.

Fotos | Air

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