Seremos más resilientes, tendremos más tolerancia a la frustración, aumentará nuestra creatividad y lo mejor de todo: seremos más felices
En 2012, un estudio conjunto entre la Universidad Politécnica de Valencia, la Jaume I de Castellón y la del País Vasco calculó que un 4,6% de los españoles eran adictos al trabajo y en tres años las cifras podrían superar el 11 %. Según un estudio de Adecco Group, el 66% de los millennials sufre de workaholism, es decir, son adictos al trabajo, con cifras tan locas como que el 63% trabaja estando de baja y el 70% trabaja el fin de semana, aunque la empresa no se lo pida. Yo soy esa persona. O lo era.
Cuando esto ocurre, y se produce una imposibilidad de desconectar tanto física como psicológicamente del trabajo, se pueden vivir consecuencias terribles que pueden costarnos hasta perder a la familia, la pareja o los amigos. Lo que provoca que trabajemos más de la cuenta y no desconectemos va desde insomnio hasta ansiedad. En mi caso llegué a sentir que el trabajo me costaría la vida de manera literal.
En uno de mis peores momentos leí algo sobre Nils van der Poel, un atleta olímpico sueco que compite en patinaje de velocidad sobre hielo y en Beijing se hizo con el oro en las distancias de 5 km y 10 km. Además, tiene el récord mundial en ambas pruebas. Es una persona de éxito que tiene que trabajar muy duro para estar donde está. Según el economista de la Universidad George Mason, Tyler Cowen, la guía de 62 páginas en la que describe exactamente cómo entrena, es "un excelente artículo sobre cómo practicar el patinaje sobre hielo como tema accidental", porque aunque habla de sus entrenamientos, en realidad el deportista da algunos consejos que todos podemos aplicar. En mi caso hay algo que me sirvió para mi teletrabajo: la regla 5-2.
En qué consiste la regla 5-2 y cómo nos ayuda en el día a día
Nils van der Poel explica en la guía cómo administra su tiempo y lo cierto es que tiene todo el sentido del mundo. El deportista sigue la regla 5-2: entrena durísimo cinco días a la semana y descansa 2 días. Es decir, da importancia al descanso porque sabe que sin él, el resto de su trabajo se ve comprometido. Y parece que a juzgar por sus logros profesionales, funciona.
"Cuarenta y ocho horas semanales sin entrenar. Para algunos es un sueño, para otros una pesadilla", escribía en la guía. Y añadía que "muchos deportistas no están acostumbrados a tener tanto tiempo libre y, para acostumbrarse, necesitan un hobby y algunos amigos". Cuando decidió adoptar un programa de entrenamiento de 5-2, tuvo que dedicar tiempo activamente a pensar en cómo emplear su tiempo libre y conocer gente nueva, pero van der Poel escribe por qué obligarse a dejar de entrenar los fines de semana lo ayudó a ser un mejor patinador: le hacía mentalmente más fuerte.
Cuando descansamos, como te explicamos con la regla 10-3-2-1-0, provocamos que aumente nuestra concentración al volver al trabajo, nos permite controlar y gestionar mejor nuestras emociones, reduce nuestro estrés, disminuye la fatiga física y mental y aumenta nuestra productividad. El patinador explica que, más allá del descanso necesario que todos necesitamos para ser más eficaces y que tiene mucho que ver con aceptar la paradoja de la productividad, crear un sentido y un valor en la vida fuera de la pista de patinaje le ayudó a “superar los duros períodos de entrenamiento. Cuando el entrenamiento no iba bien, tal vez había algo más en la vida que sí lo hacía y eso me animaba. Más adelante, cuando tuve más éxito y había un revuelo mediático a mi alrededor, la parte normal de mi vida me ayudó a mantener los pies en la tierra. Sabía quién era y no era simplemente un patinador de velocidad".
"Después de aprender a dominar la disciplina, el significado que le creé a mi vida, fuera de mi deporte, ya no me distraía, sino que me hizo sentir cómodo con la idea de perder, y así el patinaje de velocidad se volvió mucho más relajado y divertido... También me hizo estar más decidido a trabajar duro, porque el entrenamiento no era mi último recurso, era una elección voluntaria que soportaba en mis propias condiciones", añadía. Si eso no es una lección de vida que cualquiera puede aplicar en su trabajo, no sé qué lo será.
Según Scott Behson, profesor de administración y autor de ‘The Working Dad's Survival Guide’, aquellas personas con menos tiempo para sus hobbies son las que más necesitan seguir con ellos, como explicaba a la HBR. Para Nils van der Poel la regla 5-2 no solo le hizo mejor en su trabajo, también le ayudó a gestionar el éxito. Obligarse a tener una vida personal rica y alejada de su trabajo hizo además que Van der Poel fuera más resiliente.
Tener hobbies potencia tu creatividad, tu rendimiento y tu resiliencia como nos explica el Instituto de Barcelona de Psicología, y Nils van der Poel lo reafirma. Si le funciona a un medallista olímpico, también puede funcionarte a ti. A mí desde luego ese tiempo de descanso real y la regla 5-2 es lo que me ha salvado en una época en que el teletrabajo me abrumaba. Ser una persona con aficiones y una vida fuera del trabajo es una fuente de fortaleza, resiliencia, felicidad y hasta de productividad. Doy fe de ello.
Fotos | Frankie Fouganthin, CC BY-SA 4.0 via Wikimedia Commons
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