Es hora de abandonar el multitasking y aprender a gestionar nuestro tiempo de trabajo o estudio de manera inteligente
Iria Reguera es psicóloga, así que sabe bien y de primera mano los efectos del estrés en el cerebro. Por eso cuando empezó a sufrirlo al comenzar con el teletrabajo se dió cuenta de que necesitaba algo que le ayudara a organizarse mejor en su día a día como redactora jefe de Trendencias.
“Teletrabajando me descentraba mucho. Me ponía con una tarea, surgía otra y me iba con ella sin terminar la primera. Veía la casa alrededor sin limpiar y me entraba agobio… no era todo lo productiva que podía ser por querer hacer todo al mismo tiempo y, además, no hacía descansos.”
Igual que yo uso la regla de los dos minutos en absolutamente todo mi día a día (también en mi tiempo libre), Iria se vió en la necesidad de probar algo para controlar ese pequeño caos que se genera cuando trabajamos, especialmente si lo hacemos en remoto.
Su testimonio es la excusa que necesitaba para contarte uno de los trucos de productividad más famosos que existen: la técnica Pomodoro. Ella la puso en práctica y nos cuenta de primera mano cómo funciona y qué efecto tuvo en su productividad. Spoiler: funciona.
En qué consiste la técnica Pomodoro
La técnica Pomodoro o método Pomodoro, es una herramienta de gestión de tiempo que busca aumentar la productividad. Fue creada en 1980 por Francesco Cirillo, informático, consultor especializado y coach de negocio. La idea surgió en la universidad, cuando empezó a medir su tiempo de trabajo con un temporizador en forma de tomate.
La técnica Pomodoro consiste en dividir el tiempo de trabajo en intervalos fijos. Los pomodoros (tomates en italiano) son franjas de 25 minutos de actividad a los que siguen 5 minutos de descanso. Cada cuatro pomodoros, el descanso se alarga hasta media hora. El objetivo es que esos 25 minutos estemos completamente concentrados en la tarea que tenemos delante, sin distracciones, porque una de las características de la técnica Pomodoro es que las detracciones no están permitidas, como en el deep work. Un pomodoro no se puede pausar ni dividir. Según su autor, si no es posible postergar la interrupción, el pomodoro se cancela para reiniciarlo luego.
La idea es que en esos 25 minutos pausemos todas las interrupciones tanto externas (el whatsapp sonando por ejemplo), como internas (el pensamiento intrusivo de que tenemos la cama sin hacer), para focalizarnos en la tarea que tenemos encima durante 25 minutos. Nada interrumpe la tarea y el multitasking está más que descartado porque mata la productividad.
La idea es perseguir la agilidad mental que se asocia a hacer pausas regulares, y busca ofrecer una respuesta más eficiente a las tareas, en lugar de agobiarnos por la larga lista de tareas que tenemos que hacer. Algo similar a lo que buscaba el truco de Tim Cook del que ya te hablamos aquí.
Para Iria, lo mejor de esta técnica es que tiene una estructura que permite saber cuándo y durante cuánto tiempo vamos a estar con una tarea. “Me ayudó a centrarme. Lo que peor llevé es, precisamente, que esa estructura me generaba un poco de agobio porque mi tendencia seguía siendo querer hacer todo al mismo tiempo y me costaba no ir corriendo a hacerlo.” Pero querer es poder, amiga, y solo necesitamos hacernos al método para comenzar a ver resultados. Y ella los vió, porque tal y como nos asegura, funciona.
Además de usarse en ambientes laborales, la técnica Pomodoro es especialmente efectiva para estudiar, porque nos ayuda a regular y aprender a gestionar nuestro tiempo, y sobre todo, a descansar. Y es que el descanso es tan necesario para nuestra productividad como una buena organización. Lo vimos de hecho en la semana laboral de cuatro días y el reciente estudio que afirma que de cinco días trabajados, uno no hacemos prácticamente nada.
Cómo aplicar el método Pomodoro
Para hacerlo de manera sencilla, vamos a dividirlo en 4 pasos. Lo primero es hacernos una lista de las tareas pendientes. Si puedes, ordénala por prioridades. Ahora vamos a poner un temporizador de 25 minutos y no te despegues de la tarea hasta que no suene el tiempo. No te preocupes si no la has acabado, lo harás después del descanso de 5 minutos que es tan obligatorio como el tiempo de la actividad en sí.
Vuelve poner el temporizador 5 minutos y de nuevo, focalízate solo en la tarea que tienes delante. Cuando hayas completado 4 pomodoros (con tres descansos de 5 minutos), toca hacer el descanso más largo que puede ir de 15 a 30 minutos. Fácil, ¿no?
Si tienes un proyecto grande, la idea de la técnica Pomodoro es que desgloses el proyecto en tareas más pequeñas. Y si tienes varias tareas pequeñas, que requieran menos de un pomodoro, combínalas. Si surge alguna distracción o tarea durante tu Pomodoro, solo tienes que apuntarla rápidamente para volver a ella más tarde.
Y si te cuesta y no quieres tener que estar poniendo temporizadores ni llevando la cuenta, nuestra compañera María Yuste tiene la solución para ti: hay vídeos en youtube de personas usando el método en sesiones de trabajo y estudio, para que las hagas con ellos al mismo tiempo y no tengas ni que cronometrar.
Más facilidades no podemos darte. Ahora solo queda que nos digas si este método te funciona o no, y si tienes un truco maestro para disparar tu productividad. Como Steve Jobs.
Fotos | Alex Ghizila, Marcelo Leal, Good Faces y Jenny Ueberberg en Unsplash
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