No es que tengas poca batería social, es que la fatiga por interactuar demasiado es real y así es como nos afecta

Las nuevas generaciones cada vez crean conceptos nuevos y seguro que ya has oído la conocida "batería social" que es la que se encarga de darnos energía para ser amigable pero que de un momento a otro se agota. Esto es algo bastante común y aunque antes no lo admitiéramos, sentir que no paramos es un problema que cada vez más gente sufre.

Esta semana en Upeka by Aegon han estrenado episodio hablando de la necesidad de pertenecer a un grupo y es que aunque no todas sienten ese deseo, el hecho de socializar sí que es algo casi primitivo. La sección Cuidamos de ti de Andrea Vicente vuelve una semana más y con un tema que le va como anillo al dedo al programa y es el de la fatiga social. Este tipo de cansancio engloba el agotamiento tanto mental como físico que sentimos al haber estado rodeados de gente queriéndonos retirarnos para descansar en casa. También se da cuando no podemos parar de recibir mensajes o notificaciones de grupos e incluso del trabajo que no nos dejan calmarnos.

Muchas personas no se dan cuenta de que sufren esta fatiga y algunos síntomas que nos lo indican son la irritabilidad por cualquier cosa incluso por personas que no nos han hecho nada malo, la ansiedad por tener que interactuar varias veces y la pérdida de interés por actividades que solemos disfrutar por preferir aislarnos. A veces se nos olvida de que el ser humano no está diseñado para estar en un entorno de interacción constante ya que nuestra mente necesita espacios de calma para respirar y recargar energías. En la mayoría de ocasiones no somos capaces de negar una quedada por el miedo al rechazo de nuestros seres queridos y no pasa nada por ello puesto que eso no signifique que ya no los queramos.

Hay muchas formas de intentar disminuir la fatiga como por ejemplo darnos ese permiso a desconectar de todo encontrando un espacio para recargar y conectar con nuestro interior, también es bueno limitar el uso de las redes sociales y si puedes deja el móvil en un lugar de difícil acceso. No por ser más sociables y tener más amigos somos mejores personas, realmente ganamos cuando nos priorizamos y dejamos a nuestro cerebro descansar del barullo social. Cuidarnos a nosotros mismos no es egoísmo sino una necesidad para poder dar lo mejor de nosotros a los demás. 

Sin duda a partir de ahora no nos vamos a sentir culpables por hacer bombas de humo. Y tú, ¿Tienes fatiga social?

Imágenes | YouTube y Foto de Vladimir Fedotov en Unsplash  

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