A medio camino entre el modelo de turismo de la Costa del Sol malagueña y los pueblecitos más aislados y con menos habitantes de la sierra andaluza se abre paso Almuñécar. Con sus 19 kilómetros de playa mediterránea, donde destaca la de San Cristóbal, es uno de los pueblos con más encanto de Granada (con permiso de Motril y la paradisíaca La Heradura). Aunque es turístico, presenta un bajo nivel de urbanización y, desde luego, merece la pena visitarlo por su mezcla de buen clima, bonito paisaje y una gastronomía deliciosa. Además, no le faltan los planes y las cosas que hacer.
El Castillo de San Miguel
¿Serías capaz de adivinar cuál es el gentilicio de la zona? Una pista: de nada te va a servir probar con variaciones del nombre actual que recibe el pueblo. ¿Te rindes? Es sexitano y sexitana. Se debe a que los romanos llamaron a este enclave "Sexi". Y es que Almuñécar es una de las cinco ciudades más antiguas de España. Por allí han pasado tartessos, fenicios, romanos, griegos y árabes.
Sexi fue un importante centro pesquero y comercial. Recuerdo de aquellos tiempos es su acueducto pero, sobre todo, uno de sus principales centros de interés: el Castillo de San Miguel. Ubicado en el casco antiguo de Almuñécar, data del siglo I antes de Cristo, que se dice pronto. Eso sí, ha sido reformado numerosas veces con el paso de los tiempos.
La Cueva de Siete Palacios
Aunque la auténtica joya de la corona a nivel histórico es la Cueva de Siete Palacios. Se encuentra a los pies del castillo y se trata de una cavidad subterránea en la que, entre otras cosas, se encuentra el Vaso de Apofis. Considerada como la primera fuente escrita de la historia de España, es una reliquia egipcia del Siglo XVI a.C.
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El Majuelo de Almuñécar
También a los pies del castillo y a escasos metros de la playa de San Cristóbal se encuentra el Parque de El Majuelo. Con una extensión cercana a las 5 hectáreas, es un jardín botánico, un parque escultórico, una necrópolis fenicia y los restos de una factoría de salazones del siglo IV antes de la era común. Todo en uno, como lo lees. Además, en su interior tienen lugar eventos culturales, incluido el festival Jazz en la Costa.
Deportes de riesgo
El clima ventoso y el hecho de estar rodeada de montañas hacen de Almuñécar un lugar ideal para los deportes de riesgo. En especial para practicar parapente. Se trata de una modalidad de paracaidismo deportivo que consiste en lanzarse desde una pendiente muy pronunciada con un paracaídas desplegado y efectuar un descenso controlado. En la zona es fácil encontrar monitores para iniciarnos en esta actividad y/o empresas que ofrezcan este servicio si ya somos repetidores.
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Date un homenaje
Mar, historia, buen clima, deporte, cultura... Y, como buen pueblo andaluz, a Almuñécar tampoco le falla la oferta gastronómica, faltaría más. El pescado fresco y las frutas tropicales como los aguacates y las chirimoyas son los productos estrella de la tierra.
En sus bares, tabernas, chiringuitos y restaurantes es una apuesta segura pedir boquerones fritos, cazón en adobo, sardinas a la brasa o espetadas y todo tipo de mariscos.
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