Ávila es una ciudad que es un monumento en sí misma, gracias a su rico patrimonio. No por nada su casco antiguo está declarado Patrimonio de la Humanidad. Además, aunque basta con un solo día para visitar lo más importante, merece la pena pasar allí la noche para disfrutar también de su tranquilidad, sin turistas. Por lo tanto, es perfecta para una escapada de fin de semana y para comerse un buen chuletón después de haber abierto el apetito paseando por sus palacios y templos.
Qué ver en Ávila
El monumento más famoso de Ávila es su muralla. De estilo románico, con una altura de 12 metros y 3 metros de grosor, rodea toda la ciudad a lo largo de más de 2500 metros. Gracias a ella, la ciudad se ha convertido en el recinto amurallado medieval mejor conservado de toda Europa. Los accesos más impresionantes son la Puerta del Alcázar y la Puerta de San Vicente, caracterizadas ambos por tener dos grandes torreones unidos por un puente.
Otro punto destacado es el ábside de la Catedral, conocido como Cimorro, que está incrustado en la misma muralla como si fuera una torre más. La catedral de Cristo Salvador fue la primera catedral gótica de España. Se construyó alrededor del siglo XII y, por su ubicación, tuvo dos funciones: la de templo religioso y la de fortaleza defensiva.
Jose Francisco Fernandez Saura
La Iglesia de San Pedro, ubicada en la plaza del Mercado Grande (enfrente de la Puerta del Alcázar), es otro de los imperdibles de la ciudad. Se trata de un templo románico de la primera mitad del siglo XII y declarado Monumento Nacional. En su interior se pueden ver varias obras de arte y los altares renacentistas en madera blanqueada.
Construido a principios del siglo XVII y declarado Monumento Nacional, el convento de Santa Teresa es una de las iglesias más bonitas de Ávila. Además, destaca por su sobria fachada con una imagen de la Santa y dice la leyenda que se levantó sobre la casa natal de esta.
Javier Martin Espartosa
Dónde comer en Ávila
Patatas revolconas, chuleton de avila, ensalada candiles... la gastronomía de Ávila es un punto de visita más, a la altura de su arquitectura. En el número cinco de la calle Pedro Lagasca se encuentra uno de los restaurantes mejor valorados de la ciudad, donde comer bueno y barato. Se trata de Los Candiles, famoso por sus carnes.
Otra opción, muy cerca de la catedral (en calle Estrada, 11), es Restaurante Bococo. Raciones muy generosas, personal amable y buen producto. Aunque podríamos nombrar muchos más del mismo estilo: Siglodoce, El viejo Marqués, Taberna de los Verdugo...
Foto de portada | Jose Luis Cernadas Iglesias
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