Dicen que es una de las ciudades más famosas de Andalucía pero a mí me decepcionó muchísimo. Jamás la recomendaría

Que me perdonen los marbellís, pero sí, Marbella me decepcionó muchísimo. Cuando organizas un viaje, sea al lugar que sea, es inevitable crearte una serie de expectativas del sitio que vas a conocer. Eso es algo que nos ocurre a casi todos. Pues a mi con Marbella me pasó algo así, y es que la ciudad que yo tenía creada en mi mente era lo que había visto, básicamente, en los programas de televisión: mucho poder adquisitivo, mucho lujo, turismo de clase alta, tanto nacional como internacional...

Y también la veía como uno de los paraísos para jubilados guiris, con playas espectaculares y aguas cristalinas. En realidad, me imaginaba un mini Disney andalusí con gente rica que veranea en este lugar y todos los lujos que ello conlleva. Pero, siento decir que todas mis expectativas fueron totalmente echadas por tierra desde el minuto uno que pisé la ciudad.

Cuando llegamos, y logramos aparcar en un sitio más o menos cerca del puerto y la playa que no fue tarea fácil, lo primero que nos encontramos fueron cuestas y más cuestas para caminar. Y, ojo, esto no es malo, porque anda que no hay ciudades turísticas plagadas de altos y bajos por sus calles... pero es que todo lo que veía a mi alrededor me parecía sombrío y, no sé cómo definirlo... ¿antiguo?, ¿pasado de moda, mal? Empezando por los cables por las paredes de los edificios, muy de la España de los años 60/70, y acabando por la sensación de 'cutrez' de las calles, tiendas, locales, bares...

Claro, y yo pensaba, ¿y aquí dónde está la belleza? Todo esto iba transcurriendo mientras llegábamos a lo que supuestamente es el 'sumun' de la ciudad, el casco antiguo, tan venerado en todas las guías turísticas, e incluso bautizado por muchos como "uno de los más bonitos de la Costa del Sol"... ¿Perdón? Puedo afirmar, y afirmo, que hay pueblos y ciudades andaluzas muchísimo más bonitas que el casco antiguo de Marbella como por ejemplo: Nerja, Ronda o Mijas que superan con creces el supuesto 'atractivo marbellí'; por no hablar de Málaga que me parece una de las ciudades más bonitas de nuestro país.

El casco antiguo con su Plaza de los Naranjos, sus callejones, casitas blancas y plazuelas... me pareció pintoresco, pero no bonito, y seguía la misma línea que había visto en las afueras. Un aspecto como descuidado, muy vintage y mi sensación era la de sentir que estábamos caminando sobre los restos de lo que fue" pero dejó de ser... Como si se respirara la nostalgia de esa época de oro que vivió la ciudad y la plenitud que allí se vivió, en todos los sentidos, entre los 60 y los 90, con la 'jet set' instalada verano tras verano allí. Y es que, ¿quién no recuerda a sus personajes típicos? Gunilla von Bismarck, Luis Ortiz, Norma Duval o al mismísimo Jesús Gil, como imagen de la Marbella de los 80.

También es verdad, que la ciudad revivió su antiguo lujo con la llegada de Julián Muñoz a la alcaldía con su deseo de volver a hacer de Marbella el epicentro del lujo en España, pero la jugada le salió mal. Principalmente, esta etapa es recordada por su corrupción en la política y por su relación junto a la Pantoja, con quien todos recordamos paseando de la mano por las calles de este casco antiguo entonando con su famosa frase de: "Dientes, dientes, eso es lo que les jo...", mientras les seguía toda la prensa rosa del país. El final de la historia lo sabemos todos, y es que, digamos que acabaron como el Rosario de la Aurora, dejando en decadencia y con muy mala imagen a la ciudad. En fin, caso a parte.

Por fin, decidimos aprovechar lo que nos restaba de día e ir a la playa. La más cercana de dónde estábamos era la playa 'El Cable'. Hacía mucho viento, cosa que no arregló la tarde, el acceso era malísimo y el mar y la orilla estaban bastante sucios... por lo que tengo que decir que, en mi experiencia personal, eso de que en Marbella la arena es blanca, el mar cristalino y sus playas son paradisiacas, nada de nada. ¿Puede que eligiéramos mal la playa? Puede ser. Pero, repito, esa era la más cercana.

Así que, viendo el panorama, decidimos ir al chiringuito más cercano a comer algo y nos topamos con el restaurante "Playa Padre", donde encontramos mesa enseguida, y la verdad que, se convirtió en el mejor momento del día. Recuerdo que comimos muy bien y nos encantaron las coquinas y su ensaladilla rusa, y es que la buena gastronomía del sur, en general, no es discutible, y eso sí tengo que alabarlo.

Espero no haberme ganado ningún hater ni declararme persona 'no grata' de la ciudad, pero es una opinión personal que, como decía al principio, todos basamos en las expectativas que creamos en nuestra mente antes de viajar a cualquier lugar. Eso sí, no descarto darle una segunda oportunidad.

Foto | Creative Commons y Flickr @Michael Vadon

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