No necesitamos irnos a 10 horas de vuelo para sentir que estamos descansando durante unas vacaciones. A veces solo necesitamos buena compañía, un pueblo con encanto y una historia que descubrir y en España vamos sobrados de las tres cosas.
La próxima escapada que vamos a marcarnos será a Salamanca, concretamente a un pequeño pueblo enclavado en la Sierra de Francia cuyo entorno rebosante de naturaleza nos invita a hacer una ruta de senderismo en familia. Pero La Alberca es mucho más. Tradición, arquitectura y una gastronomía maravillosa en el primer pueblo de España declarado Monumento Histórico Nacional.
La Alberca, el primer pueblo de España declarado Monumento Histórico Nacional
En 1940 fue declarado Monumento Histórico Nacional, la primera población española en conseguirlo, y es de esos pueblos llenos de tradiciones que pasan de generación en generación. Lo más peculiar de La Alberca es su arquitectura, un entramado urbano típico de la Sierra de Francia salmantina, que se ve representado a la perfección en sus preciosas calles.
Pasear por ellas nos recordará a hacerlo por una judería, por lo intrincado y laberíntico de sus calles. Para otros parecen los arrabales de Damasco, e incluso puede parecernos que paseamos por algún pueblo francés como salido de La Bella y la Bestia. Por eso se convierte en una escapada romántica perfecta.
La razón es que en la Edad Media, entre los siglos XII y XIII, se produjo la repoblación promovida por el rey Alfonso IX y parte tuvo un origen francés a través de D. Raimundo de Borgoña, noble francés casado con doña Urraca, una de las hijas de Alfonso VI.
Las casas están llenas de historia que se puede apreciar en los dinteles cincelados con fechas de fundación de las casas, con inscripciones, signos y anagramas religiosos. Y si quieres visitar el centro mismo de La Alberca no puedes olvidarte de la Plaza, con dos series de balcones y el crucero en el centro que hacen de este pueblo, un lugar en el que perderse durante horas.
Fotos | Web de turismo de La Alberca
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